Prueba Abarth Grande Punto Esseesse, impresionante dentro y fuera del circuito

Conducir el Abarth Grande Punto Esseesse es una experiencia difícil de olvidar. Para mi habrá “un antes y un después” en mi forma de ver los utilitarios de tracción delantera.

Pese al fondo de la foto, no es ningún juego de niños

¡¡Brutal!! No hay otra forma de calificar las sensaciones que se obtienen al volante del Abarth Grande Punto Esseesse. Tras una semana sentado a sus mandos y haberlo metido por todo tipo de trazados (incluyendo media jornada en el circuito Kotarr), el balance no puede ser mejor.

Normalmente suelo comenzar la redacción de mis pruebas hablando de la carrocería e interior de los coches. En este caso voy a dejar esto para más tarde y pasar directamente a la prueba dinámica, el punto fuerte del coche. Para ir adelantando, dejo el enlace a la prueba del Abarth Grande Punto sin el kit Esseesse.

¡¡Pié a tabla!!

Conducción y comportamiento.

Mi experiencia con el Abarth Grande Punto Esseesse comenzó en una autovía, ambiente poco favorable para que este escorpión y yo nos hiciéramos amigos. Durante casi 100 km de interminables rectas de dos y tres carriles pude comprobar que la suspensión es dura de verdad, los neumáticos apenas filtran las irregularidades (los asientos tipo backet tampoco), y la dirección peca de blandura (cosa que se soluciona parcialmente al pulsar el botón “Sport Boost”).

La caja de cambios de seis velocidades me resulta familiar: es muy superior a la caja de cinco marchas y tacto pastoso del grupo Fiat pero tampoco perfecta. Las inserciones resultan precisas pero los recorridos algo largos…cumple de sobra.

Una estampa muy «racing»

El ruido a bordo es moderado a velocidad constante, teniendo en cuenta el rabioso sonido que emanaba el motor en la incorporación a la autovía (pié a tabla, por supuesto 🙂 )
Para amenizar dichos 100 Km de autovía me entretuve probando el equipo de sonido con subwoofer de serie, el Blue&Me, los diversos mandos a mi alcance y ya de paso midiendo el consumo: 8,5 litros/100 km de media, rozando los límites legales de velocidad y dando algún que otro “zapatazo” en cuarta, quinta y sexta velocidad. Me parece alto…pero es que todavía no sabía de que era capaz este coche.

No es necesario conducir tan agresivo para rodar rapidísimo

Llegan las curvas.

Hoy es jueves y hasta el domingo no tengo hora en el circuito Kotarr. Para familiarizarme con el coche me lanzo a por mi recorrido de montaña habitual. Antes de llegar ya me he percatado que el motor 1.4 Turbo de 180 CV y 270 Nm a 3.000 RPM (Sport Boost activado, por favor!) es capaz de hacer patinar las ruedas delanteras en primera y segunda marcha incluso con el volante recto, así que voy con mucho cuidado. La tercera marcha es para mi la más impresionante de todas ya que desde medio régimen hasta el corte empuja el coche con mucho brío, haciendo desaparecer (literalmente) los tramos rectos entre curva y curva.

Estos frenos pueden echar mucho humo y seguir frenando perfectamente

Es en este terreno donde el Abarth Grande Punto Esseesse muestra todo su potencial ya que su estela es imposible de seguir con conocidos compactos que superan ampliamente los 200CV. Realmente hay que verlo para creerlo, pues el Esseesse devora los retorcidos tramos de montaña a velocidad de vértigo gracias a las impresionantes estiradas de su motor turbo, la rapidísima dirección, buena puesta a punto del chasis y potentísima frenada

Como curiosidad, el espectacular equipo de frenos Brembo comenzó a echar humo mucho antes de lo habitual de mi recorrido de pruebas y sorprendentemente completó el trayecto sin dar síntomas de fatiga, por lo que considero que el conjunto motor-frenos es muy equilibrado.

Una curva bien negociada con el Abarth Esseesse se resume en: rodamos a gran velocidad, apurada de frenada con la dirección bien recta (evitaremos sobrevirajes indeseados), apuntar al vértice en una única trazada sin nada de freno y salir acelerando suavemente al principio (puede perder tracción y la trayectoria incluso con el ASR conectado). En la práctica es bastante más sencillo que con su hermano pequeño el Abarth 500, un coche mucho más nervioso.

Si no pilotamos con cabeza, el ESP no podrá salvar la situación…

Cabe decir que las ayudas electrónicas (sobre todo el ESP y ASR) están calibrados a la mínima expresión y aunque el testigo amarillo se encienda casi de continuo no «atascan» demasiado la conducción. De hecho, confiarnos demasiado al ESP puede darnos algún que otro «sustito», no hay que perder nunca la noción de lo que llevamos entre manos.

Continuará…


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  1.   Carlos García-Alcañiz dijo

    Qué bien te lo has pasado… mamón! jejeje 😉
    A mí me encantó el Abarth ‘normalito’, y ya me pareció ‘la leche’ cuando volví a coger mi Grande Punto 1.3 Multijet de 75 caballos. Así que éste, ni te cuento.

  2.   Luis Gaton dijo

    Carlos, tienes que hacerte con el Esseesse, de verdad que ofrece mucho más que un 15% extra de potencia y par. Es adictivo