Actualmente, muchos vehículos son increíblemente futuristas ya que son capaces de realizar a cabo maniobras tan complicadas como el aparcamiento ellos solos, además de avisar si en el asfalto se encuentran otros coches o peatones que no hemos podido divisar nosotros mismos. Sin embargo, el correcto funcionamiento de toda esta nueva tecnología depende mucho de las condiciones atmosféricas o lumínicas del exterior, con tal de que sus cámaras puedan captarlo todo perfectamente.
Los sensores ópticos de próxima generación que Fraunhofer Labs está llevando a cabo tendrán muchas menos limitaciones en el futuro. Serán tan pequeños como para poder ser instalados directamente en el parabrisas, a la altura del espejo retrovisor del interior. Estas mini-cámaras, podrán captar y estudiar imágenes gracias a un seguimiento de puntos negros de visión, lo que se podrá utilizar para comprobar y analizar las condiciones atmosféricas del exterior.
Estas mini-cámaras podrán dilucidar también si la luz que hay fuera del coche es insuficiente de tal modo que podrá encender de forma automática los faros antinieblas, y si fuese necesario, las luces de emergencia. Algunos coches en su versión más exclusiva vienen equipados de serio con unos sensores parecidos, aunque los que está desarrollando Fraunhofer se usará directamente en la producción a gran nivel ya que son de un coste mucho menor y tendrán una duración mucho más extensa al ser de construcción más simple.
El sistema de estas mini-camaras con sensores estará formado por LED’s infrarrojos y otros dos con lentes. Emitirán unos pequeños haces de luz que al rebotar darán la información necesaria para actuar. El proyecto tiene el patrocinio de la Unión Europea y actualmente se encuentra en fase de pruebas.