Prueba Audi A8 Hybrid, lujo, refinamiento y consumo de hibrido (parte I)

El Audi A8 Hybrid es una variante de la berlina de lujo de Audi que se mueve gracias a la unión del motor 2.0 TFSI de 211 CV y un motor eléctrico de 54 CV. El resultado es un coche que se mueve con casi el mismo nivel de suavidad y agilidad que sus hermanos mayores de gasolina, pero con un consumo muy ajustado. Lo hemos probado durante una semana y más de mil kilómetros y aqui van nuestras conclusiones.

Lujoso, refinado e híbrido

La primera impresión es que puede parecer absurdo pensar que le preocupa el consumo a alguien que se gasta los 85.000 euros que como mínimo cuesta este coche. Pero, no es casualidad que el A8 Hybrid es una de las formas más baratas de comprarse un A8 (salvo la nueva opción Diésel 3.0 TDI de 204CV de potencia). La realidad es que el Audi A8 Hybrid se mueve igual de bien que coches con mayor potencia, con un refinamiento similar y un consumo menor. Por tanto, a priori no hay razón para descartarlo como opción de compra en gasolina, salvo que se desee optar por las versiones más potentes de 290 o 420 CV, se desee en carrocería larga (5,27 metros en vez de 5,14 metros) o con tracción Quattro, ya que la versión híbrida sólo se comercializa en tracción delantera y carrocería corta.

Diseño y carrocería

El Audi A8 Hybrid no se diferencia mucho de sus hermanos “normales” de gama, salvo en los anagramas “Hybrid”, las llantas de 19 pulgadas y la posibilidad de pintarlo en un color exclusivo “Artic Silver”. Los faros son tipo LED (de serie) y todo el coche emana un aire de modernidad muy agradable.
La estampa del A8 impone tanto de parado como en movimiento, aunque la realidad es que debido al salto dado por el último Audi A6, ambos coches no se diferencian en exceso, pudiendo incluso confundirse por un ojo no muy experto.
Sus dimensiones exteriores son notables pero el diseño fluido de sus líneas disimula su tamaño. A la hora de meterlo en la plaza de parking habitual de nuestro garaje, caes en la cuenta de que estas manejando un coche bastante más grande y ancho de lo habitual. Audi ha instalado un sistema de visión perimétrica en el coche alucinante para facilitar las maniobras en sitios estrechos.

Interior y maletero

Como es lógico, el interior del Audi A8 es un mundo de confort, lujo y equipamiento. Nuestra unidad de pruebas estaba tapizada completamente en cuero blanco, con un aspecto impresionante (aunque las posibles manchas se ven a la legua, por otra parte). El cuero recubre gran parte del interior, incluyendo tapizado de puertas, consola central, etc. aunque no llega a extenderse por el salpicadero, como en algunos coches de precios estratosféricos (o a modo de carísimos extras, como algunos Alfa Romeo, por ejemplo).

El interior del A8 Hybrid tiene muchos detalles de calidad, como por ejemplo botones que son de auténtico aluminio y no de plástico pintado, para soportar mejor el desgaste de las pulsaciones continuadas. No todas las berlinas de este precio pueden presumir de eso. Algunas otras piezas que parecen aluminio sí que son de plástico, aunque no van a tener el trato de los botones.
El cuadro de mandos está inundado de información,  a la que se suma la que tenemos en los display multifunción y en la pantalla en color que preside el salpicadero (también hace las veces de navegador, asistente de parking, etc).

El instrumento que más veces he mirado mientras conducía es un reloj que sustituye al cuentarrevoluciones y que indica la cantidad de potencia (en %) que estamos pidiendo al motor respecto a la total disponible. También indica cuándo se están recargando las baterías en las retenciones y si el motor de gasolina está en marcha o no. Utilizar este indicar es casi adictivo, intentado frenar recargando siempre al máximo las baterías sin “derrochar” energía con los frenos de toda la vida, siempre buscando el mínimo consumo. Me ha parecido muy útil…aunque tampoco hay que obsesionarse, ya que el coche funciona suficientemente bien él solito.

Los asientos delanteros son un prodigio de ergonomía, con todas las regulaciones independientes y eléctricas imaginables (longitud y anchura de banqueta y respaldo, curvatura de respaldo, lumbar, reposacabezas, inclinación de banqueta, altura, longitud, etc.). Poner todo a tu gusto requiere un tiempo y es una tarea que recomiendo hacer desde parado, por lo menos las primeras veces, ya que se ha de manipular varios mandos y consultar la pantalla central del salpicadero.
El cuero de los asientos es perforado, tienen ventilación (tres niveles a elegir) y calefacción, aparte de la función masaje con varias programaciones diferentes. Viajar en estos asientos es toda una maravilla… ¿Qué esperabas?

Las plazas traseras de momento no tienen ajustes eléctricos ni masajes aunque sí salidas de climatización con regulación propia y un espacio envidiable. Es posible que muchos propietarios de este coche viajen a menudo en los asientos traseros, así que Audi debería plantearse equipar “convenientemente” estos asientos con todo tipo de lujos, aunque sea en opción. Si no vas a conducir tú, no veo excesivo sentido pagarle al chófer unos asientos delanteros con microventilación y masaje y que los traseros no lo tengan. La silla de oficina desde la que estoy escribiendo esto no tiene masajes…ni ventilación…ni cuesta un pastizal tremendo, aunque sí que me la ha pagado la empresa. 🙂

Globalmente, para mí el mayor inconveniente que tiene el A8 Hybrid es que el maletero pierde bastante capacidad (335 litros en vez de los 510 litros que ofrecen los A8 “no-híbridos). También hay que tener en cuenta que de momento no puede llevar algunos elementos de equipamiento como los asientos traseros con reglaje eléctrico y masaje, ni el sistema de entretenimiento de las plazas posteriores. A cambio, la relación precio-equipamiento es mucho más ventajosa que en el resto de la gama. Lo uno por lo otro, tú decides…