Prueba Volvo XC90 2015, golpe de autoridad

El Volvo XC90 ha sido durante los últimos años el buque insignia de la marca, su modelo más grande. Este SUV de gran tamaño fue lanzado en el año 2002 y si bien los restylings y las mejoras habían conseguido mantener el atractivo del que se han vendido más de 636.000 unidades, una nueva generación era necesaria. El nuevo Volvo XC90 fue dado a conocer el año pasado y ahora ya ha llegado al mercado. Nosotros hemos tenido la oportunidad de probarlo en la presentación nacional con el motor diésel D5 de 225 caballos de potencia.

El Volvo XC90 2015 supone un punto de inflexión para Volvo en materia de diseño, tecnología, seguridad y filosofía. Es el primer modelo que utiliza la plataforma modular SPA y muchas otras innovaciones. Este modelo es también el primer producto desarrollado por Volvo desde que están bajo el paraguas del fabricante chino Geely, que ha sabido llevar muy bien las riendas de la firma sueca.

Cambio absoluto en Volvo

Con el nuevo Volvo XC90, los suecos nos han demostrado que lo que está por venir puede ser aún más interesante. La renovación de la gama Volvo ha cogido el tren de alta velocidad y de cara al año 2018 este XC90 será el modelo más antiguo de la marca. El próximo lanzamiento será el Volvo S90, como reemplazo del vetusto S80 y sus variantes familiar V90 y Cross Country XC90.

Volvo no se olvida de su ambicioso plan en cuanto a los accidentes de tráfico. Quieren que para 2020 nadie resulte gravemente herido o fallezca conduciendo un Volvo, haciendo especial hincapié en la seguridad activa, pasiva y preventiva. De momento han conseguido reducir en un 50% el número de accidentes en los que un Volvo se ve involucrado desde el año 2000.

Diseño escandinavo

La marca no es nada conformista. Quieren comerse a la competencia y para eso un buen producto es clave. El diseño es crucial, ya que es lo que a fin de cuentas atraerá a la mayoría de los clientes, que luego pueden ser seducidos por otras características. Volvo nos habla del diseño escandinavo cuando nos describe el XC90. Indudablemente el SUV más grande de la marca luce un aspecto muy moderno y atractivo que llama la atención.

Los nuevos grupos ópticos tienen una luz diurna con forma de T a la que llaman el martillo de Thor. En la zaga se conserva una seña de identidad que hace al XC90 plenamente reconocible, como son sus marcadas caderas contorneadas por los pilotos traseros. Con o sin martillo, lo cierto es que Volvo ha dado todo un golpe de autoridad. El Volvo XC90 destaca sobre su competencia cuando el Volkswagen Touareg acumula años, el Audi Q7 es demasiado conservador y el BMW X5 peca de ser demasiado continuísta. Aporta un soplo de aire fresco al segmento.

Los golpes se suceden según analizamos más en profundidad el nuevo Volvo XC90. Su interior es una de las partes más sorprendentes. Supone un cambio radical en el diseño de interiores de Volvo y será la línea a seguir por futuros modelos. Destaca la pantalla táctil de 9″ del sistema multimedia Sensus colocada en el centro del salpicadero. Este es el corazón del vehículo y desde aquí se controlan todas las funciones del coche. La pantalla hace que en el salpicadero solo haya 8 botones para controlar las funciones más básicas. El cuadro de relojes también es digital y personalizable.

Al principio tenía miedo de que el manejo de la pantalla pudiera ser muy engorroso, pero lo cierto es que su manejo es de los más intuitivo. Los menús principales (navegador, teléfono, multimedia y uno personalizable) están siempre visibles y como la pantalla es grande, no molestan. Así, si estamos visualizando el navegador y queremos ir al teléfono, no tendremos que pasar por un menú principal para ello.

Desplazando la mano hacia la derecha aparecerá una pantalla con todos los ajustes de conducción del vehículo como el control de crucero, el head-up display, los asistentes de aparcamiento etc. Deslizando la mano desde la parte superior hacia abajo podremos acceder al manual de usuario digital (con el coche parado) o a un extenso menú de ajustes. Desde la derecha podremos acceder a otros ajustes y opciones como las actualizaciones del vehículo o aplicaciones de conectividad a Internet. En octubre llegará Apple Carplay con un precio de 503 euros.

La calidad del interior del Volvo XC90 está fuera de toda duda. Todos los plásticos empleados en el habitáculo son blandos y de muy buena calidad. Algunas versiones incluso tienen la parte superior del salpicadero y de las puertas tapizada en cuero, incrementando aún más esa sensación. La calidad de los ajustes es muy buena y no encontramos ruidos o grillos. En las versiones probadas, con tapicería de cuero, esta es de muy buena calidad. En la zona del maletero sí encontramos plásticos duros y algunos un poco más feos como dos tapas que cubre unos portaobjetos a la altura de las plazas traseras. Las molduras negro piano y la pantalla táctil son algo sucias, el polvo y las huellas se ven con mucha facilidad.

En cuanto a habitabilidad y confort, el Volvo XC90 aprueba con nota. Los asientos delanteros son realmente confortables y el espacio es abundante. La segunda fila de asientos es muy modular, ya que las tres plazas pueden desplazarse longitudinalmente de forma individual y reclinar el respaldo también de forma individual. La tercera fila de asientos sorprende. Si bien el maletero restante es escaso, el espacio para los ocupantes no es malo si adelantamos la segunda fila (según como estén los asientos de la primera aún puede quedar espacio de sobra). La altura al techo es el mayor problema, aunque personas de 1,70 metros pueden caber. El acceso a la tercera fila si es algo más complicado al no haber mucho sitio. El Volvo XC90 no es un estricto siete plazas, pero con carácter ocasional, resuelve muy bien la papeleta.

La climatización de cuatro zonas resulta interesante aunque el caudal del ventilador solo se puede regular por zonas delante-detrás y no individualmente por pasajero. Tanto la segunda fila como la tercera tienen salidas de aire. Con cinco plazas, el maletero es de 671 litros, frente a los 310 de cuando utilizamos los siete asientos.

Seguridad ante todo

La seguridad ha sido una de las máximas prioridades en el desarrollo del Volvo XC90 y encontramos sistemas diversos como el asistente de cambio involuntario de carril que actúa sobre el volante para no salirnos de las líneas, aunque es más brusco que el de otros fabricantes como Volkswagen. El avisador de ángulos muertos, la alerta de tráfico cruzado, la frenada de emergencia City Safety con reconocimiento de peatones y ciclistas incluso de noche y el sistema de salida de la calzada que tensa los cinturones y amortigua el impacto con un sistema integrado en los asientos que reducen hasta en 1/3 las lesiones de columna son algunos de los sistemas que equipa el Volvo XC90.

Especialmente interesante es el sistema de precolisión trasera, que detecta si un coche va a impactar contra el nuestro si estamos parados. Este sistema enciende los warning para advertir, tensa los cinturones y aplica los frenos para evitar que por el impacto nuestro coche salga despedido y pueda impactar contra otro vehículo o contra un peatón.

El control de crucero adaptativo también forma parte de la gama, con un funcionamiento preciso pero que no permite ser empleado como un control de crucero estándar. Si el sistema detecta un coche y empieza a decelerar, acelerará cuando demos el intermitente ara cambiar de carril. De esta forma la actuación es más rápida que en los sistemas que necesitan, sí o sí, que no haya un obstáculo para acelerar.

D5 y T6, de momento

La gama del Volvo XC90 está estructurada en los acabados Kinetic, Momentum, Inscription y R-Design. A nivel mecánico destaca su gama de motores Drive-E, todos ellos de 2.0 litros y cuatro cilindros sobrealimentados. La gama diésel ofrece las alternativas D4 y D5 con 190 y 225 caballos, respectivamente. Ambos recurren al cambio automático de ocho velocidades pero el D4 no puede tener tracción total. El D4 es también el único Volvo XC90 que puede tener cinco plazas.

La gama gasolina se compone por los T5 y T6 que tienen 254 y 320 caballos. El segundo está sobrealimentado por turbo y compresor volumétrico. Para ambos motores se recomienda utilizar gasolina de 98 octanos, aunque puede funcionar con 95 sin problemas. Por último, encontramos el Volvo XC90 T8 Twin Engine, la variante híbrida enchufable que utiliza el motor del T6 junto a uno eléctrico para conseguir 400 caballos. El motor de combustión mueve el eje delantero y el eléctrico el trasero. La autonomía en modo eléctrico es de 40 kilómetros, según la marca.

Por el momento en el mercado español solo están disponibles las motorizaciones D5 y T6. El resto de motorizaciones llegarán a los concesionarios a finales de año. Podéis consultar con todo detalle la gama y precios del Volvo XC90.

Al volante del XC90 D5

Habiendo repasado todos los detalles relativos al Volvo XC90, es momento de ver cómo se comporta. El sistema de acceso y arranque sin llave es de serie y el coche se arranca desde un selector giratorio situado en la consola central. Cobra vida el motor 2.0 diésel de cuatro cilindros y 225 caballos, el denominado D5. La tracción total es de serie en esta motorización, así como el cambio automático de ocho velocidades de toda la gama XC90.

Desde fuera se percibe claramente que se trata de un motor diésel y que no es un seis cilindros, ya que pese a no ser ruidoso, no alcanza los mismos niveles de refinamiento. Desde el interior el aislamiento es muy bueno y en todo momento el motor se percibe poco. No notaremos ninguna vibración. Incluso haciendo uso de la máxima capacidad de aceleración el motor no se percibe ruidoso.

Los primeros metros transcurren en ciudad y toca hacer algunas maniobras. Cabe destacar que pese a los 4,95 metros de largo y 1,93 de ancho, el Volvo XC90 no se siente tan grande, especialmente si nos ayudamos de sistemas como los sensores de aparcamiento delanteros y traseros y la cámara de visión 360º, con un funcionamiento muy bueno. Todo se maneja con suavidad.

Al salir a la autovía A-8 podemos hacer uso de la máxima capacidad de aceleración y comprobar que se trata de un coche rápido, con un cambio de velocidades que casi no se deja notar y es efectivo. En el kick-down es algo lento de respuesta. Teniendo en cuenta su peso y potencia de 225 cabalos no estaremos hablando de un misil, pero sí de un coche sobradamente potente. La competencia tiene motores diésel más potentes en las versiones intermedias de la gama.

El mal estado del firme de algunas zonas de la A-8 es una prueba de fuego para el Volvo XC90. Demuestra un buen aislamiento sonoro y una buena capacidad de filtrado de las irregularidades del terreno, tanto con la suspensión de serie como con la neumática opcional (esta última es más cómoda)

En cuanto a comportamiento dinámico, podemos otorgar una buena calificación al Volvo XC90. La suspensión contiene bastante bien los balanceos de la carrocería y la dirección tiene una respuesta directa. Todos los XC90 tienen el modo de conducción ECO, que gestiona el motor y el cambio con el objetivo de ahorrar combustible. Si el coche equipa el Drive Mode, también está disponible el modo Dynamic, que endurece la dirección y mejora de forma notable la capacidad de reacción del XC90, especialmente porque la caja de cambios no va en la marcha más larga posible. Los modos de conducción también actúan sobre la suspensión neumática opcional.

Existe el modo de conducción off-road, que con suspensión neumática eleva la altura de la carrocería en 4 centímetros adicionales y activa de forma automática el control de descensos. El Volvo XC90 no tiene reductora y sus neumáticos de asfalto no son apropiados para circular por caminos. La altura libre al suelo es de 238mm con suspensión normal y de 227-267 con la neumática. La capacidad de vadeo es de solo 450mm y los ángulos son de 23,8º en ataque, 23,3º de salida y 21,3º para el ventral.

En materia de consumos, circulando por carreteras y autovías, el ordenador de abordo rondaba los 7,5 litros. Las unidades probadas tenían muy pocos kilómetros, lo que puede afectar negativamente a esa cifra. El Stop & Start ayuda a reducir los consumos en recorridos urbanos, con un funcionamiento francamente bueno. No me ha gustado tanto el sistema Auto Hold, que aplica el freno de estacionamiento cuando estamos parados con el cambio en D para que el coche no avance. Cuando detenemos el coche y se aplica el freno de estacionamiento, se notan algunas vibraciones en el pedal.

Previsiones de ventas

Volvo tiene muchas esperanzas colocadas en este coche, y no es para menos. La buena acogida global del modelo ha quedado patente. Todavía recordamos las 1927 primeras unidades vendidas a través de Internet en menos de 48 horas.

De forma global, Volvo espera vender 50.000 unidades en 2015 y 80.000 en 2016. No parecen objetivos difícil cuando casi sin llegar el coche al mercado ya hay más de 30.000 pedidos. En el caso de España hay 600 pedidos y los objetivos son de 1.200 unidades este año y 1.500 para 2016.