El Mazda CX-30 es el modelo de la marca japonesa para cubrir el hueco existente entre el crossover urbano Mazda CX-3 y el todo camino Mazda CX-5. Había una brecha de tamaño importante y el fabricante ha colocado un modelo realmente apetecible. Y es que no se han limitado a crear un coche a escala con las medidas intermedias, sino que han querido ir un poco más allá.
Este nuevo Mazda CX-30 se presenta como un SUV de cierto estilo coupé, un diseño emocional, una muy alta calidad interior y de rodadura, así como un nivel de equipamiento muy completo desde el acabado más accesible. Con todo esto puede poner las cosas complicadas incluso a las habituales marcas premium de origen alemán. Hoy lo probamos con el revolucionario motor 2.0 Skyactiv-X de 180 CV y el acabado tope de gama denominado Zenith.
El nuevo SUV coupé de la compañía nipona fue lanzado al mercado tras el pasado verano. En el mes de septiembre ya pudimos traeros una toma de contacto durante su presentación europea (con vídeo incluido), pero en aquel momento el motor Skyactiv-X del que tanto hemos hablado en los últimos años era de preserie. Ahora ya está a la venta y lo hemos probado a fondo con este Mazda CX-30. Por cierto, esta unidad trae cambio manual de 6 marchas y tracción delantera, la que probablemente sea la configuración más demandada.
Emoción visual para el exterior
No cabe la menor duda de que los últimos diseños de Mazda, con el famoso lenguaje KODO, está siendo uno de los puntos fuertes de la marca. Aunque sobre gustos no hay nada escrito, lo cierto es que en esta semana de pruebas he recibido muchos comentarios positivos de su diseño. Como el Mazda3, este CX-30 tiene una estética elegante y atractiva con sus múltiples volúmenes y las pocas líneas de tensión forzadas.
Por lo demás, podemos destacar el llamativo frontal con una gran calandra principal y los faros Full LED, siendo custodiados en su zona inferior por un contorno cromado. En el costado, obviamente, el centro de atención es la silueta con ese ligero estilo coupé y la suave caída del techo, dando una forma redondeada a la escultura. Por su parte, la trasera destaca por los estilísticos pilotos LED, el spoiler superior y la doble salida de escape. Ah, por cierto, no faltan unas muy marcadas protecciones plásticas en los cuatro costados.
Además del diseño de la carrocería en sí, la paleta de colores que ofrece la marca está concienzudamente estudiada. Son capaces de transmitir unos reflejos, luces y sombras que incrementan esa estética tan natural y ayudan a que percibamos mejor las formas del exterior. En este caso, la unidad probada lleva la tonalidad gris “Polymetal Gray”. El más llamativo de todos es el rojo “Soul Red Crystal”.
Calidad y diseño inteligente para el interior
Si pasamos al habitáculo, el Mazda CX-30 nos recibe con la misma imagen y calidad que el Mazda3. El interior es prácticamente calcado. Aquí nos encontramos con un diseño sencillo e inteligente, no centrando nuestra atención durante la conducción en las pantallas, como hacen otras marcas. Esto, sin duda, me parece muy positivo. La parte que menos me gusta es el acabado plástico brillante de la consola central, junto al cambio de marchas, que ya sabéis que se ensucia y araña con facilidad.
Respecto a las pantallas, de serie tenemos una central en el salpicadero de 8,8 pulgadas para el infoentretenimiento, la cual no es táctil, sino que se controla desde un mando giratorio en la consola central. El cuadro de relojes es parcialmente digital con pantalla central de 7 pulgadas pero tiene un diseño muy clásico, tanto que parece un cuadro tradicional. Mazda afirma que no quiere distraer a sus conductores con pantallas, lo cual me parece muy acertado, aunque hay que tirarlos de las orejas porque el eléctrico Mazda MX-30 está repleto de ellas…
El punto fuerte del Mazda CX-30 en su interior es la calidad que percibimos. Casi todos los materiales están muy bien escogidos, siendo agradables al tacto y también a la vista, transmitiendo una grata sensación. Y no me refiero solo al salpicadero o paneles de las puertas, sino a los botones, ruletas de climatizador, reposabrazos y, por supuesto, volante y pomo del cambio. Muchas marcas deberían aprender en ese sentido. Tampoco se aprecian crujidos durante la conducción por zonas muy bacheadas o al presionar en las distintas piezas.
Un aspecto, probablemente el único del diseño interior, que no me termina de encajar es que las salidas de aire frontales del lado del acompañante están en una posición algo extraña bajo mi punto de vista. Como podéis ver en las imágenes, se encuentran un tanto bajas y, aunque bien integradas, varios acompañantes se han sentido algo molestos por recibir el aire frío de una forma muy directa a la zona del pecho. Sí, se puede ajustar, pero al estar muy cerca de la persona y centradas, no es tan cómodo. En cualquier caso, es una curiosidad, otros pasajeros no se han percatado.
La unidad que nosotros estamos probando lleva el paquete opcional White. Incorpora la tapicería de cuero en color blanco, asientos delanteros calefactables, asiento del conductor eléctrico con memoria y apoyo lumbar. Su precio es de 2.000 euros. Otro opcional que tenemos en el habitáculo es la superficie de carga inalámbrica para el móvil bajo el reposabrazos central, que cuesta 205 euros incluyendo el montaje.
Más justo en habitabilidad y maletero
Dejando a un lado el diseño y centrándonos en el espacio para los ocupantes, las plazas delanteras son más que suficientes para dos personas de talla media-alta; tanto por altura como por anchura. Además, los asientos son cómodos, tenemos reglajes amplios y hay espacio para colocar el móvil, la cartera, llaves y alguna que otra botella de agua de medio litro. En las puertas incluso se puede colocar una botella de litro y medio.
Las plazas traseras son correctas, pero mejorables. El acceso no es del todo práctico, y no por la caída del techo, que tampoco se nota demasiado, sino porque el paso de rueda es voluminoso y puede estorbar un poquito a la altura de la cintura para acceder y salir de esta segunda fila. Una vez dentro, el espacio para la cabeza es suficiente para personas de hasta 1,80 de altura y hay una justa pero correcta distancia para las piernas. La plaza central, lógicamente, es menos práctica y amplia que las dos laterales.
Por otro lado, en esta parte trasera tenemos salidas de aire en la zona central, lo que siempre es de agradecer, y también una bolsita en el respaldo del asiento para dejar alguna carpeta o un periódico. Algo que sí he echado de menos han sido un par de tomas USB, que nunca vienen nada mal en las plazas traseras. El túnel de transmisión se deja notar, aunque tampoco es de los más intrusivos del mercado.
¿Qué hay del maletero? Pues abrimos el portón (que es automático en este nivel de acabado) y nos encontramos con un volumen de carga correcto teniendo en cuenta el concepto de coche y la longitud total de la carrocería; aunque es mejorable. Estamos hablando de 430 litros, que pueden ser justos si viajamos asiduamente con la familia. El CX-5, por ejemplo, cubica 510 litros. Eso sí, las formas son relativamente cúbicas y los tapizados también están muy cuidados en esta zona.
Gama mecánica Mazda CX-30
Si dejamos a un lado el estilo, el diseño y la amplitud, y nos centramos en la oferta mecánica, vemos que no hay muchos motores entre los que escoger en este Mazda CX-30. Eso sí, lo bueno es la posibilidad de elegir muchas posibilidades entre motor, caja de cambios y sistema de tracción. Tenemos dos motores de gasolina, de 122 y 180 CV, con etiqueta Eco de la DGT y 2 litros de cilindrada, además de un diésel de 1.8 litros con 116 CV.
En nuestro caso, como informábamos al principio, hemos probado el 2.0 Skyactiv-X manual de tracción delantera. Está disponible con tracción delantera y 4×4, pudiendo combinarse ambas con cambio manual y automático. Su rendimiento máximo es de 180 CV a 6.000 rpm y 224 Nm de par a 3.000. Entre sus prestaciones encontramos una velocidad máxima de 204 km/h y un 0 a 100 en 8,5 segundos. Por su parte, el consumo combinado homologado en WLTP es de 5,9 l/100 km. Curiosamente, sobre el papel, gasta menos que el diésel.
Mazda Skyactiv-X: Llega el encendido por compresión a la gasolina
¿Qué tiene de particular este motor? Pues muchas cosas. Es una mecánica única en el mercado. Lo primero a destacar es que Mazda sigue apostando por los propulsores de gasolina sin turbo y de alta cilindrada, algo que prácticamente ningún fabricante está haciendo desde hace años. La verdad es que no les va nada mal viendo el rendimiento que extraen y su eficiencia. Pero centrémonos en este motor concretamente que, aunque no tiene turbo, sí utiliza un pequeño compresor volumétrico para forzar la entrada de aire.
Dice Mazda que la idea de este Skyactiv-X es reunir las mejores virtudes de las mecánicas diésel y gasolina. Tenemos un motor de gasolina con una relación de compresión altísima (16,3:1) y la tecnología SPCCI (encendido por compresión controlado por chispa). Hay diferencia de los motores de gasolina tradicionales, que prendían la mezcla aire-combustible en el cilindro mediante el salto de chispa de la bujía. Este motor sigue teniendo bujías, y hay fases en las que funciona exactamente igual, pero muchos otros momentos no.
Gracias al compresor volumétrico, a la alta cilindrada y a la dosificación del sistema de inyección, la tecnología SPCCI de la marca japonesa permite que la bujía, en determinadas ocasiones, no sea quien prenda la mezcla. En esas situaciones se utiliza una preinyección de poco combustible cuando el pistón está en fase de admisión, y cuando se aproxima al PMS (Punto Muerto Superior) en la carrera de compresión se inyecta más combustible y se origina el encendido de la bujía.
Bien, puede parecer que hay poca diferencia respecto a los motores convencionales. Sin embargo, la diferencia es que esa chispa en el Skyactiv-X no trata de prender directamente la mezcla, sino de crear en la cámara de combustión un aumento considerable de la presión de forma instantánea, la cual finalmente hace que la mezcla aire-combustible explote de forma controlada.
Con esto se logra una gran energía en el momento de la expansión sin por ello utilizar mucho combustible, como en cualquier motor diésel. Y es que, al tener tanta compresión, la mezcla está muy comprimida y las moléculas explotan muy rápidamente. Gracias a ello se consigue una buena economía de combustible, un correcto par motor y una mejor respuesta en general, manteniendo el resto de ventajas habituales en los coches de gasolina, como la suavidad de respuesta.
Al volante: Calidad de rodadura y tacto made in Mazda
Una vez conduciendo, el Mazda CX-30 se percibe claramente como un vehículo de la marca japonesa. Es muy probable que con los logos tapados y el interior camuflado supiera que estoy al volante de un Mazda. Tienen un tacto de conducción muy particular, siendo cómodos pero directos y precisos. También el el freno y el cambio transmiten una sensación muy propia de la marca. Y luego está el tacto de los principales mandos, con una calidad muy elevada, o el silencio de rodadura y confort de marcha.
El nuevo crossover coupé de Mazda es un coche agradable de conducir, más aún con este motor 2.0 Skyactiv-X 180 CV. Esta mecánica tiene un funcionamiento muy suave y agradable, no apreciándose en ningún momento el tipo de funcionamiento que está utilizando internamente en cuanto al encendido. Además, la gestión del cambio manual acompaña en todo momento, con ese tacto Mazda del pomo redondo y de recorridos precisos y relativamente cortos.
Sin embargo, no es menos cierto que aunque para callejear y moverse por vías lentas es realmente satisfactorio, para muchas personas puede ser “frustrante”. Sobre todo para quienes estén acostumbrados a los motores turbo diésel y esperen una gran patada de los 180 CV. En este coche no vale acelerar a 2.500 vueltas en quinta marcha y esperar respuesta, porque tardará lo suyo.
Al final estamos con un coche que, para reducir consumos a velocidades estables, no tiene unos desarrollos muy cortos y su par máximo es de 224 Nm a 3.000 rpm. En carretera o en incorporaciones, si queremos una buena respuesta, hay que conducir a la antigua usanza. Es decir, hay que bajar una o dos marchas, llevar el motor a su zona buena, y acelerar fuerte.
En este coche hay que trabajar un poquito con el cambio manual, como en todos los motores de gasolina de Mazda; como en los motores de gasolina atmosféricos. Es por ello que su funcionamiento pueda no ser del gusto de todos los conductores, y también que el conductor tenga la sensación de que los 180 CV declarados no son tales, sino alguno menos.
Por lo demás, es un vehículo muy suave, con una exquisita puesta a punto de la suspensión y con un gran equilibrio en todos los sentidos. Se siente muy cómodo y, sin embargo, tiene un comportamiento muy bueno para ser un coche normal y sin aspiraciones deportivas. El trabajo de Mazda en ese sentido es intachable. Por otro lado, hay que destacar el poco nivel de ruido, vibraciones o asperezas durante la conducción, pues es un coche realmente silencioso, lo que incrementa considerablemente la sensación de calidad.
Consumos francamente reducidos
La nota más sorprendente de este coche probablemente sea el consumo. Estamos ante un SUV de 180 CV en gasolina y sin un gran turbo que ayude a conducir sin girar a altas revoluciones. Cualquiera podría esperar consumos de 10 litros a los 100, pero nada más lejos de la realidad. En una conducción normal es fácil estar por debajo de los 6 l/100 km en autovía a 120 km/h. De hecho, he llegado a ver los 5,5 litros en este tipo de trayectos rodando a 120.
Como es lógico, callejeando sube un poco la media, pero es realmente fácil obtener registros de 6,5 litros cada 100 kilómetros recorridos. En nuestro caso, tras unos 600 kilómetros de prueba, el dato del ordenador ha indicado una media de 6,3 l/100 km. Bajo mi punto de vista, es un consumo fantástico teniendo en cuenta lo que antes hemos dicho. Además, rivales del segmento C, como un Hyundai Tucson, por ejemplo, con menos potencia declarada y sobrealimentación por turbo hacen medias de unos 10 l/100 km.
Resumen, conclusiones y rivales
Aunque el Mazda3 es el coche del segmento tradicional, su poco aprovechamiento del espacio interior hace que el Mazda CX-30 sea el modelo más racional para aquellos clientes que vayan a utilizar alguna de las plazas traseras con cierta frecuencia. También por el maletero. Para que os hagáis una idea, el CX-30 prácticamente es el actual pilar de Mazda.
Personalmente, soy más partidario del segmento compacto que del de los SUV, pero en este caso, al final, la segunda fila de asientos del SUV coupé es más benévola que la del compacto y, lógicamente, los SUV son los coches que el público demanda. Si no necesitara mucho espacio detrás, preferiría el Mazda3, pero para una familia sale mucho más a cuenta irse a este CX-30.
No quería olvidarme de mencionar el nivel de equipamiento de este coche. Un poquito más abajo os dejo la lista de equipamiento según el acabado, pero fijaos en que desde el nivel de acceso (Origin) trae muchos sistemas de seguridad, de conectividad y de ayuda a la conducción. Ni mucho menos pueden decir algo similar la gran mayoría de marcas.
Y para rematar, si hablamos de posibles rivales, desde hace tiempo Mazda no apunta a marcas generalistas, sino a coches de marcas reconocidas. Así, podría pelear de tú a tú sin complejos contra un BMW X2 o con un Mercedes GLA sin problema, ofreciendo una mejor relación calidad, equipamiento y precio. Eso sí, ya sabemos que decir BMW o Mercedes tiene mucho peso en España, algo que obviamente con Mazda no se valora igual…
Equipamientos Mazda CX-30
Origin
- Llantas de aleación de 16 pulgadas
- Pantalla central 8,8 pulgadas con navegador, radio digital y MZD Connect
- 8 altavoces
- Apple CarPlay y Android Auto
- Volante multifunción
- Bluetooth
- Control de crucero adaptativo
- Sensor de ángulo muerto
- Detector de tráfico trasero cruzado
- Reconocimiento de señales
- Frenada de emergencia
- Aviso de cambio de carril involuntario
- Detector de fatiga
- Faros delanteros y traseros con LED (luz diurna halógena)
- Luces largas automáticas
- Sensor de luz y lluvia
- G-Vectoring Control Plus
- Asistente de arranque en cuesta
- Alarma
- Freno de estacionamiento eléctrico
- Kit de reparación de pinchazos
- Sensor de aparcamiento trasero
- Retrovisores eléctricos con calefacción y plegado automático
- Climatizador bizona
- Cuadro de instrumentos con pantalla de 7 pulgadas y ordenador de a bordo
- Elevalunas delanteros y traseros
- Volante y palanca de cambios en cuero
- Head-Up Display
- Salidas de aire traseras
- Arranque por botón
- Asientos traseros abatibles (60:40)
Evolution (añade)
- Llantas de aleación de 18 pulgadas
- Control de crucero adaptativo por radar
- Asistencia a la frenada en ciudad avanzada con reconocimiento de peatones
- Sensores de aparcamiento traseros y delanteros
- Portón trasero eléctrico
- Cámara de marcha atrás
- Acceso y arranque manos libres
- Cristales traseros oscurecidos
- Toma de corriente de 12 voltios
- Head-up display con proyección en parabrisas
Zenith (añade)
- Equipo de sonido Bose con 12 altavoces
- Pilar B en Piano Black
- Firma lumínica trasera y delantera
- Faros Full LED adaptativos
Precios Mazda CX-30
Motor | Cambio | Tracción | Acabado | Precio |
---|---|---|---|---|
Motor | Cambio | Tracción | Acabado | Precio |
Skyactiv-G 2.0 122 CV | Manual 6v | Delantera | Origin | 27.575 € |
Skyactiv-X 2.0 180 CV | Manual 6v | Delantera | Origin | 29.975 € |
SKyactiv-D 1.8 116 CV | Manual 6v | Delantera | Origin | 29.575 € |
Skyactiv-G 2.0 122 CV | Manual 6v | Delantera | Evolution | 29.225 € |
Skyactiv-G 2.0 122 CV | Automático 6v | Delantera | Evolution | 32.025 € |
Skyactiv-G 2.0 122 CV | Manual 6v | 4×4 | Evolution | 31.225 € |
Skyactiv-X 2.0 180 CV | Manual 6v | Delantera | Evolution | 31.625 € |
Skyactiv-X 2.0 180 CV | Automático 6v | Delantera | Evolution | 34.425 € |
Skyactiv-D 1.8 122 CV | Manual 6v | Delantera | Evolution | 31.225 € |
Skyactiv-D 1.8 122 CV | Automático 6v | Delantera | Evolution | 34.025 € |
Skyactiv-G 2.0 122 CV | Manual 6v | Delantera | Zenith | 30.475 € |
Skyactiv-G 2.0 122 CV | Automático 6v | Delantera | Zenith | 33.275 € |
Skyactiv-G 2.0 122 CV | Manual 6v | 4×4 | Zenith | 32.475 € |
Skyactiv-G 2.0 122 CV | Automático 6v | 4×4 | Zenith | 35.275 € |
Skyactiv-X 2.0 180 CV | Manual 6v | Delantera | Zenith | 32.875 € |
Skyactiv-X 2.0 180 CV | Automático 6v | Delantera | Zenith | 35.675 € |
Skyactiv-X 2.0 180 CV | Manual 6v | 4×4 | Zenith | 34.875 € |
Skyactiv-X 2.0 180 CV | Automático 6v | 4×4 | Zenith | 37.675 € |
Skyactiv-D 1.8 122 CV | Manual 6v | Delantera | Zenith | 32.475 € |
Skyactiv-D 1.8 122 CV | Automático 6v | Delantera | Zenith | 35.275 € |
Opinión del editor
- Valoración del editor
- Puntuación 4.5 estrellas
- Excepcional
- Mazda CX-30 2.0 Skyactiv-X 180
- Reseña de: Diego Ávila
- Publicado el:
- Última modificación:
- Diseño exterior
- Diseño habitáculo
- Plazas delanteras
- Plazas traseras
- Maletero
- Mecánica
- Consumos
- Confort
- Precio
Pros
- Calidades interiores y de rodadura
- Consumos muy bajos y comportamiento
- Dotación de equipamiento
Contras
- Plazas traseras y maletero mejorables
- Pocos motores disponibles
- Adaptación al bajo par motor para clientes
Falta techo solar o panorámico
La prueba más clara y completa que he leído de este coche, y he leído muchas antes y después de comprármelo.
??
Con lo único que no estoy de acuerdo por mi experiencia es con los datos del consumo, a 3250 rpm en autovía en 6ª me salen de 9 litros a los 100 km.