Prueba Skoda Yeti Outdoor 1.2 TSI 105 CV, equipamiento, precio y conclusiones

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Llegamos al final de nuestra prueba semanal y es el momento de sacar ciertas conclusiones finales sobre el Skoda Yeti que me acompañó durante más de una semana de mi rutina diaria. Si ayer era momento de centrarse en las impresiones que generaba su motor y su conducción, y el lunes comencé con los detalles de su renovada estética, por qué no redondear el análisis valorando sus diferentes versiones y equipamientos, y el coste que tendrán éstos si nos decidimos a meter un Yeti en nuestro garaje.

La unidad probada tiene un singular contraste en su configuración. Se trata de la versión Outdoor con el motor más pequeño disponible en gasolina, el 1.2 TSI de 105 CV, equipado con el nivel de acabado más alto, Elegance, y el cambio automático secuencial DSG. Una combinación bastante atractiva a mi modo de ver si no vamos a requerir, como dije en el apartado de conducción, viajar con el coche cargado ni cuatro o cinco pasajeros. Momento en el que sí puede ser interesante destinar parte del presupuesto a una mecánica más voluntariosa.

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Gama Skoda Yeti y Yeti Outdoor 2014

Al existir diferentes configuraciones en las dos versiones de Yeti disponibles, desgranar sus equipamientos es algo complejo. El Yeti tiene disponibles tres niveles de acabado: Active, Ambition y Elegance; mientras que el Yeti Outdoor introduce un cuarto nivel intermedio: Active, Edition, Ambition y Elegance. Además, ambos modelos se pueden elegir como versión Greenline, más enfocada a la eficiencia de combustible, y equipada entre otros aditamentos con sistema Start&Stop, no presente en los modelos convencionales.

  • Skoda Yeti Active desde 20.420 Euros (1.2 TSI 105 CV 6 veloc.) hasta 26.960 Euros (2.0 TDI 110 CV 6 veloc.)
  • Skoda Yeti Ambition desde 21.420 Euros (1.2 TSI 105 CV 6 veloc.) hasta 31.510 Euros (2.0 TDI 140 CV DSG 6 veloc. 4×4)
  • Skoda Yeti Elegance desde 22.620 Euros (1.2 TSI 105 CV 6 veloc.) hasta 34.310 Euros (2.0 TDI CR 170 CV DSG 6 veloc. 4×4)
  • Skoda Yeti Active Outdoor desde desde 20.620 Euros (1.2 TSI 105 CV 6 veloc.) hasta 27.160 Euros (2.0 TDI 110 CV 6 veloc.)
  • Skoda Yeti Edition Outdoor desde 20.560 Euros (1.2 TSI 105 CV 6 veloc.) hasta 24.125 Euros (2.0 TDI 110 CV 5 veloc.)
  • Skoda Yeti Ambition Outdoor desde 20.620 Euros (1.2 TSI 105 CV 6 veloc.) hasta 31.710 Euros (2.0 TDI 140 CV DSG 6 veloc. 4×4)
  • Skoda Yeti Elegance Outdoor desde 22.820 Euros (1.2 TSI 105 CV 6 veloc.) hasta 34.510 Euros (2.0 TDI CR 170 CV DSG 6 veloc. 4×4)

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Veredicto final

Es a todas luces un coche eminentemente práctico y que hace la vida más fácil en uso urbano, sin presentar reparos a la hora de afrontar largos trayectos con él incluso en su versión de motor más pequeño que, como se puede apreciar, opta también al equipamiento más alto de gama, siendo una elección inteligente desde mi punto de vista cuando no primen las prestaciones. De esta forma, disponer de equipamientos como el navegador, el sistema de ayuda al aparcamiento o el DSG de 7 velocidades, conforman un valor añadido a un coche que nace con una filosofía muy lúdica. Desde el acabado Ambition, posiblemente el más equilibrado, va equipado con tapicería de cuero, de fácil limpieza.

Puestos a poner algunos peros más, parece habitual en modelos del segmento medio y compacto de las familias de vehículos del grupo VAG, el contar con asientos de conductor y pasajero con un mullido algo duro, de tacto firme y recio. Esto tiene ventajas claras en el agarre lateral, pero desventajas que en trayectos largos hacen que, por ejemplo, los pétalos de la banqueta «se claven» en los muslos incluso para los conductores de menor talla. Lo que unido a la disposición ya criticada del pedalier, hace que más de un usuario se plantee opciones «francesas» por tener, en general, puestos de conducción más «suaves».

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Visibilidad en ciudad resuelta en su justa medida, con algunas lagunas propias del grueso pilar A que, no obstante, al no tratarse de una versión «monovoluminizada», no está excesivamente adelantado, por lo que no suele presentar tantos problemas como en algunos de sus directos competidores SUV, con la luna frontal más tumbada. Refrigeración y calefacción eficientes aunque con un interior propenso a caldearse incluso con colores claros, a lo que contribuye el plástico oscuro de la parte superior del salpicadero, mullido, eso sí, y de tacto agradable.

Es un coche diseñado para «sufrir» las jornadas diarias de familias con hijos, mascotas y trayectos de batalla. Bien dispuesto en cotas y comodidad de acceso a todas las plazas, con configuraciones interiores que permitirán a deportistas o «habituales» de IKEA hacer de sus trayectos algo más sencillos. La nota negativa en marcha la ponen unas suspensiones duras y bastante secas, que provocan rebotes incómodos sobre todo en trayectos de ciudad. No tanto en autovía y carretera, donde mantiene cruceros solventes aunque su consumo se afecta enormemente con la velocidad debido a su aerodinámica.

La opción Outdoor, como se observa en las imágenes, cuenta con paragolpes  y molduras de plástico negro y unos bajos más sufridos a la hora de hacer excursiones fuera del asfalto. Incluso por su estética resulta especialmente agraciado, sin menoscabo de la opción más «cosmopolita» del Yeti convencional, con paragolpes pintados en color carrocería y molduras laterales en idéntica configuración. Lo cierto es que para la jungla diaria de la ciudad tampoco está de más el Outdoor, que aguantará mejor los castigos de los desconsiderados que aparcan al tacto y se bajan del coche pegando un portazo al vecino.

De optar a su compra, se me antojan dos grandes grupos de compradores, a los que recomendaría siempre las opciones de gasolina, con el interesante motor 1.8 TSI de 160 CV si queremos contar con el empuje extra o solemos viajar bastante acompañados. Para aquel que solo busque un coche cómodo, bien por edad, bien por necesidad, con el 1.2 TSI de 105 CV tiene un perfecto aliado. No es un coche que se lleve bien con los cruceros altos, donde los consumos se resienten como ya he dicho, pero por estabilidad y aplomo no hay crítica que quepa.


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