Prueba Mercedes-Benz E 300 de 9G-Tronic 306 CV

Prueba Mercedes-Benz E 300 de híbrido diésel

Todo el mundo dice que la electrificación total de los vehículos es el futuro de la movilidad, pero tampoco deberíamos descartar que haya varias alternativas y no una sola, como parece que las autoridades y distintas competencias nos quieren vender. Por el momento estamos en una época de transición, y prueba de ello es que las compañías automovilísticas ofrecen muchas opciones en la forma de “alimentar” a sus vehículos.

Mercedes-Benz tiene una amplia gama de alternativas, contando con coches de gasolina, diésel, a gas, híbridos suaves a 48 voltios, eléctricos (acaban de presentar el EQC), híbridos enchufables de gasolina y también PHEV diésel. Sí, como lo leéis, coches híbridos enchufables diésel. Precisamente esta última solución es la que hemos probado en una toma de contacto, el Mercedes-Benz Clase E 300 de, un híbrido diésel de 306 CV y 700 Nm con etiquete “Cero Emisiones”.

El objetivo de Mercedes en Europa es que en el año 2025 el 40 % de sus ventas sean de vehículos híbridos enchufables y eléctricos.

A nivel estético, las diferencias de este Mercedes E 300 de con cualquier otro Clase E son mínimas, por lo que no entraremos a fondo en este apartado. Varía principalmente en que este híbrido lleva las inscripciones EQ Power que representa a los híbridos enchufables de la marca, y también en el punto de carga, que se ubica en la parte trasera derecha. También hay algunos cambios sutiles para mejorar la aerodinámica.

Las claves del Mercedes-Benz E 300 de

Prueba Mercedes-Benz E 300 de trasera

Tomando la base del Clase E normal, el E 300 de combina un motor diésel de 2 litros y cuatro cilindros con un propulsor eléctrico. El motor tradicional de gasoil es un cuatro cilindros de 1.950 cc que desarrolla una potencia máxima de 194 CV, así como un par motor de 400 Nm. Por su parte, el propulsor eléctrico se ubica en la caja de cambios y es capaz de producir 90 kW (122 CV) y 440 Nm. La tracción siempre es trasera y la caja de cambios es la 9G-Tronic, de tipo convertidor.

En conjunto, el sistema propulsor híbrido es capaz de desarrollar una potencia de 306 CV y un par motor máximo de 700 Nm. Son cifras muy importantes, especialmente en el caso del par por su fuerza de empuje. Las prestaciones homologadas son un 0 a 100 km/h en 5,9 segundos (6 para el Estate) y una velocidad punta de 250 km/h.

En modo eléctrico se pueden alcanzar velocidades de algo más de 130 km/h.

Prueba Mercedes-Benz E 300 de carga

Respecto a los consumos y autonomías, el Mercedes-Benz E 300 de berlina homologa un consumo mixto de 1,7 l/100 km de gasoil y 20 kWh/100 km de carga eléctrica. La autonomía homologada del modo eléctrico es de 54 kilómetros.

Por su parte, la batería es de iones de litio y tiene una capacidad de 13,5 kWh. Se ubica tras los asientos posteriores, es decir, al fondo del maletero. Si hablamos de los tiempos de recarga, utilizando un Wallbox podemos pasar del 20 al 100 % de la capacidad de carga en 1 hora y 30 min. Si lo hacemos en un enchufe de 230 voltios y 16 amperios serán 2 horas y 30 minutos también para pasar del 20 al 100 % de la carga. En esta misma recarga, pero con 230 voltios y 8 amperios, tarda aproximadamente 6 horas.

La capacidad de carga se ve reducida notablemente. En el caso del Mercedes-Benz E 300 de berlina el maletero pasa de los 540 litros (de las versiones no híbridas) a los 400 litros, creando un importante escalón que reduce la practicidad del mismo. Si hablamos del Estate, baja de los 640 a los 480 litros.

Varios modos de conducción y configuración del sistema híbrido

La organización había preparado una ruta partiendo del centro de Madrid, saliendo de la capital por el norte y regresando al punto de partida. El objetivo era aprovechar y ver el comportamiento de este coche tanto en una gran ciudad como en carretera abierta.

Prueba Mercedes-Benz E 300 selector palanca de cambios

Además, los chicos de Mercedes-Benz nos explicaron los distintos modos de conducción: Individual, Economy, Comfort, Sport y Sport+. El caso es que cuando conducimos en Economy o Comfort, podemos -mediante otro botón- gestionar el comportamiento del sistema propulsor con otros cuatro sub-modos: Hybrid, E-Mode, E-Save y Charge.

  • Hybrid: el sistema toma las decisiones por sí mismo, como si de un modo automático se tratara, y prioriza la entrada en funcionamiento del motor térmico o eléctrico dependiendo de las condiciones.
  • E-Mode: seleccionándolo forzamos que entre el motor eléctrico y el térmico se apague.
  • E-Save: el motor eléctrico se apaga para conservar la carga de batería y conducimos con el motor diésel.
  • Charge: el motor de combustión, además de propulsar el vehículo, también recarga la batería. No es recomendable utilizarlo habitualmente, pues el consumo de diésel se elevará.

A lo anterior hay que añadir el Asistente ECO. Mediante los radares del vehículo, la posición GPS del coche y la ruta seleccionada en el navegador, este asistente varía la gestión del sistema híbrido e invita al conductor a practicar una conducción más eficiente.

  • Si detecta que nos aproximamos a una rotonda, nos sugiere que dejemos de acelerar y, además, ajusta la retención con la frenada regenerativa para cargar batería.
  • También, si el navegador indica que tenemos que tomar un cruce o que se aproxima una curva, el sistema nos sugerirá que levantemos el pie derecho y, nuevamente, adaptará la retención. Lo mismo ocurre cuando afrontamos una pendiente descendente.
  • Por su parte, si fuera de la ciudad dejamos de acelerar y la distancia con el vehículo que nos precede se acorta, incrementa la retención y busca ganar algunos metros de autonomía eléctrica.

Prueba Mercedes-Benz E 300 de híbrido motor diésel

Poco a poco todo suma y vamos ganando kilómetros de autonomía con el sistema eléctrico, a lo que hay que sumar los litros de gasoil que vamos ahorrando cada vez que dejamos de acelerar y por los kilómetros de más que vamos a hacer en modo eléctrico posteriormente.

Al volante: silencioso, muy confortable, potente y sin miedo a Madrid Central

Iniciamos la ruta en E-Mode y entramos de lleno en Madrid Central, y es que unas de las ventajas de contar con la etiqueta Cero Emisiones es que podemos acceder libremente y sin miedo a que nos llegue una sanción. Una pena que, por las obras, la zona de Sol estuviera totalmente colapsada, aunque estuvimos más de media hora en un importante atasco sin gastar una gota de gasoil.

Saliendo de esa zona “conflictiva”, disfrutamos del placer de rodar en total silencio. Además, gracias a la respuesta del sistema eléctrico, podemos salir disparados de cualquier semáforo o cruce, con una respuesta instantánea. Por otro lado, debido a la suspensión y al gran aislamiento del coche, se siente más confortable que muchos vehículos eléctricos.

Prueba Mercedes-Benz E 300 de cuadro

Poco a poco nos alejamos del núcleo de la gran ciudad y, ya por la M-30, cambiamos al modo de conducción E-Save, para seguir teniendo una buena reserva de autonomía cuando regresemos al centro. El motor diésel entra en acción y el eléctrico se apaga.

El propulsor térmico es bastante silencioso, estando muy bien aislado y apenas notándose en el interior salvo cuando demandamos mucha energía con el acelerador o revolucionamos más de la cuenta el motor utilizando la transmisión en modo secuencial. Además, su potencia y par son generosos.

En cualquier caso, si en algún momento queremos extraer todo el rendimiento del conjunto, no hace falta más que hundir a tope el pedal derecho y hacer un kick-down. El motor térmico y el eléctrico se emplearán a fondo, regalándonos 306 CV y 700 Nm que nos dejarán prácticamente pegados al respaldo hasta que decidamos levantar el pie del acelerador.

Prueba Mercedes-Benz E 300 de híbrido diésel 306 CVlateral

La respuesta es muy buena y lo mejor de todo es que, pese a sus dimensiones y peso (4,9 metros y más de 2 toneladas), no se percibe como un coche pesado o torpe. No es muy ágil, como es lógico, pero reconozco que me lo esperaba más perezoso en sus reacciones y cambios de apoyo. Muy bien. En autovía, por supuesto, el confort de este coche es muy alto, algo a lo que Mercedes nos tiene muy bien acostumbrados.

Continuamos con nuestra ruta y volvemos hacia el punto de partida, entrando de nuevo en la capital española y activando el E-Mode. El motor térmico vuelve a apagarse y el eléctrico es quien se hace responsable de la propulsión del coche. En total silencio volvemos a comprobar el placer de conducir sin ruidos y como esto logra que no nos estresemos tanto al volante.

Una vez concluido el recorrido, tras 76 kilómetros de ruta y 2:05 horas de conducción, el ordenador de viaje marca que hemos recorrido 36 kilómetros en modo eléctrico en 1:33 minutos. El consumo medio de gasoil durante esos 76 kilómetros ha sido de 3,5 l/100 km, mientras que el consumo medio de electricidad fue de 9,5 kWh/100 km. Nos “sobraron” 8 kilómetros de autonomía eléctrica en el momento de entregar de nuevo el vehículo.

Conclusiones

El Mercedes-Benz E 300 de 9G-Tronic con 306 CV es un coche que puede ser interesante para aquellos clientes que realicen muchos kilómetros en carretera y que, además, no puedan permitirse problemas a la hora de entrar a los núcleos urbanos de grandes ciudades, pues como he citado más arriba cuenta con la pegatina Cero Emisiones.

Prueba Mercedes-Benz E 300 de dinámica trasera

Eso sí, debemos tener en cuenta que no todo el mundo tiene la facilidad de recargar su batería a diario o casi a diario. Y es que este modelo híbrido diésel está pensado para utilizar toda la carga de batería entre recarga y recarga para así lograr la máxima eficiencia. Es decir, lo ideal es recargarlo todas las noches y aprovechar dicha energía eléctrica para los trayectos diarios y/o urbanos.

El principal punto negativo de este modelo es que el maletero se ve claramente reducido, perdiendo 140 litros de capacidad en la carrocería berlina y 160 en la familiar Estate. Creo que lo ideal sería apostar por la carrocería Estate, que apenas es unos centímetros más larga pero que gana mucha polivalencia y practicidad por su maletero.

Precios

Prueba Mercedes-Benz E 300 de

El Mercedes E 300 de tiene un precio 67.400 euros en berlina, siendo de 70.100 euros en la variante familiar Estate. En comparación, la variante diésel no enchufable E 350 d (con un 3.0 litros de 286 CV) cuesta 65.300 euros en carrocería berlina y 68.300 en su versión familiar.

Galería Mercedes E 300 de


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