El circuito del Jarama, propiedad del Real Automóvil Club de España, tiene el honor de haber sido el primer circuito permanente español construido en su totalidad con capital privado. Recientemente se celebró su medio siglo de existencia y, tras las celebraciones, toca el turno de revisar su historia, desde su concepción inicial hasta el día de hoy.
Este circuito está situado en el municipio madrileño de San Sebastián de los Reyes en lo que antes era un terreno árido y lleno de matojos. La construcción de este circuito junto con el posterior plan parcial de ordenación de la finca “Pesadilla”, que dio lugar a la urbanización Ciudalcampo, permitió urbanizar una zona al norte de Madrid en la que, siendo claro, no iba mucha gente a pasar el fin de semana.
A día de hoy, el circuito del Jarama, que está a 34 kilómetros de nuestro kilómetro cero, la madrileña Puerta del Sol, se encuentra entre la citada urbanización Ciudalcampo y la de Santo Domingo, perfectamente comunicado con la capital española gracias a su estratégica ubicación al costado de la autovía del Norte (A1). Hay incluso quien sostiene que la ubicación de este circuito y la urbanización del entorno fueron factores determinantes para el inicio en la primera mitad de los años setenta del desdoblamiento desde Madrid hasta San Agustín de Guadalix de la antigua carretera nacional N1 sobre la que se asienta hoy en día la autovía del Norte.
La construcción del Circuito del Jarama
Siendo honesto es justo decir que el primer circuito que se construyó en España fue el de Terramar, en la localidad barcelonesa de Sant Pere de Ribes, inaugurado el 28 de octubre de 1923 con la celebración de la primera edición del gran premio de España. En ese momento se convirtió en el tercer circuito permanente de Europa, tras el Brooklands (Reino Unido) y Monza (Italia).
Sin embargo, una mala gestión económica del proyecto hizo que los promotores que habían financiado la construcción del aeródromo de Terramar decidieran embargar la recaudación obtenida en la venta de las entradas del día de su inauguración, lo que dejó a los vencedores de la carrera sin premio.
Eso supuso que la carrera del 28 de octubre de 1923 fuese la primera y última carrera puntuable que se disputase en este circuito. Y quiero matizar lo de puntuable porque después de este mal comienzo no se celebró ningún campeonato oficial más, aunque posteriormente se celebraron actos privados o promocionales, como el récord de la escudería Red Bull del año 2012 con Miguel Molina y Carlos Sainz.
Volviendo al circuito del Jarama, para su trazado se recurrió al diseñador holandés John Hugenholz, responsable entre otros de los circuitos de Suzuka en Japón o de Zandvoort en Ámsterdan y para su inauguración se contó con la presencia del ingeniero Alessandro Rocci, que fue el encargado de cortar la cinta inaugural el 1 de julio de 1967, considerándose por aquel entonces con un monumento al mundo del motor.
Aunque ahora cuenta con casi cuatro kilómetros de recorrido, en el momento de su inauguración no llegaba a los tres kilómetros y medio pero eso no fue freno para que sobre su asfalto se celebrasen todo tipo de eventos deportivos relacionados con el mundo del motor: campeonatos de España, de Europa, de turismo, de motocicletas, de camiones, de Fórmula 1, de Fórmula 2, de Fórmula 3, de Fórmula 3000…
Además de acontecimientos deportivos, el circuito del Jarama es un lugar que muchas marcas eligen para la presentación de sus modelos más deportivos o para la realización de eventos relacionados con el mundo del motor.
Empezamos a correr
Tan sólo unos días después de su inauguración se celebró en el circuito del Jarama el primer gran premio de Madrid de Fórmula 2 y unos meses más tarde, en noviembre, el XV gran premio de España de Fórmula 1, una competición que no fue puntuable desde el punto de vista deportivo, pero si desde el punto de vista publicitario, ya que puso al circuito del Jarama en el mapa gracias a la participación de los mejores pilotos de la época. Además, se da la casualidad de que los dos eventos los ganó el piloto británico James Clark de la escudería Lotus-Ford, que fallecería unos meses más tarde en el circuito de Hockenheimring, en la región alemana de Badem-Wutermberg.
El campeonato de Fórmula 1 se convirtió en un referente deportivo que tenía al circuito del Jarama como lugar de celebración. En el año 1965 comenzó a disputarse también en el circuito urbano de Montjuïc, en Barcelona, y la celebración de este evento comenzó a alternarse entre ambos circuitos hasta que en el año 1975, el piloto Rolf Stommelen perdiese el alerón de su Embassy Hill, lo que hizo que el vehículo se volviese ingobernable e iniciase un vuelo rasante que terminó sobre un puesto de control ocupado por periodistas y público. El resultado fue de cuatro fallecidos y diez heridos graves entre los que se encontraba el propio piloto.
Tras este accidente, la Fórmula 1 volvió a celebrase en exclusiva en el circuito madrileño pero sólo hasta el año 1981, cuando las nuevas exigencias técnicas y de seguridad dieron paso a una nueva de generación de aeródromos como el de Jérez – Ángel Nieto o el de Montmeló.
Se da la circunstancia de que esta última carrera la ganó el piloto canadiense Gilles Villeneuve a bordo de su Ferrari 126 que, al igual que sucedió con el primer ganador de esta competición James Clark, fallecería pocos meses después en otro accidente ocurrido en otro circuito; en este caso en Bélgica.
Motos
En el circuito del Jarama también se celebraron innumerables competiciones del mundo de las dos ruedas entre la que destaca el gran premio de España de motociclismo, celebrado entre los años 1969 y 1988. En este caso, sí es justo decir que esta competición se celebraba ya desde el año 1950 en la ciudad de Barcelona, la capital motera por excelencia de España.
Otros eventos
Además de estas pruebas deportivas, en el circuito del Jarama se celebran toda una serie de eventos relacionados con el mundo del motor, ya sean de carácter deportivo o de exhibición.
En lo que se refiere al mundo de la competición, en el circuito del Jarama se han organizado diversas pruebas como el campeonato mundial de Resistencia, la BPR Global GT Series, el campeonato de la FIA de Sport Protitipos e incluso, la que más me ha llamado la atención, el Campeonato de Europa de Camiones, introducido por primera vez en España en el año 1987.
En lo que se refiere a eventos no deportivos, además de los organizados por las marcas para dar a conocer los modelos más deportivos de sus catálogos o como parte del proceso de presentación a la prensa, destaca el llamado Jornadas de Puertas Abiertas dedicado a vehículos clásicos y preclásicos.
El circuito para particulares
En el circuito, o más bien en el recito del circuito, se organizan diversos eventos dirigidos a particulares dónde lo más llamativo son las tandas libres que numerosas empresas organizan por grupos y que permiten rodar por el circuito en un súper deportivo tipo Ferrari o Lamborghini o incluso en un vehículo Fórmula 1. Para los que no somos tan valientes, existe también un circuito de unos 500 metros para la práctica del Karting, que cuenta además con una pequeña escuela para niños de más de siete años.
Pero desde mi punto de vista, la actividad más importante que se realiza en el circuito del Jarama es la educativa. En este dirección, el Real Automóvil Club de España ofrece cursos de perfeccionamiento, de conducción de deportiva, de conducción todo terreno… incluso ofrece el curso Driver’s Academy, dirigido a «novatos» que hayan obtenido el carné de conducir recientemente. La oferta es tan amplia que, a pesar de que según Google yo vivo a 616 kilómetros del circuíto, me encantaría hacer el curso avanzado – nivel medio.
De hecho, y no es por hacer publicidad de la calidad de la formación que se allí se imparte, CIFAL Madrid RACE, se ha convertido en el primer centro de formación en seguridad vial de las Naciones Unidas con un plan de capacitación para técnicos y profesionales de todo el mundo.
Recuerdos en cada rincón
Como sucede en todos los circuitos, en el del Jarama se repiten una serie de homenajes o recuerdos a personas o sociedades que tuvieron un destacado nombre en el mundo del motor.
La curva de Le Mans es un guiño a la competición de resistencia que se celebra en el departamento francés de Sarthe, en la región de Pays de la Loire. También hay recuerdos para el piloto Alberto Ascari, Juan Manuel Fangio o Tazio Nubolari.
Como sería de esperar, también hay recuerdos muy importantes para el mundo del motor en España como puede ser la recta Pegaso, situada a continuación de la curva Ascari, como homenaje a la histórica marca española de camiones y deportivos.
El último homenaje en encontrar un sitio en el circuito del Jarama ha llegado en julio del año 2017 y es un emotivo recuerdo para la piloto española María de Villota fallecida en octubre del año 2013 a causa de las secuelas del accidente que había sufrido un año antes el circuito inglés de Duxford.
El futuro
El circuito del Jarama cuenta con 3850 metros de recorrido con doce metros de ancho y su trazado cuenta con todo lo que un circuito puede desear para mantenerse en primera línea (perales, pendientes…) pero llegó un momento en el que el asfalto comenzó a deteriorarse y ensuciarse. A parte de esto, cuenta con unas magníficas instalaciones en lo que se refiere a los boxes o zona de aparcamiento y está perfectamente comunicado por carretera con el centro de Madrid.
Actualmente el circuito del Jarama se encuentra en un proceso de renovación y de mejora con la intención de dejar de lado su pasado en la competición y convertirse en un lugar educativo, de encuentro y de ocio para los amantes del mundo del motor.
La torre de control será un punto de observación, entretenimiento y restauración desde el que se tendrán las mejores de vistas del trazado, la tribuna se alargará unos 100 metros linéales y se prevé también la construcción dentro del recito de un museo dedicado a los coches fabricados en España.
Como curiosidad, todas estas obras se harán sin endeudamientos ni créditos, tal como explicó orgulloso el presidente del RACE, el señor Carmelo Sanz de Barros.
Completarán la oferta una pista de karting y eventos de menor envergadura dirigidos siempre al ocio. ¿Merecerá la pena el cambio? Habrá que esperar al año 2021 para saberlo.
Genial reportaje. Enhorabuena. Sólo una pregunta: ¿Por qué llamas «aeródromos» a los circuitos de Jerez y Montmeló? Creo que nunca han sido aeródromos, sino circuitos de carreras construidos ex profeso. O quizá me equivoco. ¡Gracias!
Estimados:
Revisen su documentación o investiguen un poco porque ni siquiera han acertado en el mapa del trazado.
Sin otro particular,
DS