Vivimos hoy en día en un mundo lleno de mensajes ahorradores y ecologistas, pero lo más probable es que si le hablas a cualquier persona de la transmisión variable continua (CVT) te diga que no tiene ni idea de que es.
Entendiendo el concepto
La transmisión CVT hace que el motor siempre vaya en su régimen más adecuado de revoluciones, haciendo que en lugar de tener cinco, seis o siete marchas, tengamos marchas practicamente infinitas.
Esto conlleva que el coche que la emplea no tiene obviamente cambio manual de marchas, dando lugar a unas relaciones autoconfiguradas que hacen ir al coche todo el tiempo en su par máximo para aprovechar su potencia y minimizar el consumo.
Ventajas y desventajas
Las ventajas son más que obvias: el consumo se reduce ostensiblemente al usar siempre la relación correcta, el motor es mucho más suave al evitar los cambios de marchas (obviamente hablamos de conducción tranquila) y el desgaste del motor es también menor.
Lo malo es que estas cajas están practicamente en desarrollo y los modelos que las han implementado (que son algunos) han dado ciertos problemas, algo lógico en una tecnología que tiene que desarrollarse aún del todo.
Algunas marcas como Audi o Nissan las han implementado, pero parece que los clientes aún prefieren las cajas de cambios tradicionales. Del que compra un manual lo entiendo, pero del que compra un automático me cuesta.