Hace más de ochenta años, la famosa frase “la unión hace la fuerza”, cobró sentido en la Alemania de por aquel entonces. Cuatro empresas aunaban fuerzas para luchar contra uno de los enemigos más letales de cualquier compañía, una crisis económica. De aquella alianza, nacería un emblema que colmaría la historia del automóvil de tardes de gloria. Auto Union, la Audi que todos conocemos, y la madre del “retoño” que os presento a continuación.
La marca teutona, ansiaba encontrar la receta perfecta con la que despuntar de sus históricos adversarios, BMW y Mercedes. Tras años de cocina a fuego lento, el plato estaba listo. No inventaron un segmento, sino que crearon a uno de los gurúes del siglo XXI. Hoy, en Actualidad Motor, el perfume de Ingolstadt, el Audi A5 Coupé.
Tras las líneas enemigas
El año 2007 lo vio por primera vez. El 2008, le regaló una nominación a Automóvil Mundial del Año y una segunda plaza en la categoría de deportivos a la variante prestacional, el S5. Pero desde entonces, ha llovido mucho. La competencia ha provisto sus arcas de grandes obras, nuevos contrincantes de sobra preparados buscan arrebatarle la corona de campeón. Ésta es la excusa perfecta para probarlo. ¿Está preparado el Audi A5 para la que se avecina?
Y el culpable de todo este embrollo, es sin duda, la nueva creación de los de Baviera, el BMW Serie 4. Un vehículo que me ha hecho tener una verdadera crisis de fe, credo que desde años le guardo al Audi A5. Hablemos de su rejuvenecida cara, y salgamos de dudas.
Que comience el show
Nuestro protagonista enseñó al mundo un recorrido de líneas inspiradoras. «Afeminándolo», admito que es una de mis musas cuando doy rienda suelta a mi pasión de escribir sobre coches. Tiempo después, esa hermosa estética se merecía un retoque, el mercado sacaba las uñas y había que ponerse al día. Así, el Audi A5, sufriría un restyling que respetaba prácticamente todo el diseño y que continuaría con la nueva identidad establecida por la marca de los aros.
Después del paseo por todo su contexto, vayamos al meollo de la cuestión. Es hora de dirigirme a las instalaciones de la firma para recogerlo. Un lugar que definiría como lleno de fantasía. El S7 y el A3 Sedán que allí se exponen, me miran con picardía mientras espero las llaves de éste. El ruido atronador que hace un RS6 Avant, el guardián de aquello, me pone los pelos de punta. Tras reponerme del susto, me acerco por fin al actor principal, el Audi A5 Coupé.
Toque de bisturí
Como os había contado antes, la parte frontal es la que ha sufrido la mayoría de los cambios. Los ópticos ahora no son tan sencillos, miran con nuevas LEDs y han sido cortados de una manera más afilada. En el centro de éstos, la calandra se ensancha y toma más protagonismo si cabe. Un conjunto adornado por la presencia de la S-line, que con las generosas falsas tomas de aire y los spoiler, te advierten de que lo que ves, no es precisamente un juego de niños.
El resto, sigue siendo más de lo mismo. Siempre me dijeron que si algo funciona, para qué cambiarlo. La forma aerodinámica de la cubierta, con la tumbada luneta delantera, consagra el “corte deportivo”. La dilatación que puede sentirse en el lateral, una zona con escasa superficie acristalada, viaja sinuosamente hasta la zaga. Aquí, el formato LEDs de los pilotos ponen la nota moderna y la elegancia del resto solo es interrumpida por el «sello S» del gris difusor y la doble salida de escape. Puro aroma en un frasco de 4.626 mm de largo, 1.854 mm de ancho y 1.372 mm de alto. Semblante bien distinguido por las preciosas llantas de 18 pulgadas que adornan sus zapatos.
Como en casa
Este rojo pasión, que bien podría ilustrar una poesía de Becquer, exalta su pigmentación por el negro azabache que armoniza el interior. El habitáculo juega con tonos oscuros y cromados, un espacio orientado al conductor que goza de un nivel de ergonomía de los más altos de su clase. Desde aquí, puedes controlar sin problema el sistema de entretenimiento gracias a la conocida “ruedita premium” que, para mi gusto, es más funcional que un control táctil.
Mi trasero descansa en unos asientos deportivos que te dejan en un puesto de conducción bajo, con la línea de cintura elevada. La tapicería en cuero alcántara acaricia mi piel mientras mi sentido de la vista sigue analizando cada rincón de este Audi A5. Lo que más me gusta del habitáculo es su limpieza, poca botonería, detalles elegantes y amplitud desahogada.
Este espacio no se beneficia, al contrario que por fuera, de las pinceladas de la S-line, pero, igualmente, el volante de tres radios es un gustazo para mis ojos y mis manos. Un cuento de hadas en el que la bruja aparece cuando decides ocupar las dos plazas que ofrece la parte traseras. Pese a ponerte facilidades de acceso, como el desplazamiento automático de los asientos delanteros, introducirte en ellos no es tarea fácil y, si superas el 1,80 m. ni lo intentes, o tendrás que visitar a tu fisioterapeuta por ese dolor de cuello. Una sombra que no podemos recriminarle ya que el resto, viajará sin problemas.
Hasta ahora…buen sabor de boca
La luz vuelve a hacerse cuando nos vamos de vacaciones y toca descubrir su maletero. 455 litros a tu disposición siendo uno de los cajones más holgados de su categoría con una boca de entrada agradecida. Una de las berlinas de dos puertas más bonitas del mercado que, instantes antes de apretar el botón de arranque, nos tiene encandilados. ¿Seguirá por este buen camino? ¿Será su apartado dinámico su talón de Aquiles o la virtud que le asegurará un puesto entre los grandes? Mañana lo averiguaremos, descubre con nosotros el motor y las capacidades dinámicas de este Audi A5 Coupé.
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