La industria del automóvil se ha esforzado por desarrollar vehÃculos respetuosos con el medio ambiente para cumplir los estrictos requisitos de calidad del aire de la Unión Europea. Desde hace más de una década, el filtros de partÃcula es de vital importancia, sobre todo para los vehÃculos diésel, que funcionan a mayor temperatura y, por tanto, son más susceptibles de sufrir la combustión de partÃculas antes de salir del tubo de escape.
Hace tiempo, algunos automóviles diésel eran fáciles de detectar en la carretera, ya que un espeso humo negro salÃa del tubo de escape cuando aceleraban. La falta de mantenimiento era indicada por el humo negro, que emitÃa partÃculas nocivas al medio ambiente. En 2006, se introdujo el filtro de partÃculas (también conocido como FDP, o FAP por sus siglas en inglés) para evitar que las cenizas del aceite quemado en el motor salieran directamente por el tubo de escape y llegaran al medio ambiente. Se creó para depurar la contaminación generada por la combustión en el motor del coche.
Qué es el filtro de partÃculas
El tubo de escape de un vehÃculo contiene un dispositivo de paredes rugosas llamado FDP que retiene las partÃculas sólidas del combustible. Durante el proceso de combustión, todas las cadenas de átomos de carbono que están unidas al oxÃgeno deberÃan romperse. Sin embargo, esto no siempre ocurre, y las cadenas parciales restantes se convierten en hollÃn, que se desecha por el tubo de escape.
Cuando el hollÃn se acumula en el aparato, se pone en marcha el proceso de «regeneración», controlado por un sistema electrónico que incinera el hollÃn. Los gases contaminantes no se eliminan adecuadamente cuando el filtro de partÃculas no funciona correctamente y, en algunos casos, el rendimiento del motor puede verse afectado. Por tanto, no solo es importante para evitar la liberación a la atmósfera de ciertas partÃculas, también para el buen funcionamiento del vehÃculo.
Funcionamiento del filtro de partÃculas
Hay sensores que determinan cuándo el filtro de partÃculas está sobrecargado de hollÃn (carbonilla) cerca del motor y antes del tubo de escape. El hollÃn que se crea en la combustión se filtra a través de las pequeñas celdas del filtro de partÃculas.
Este hollÃn, como he mencionado anteriormente, es una sustancia que se produce por descomposición quÃmica (pirólisis) de un material que se acumula en el filtro. Cuando el filtro está saturado de hollÃn en un 40%, la temperatura aumenta en el interior del motor hasta que el filtro de partÃculas se ve obligado a regenerarse. Cuando el termómetro alcanza los 700 °C, el hollÃn se quema y, en consecuencia, el exterior queda expuesto a él en una forma más limpia.
Cada 1.000 kilómetros aproximadamente, el coche regenera el filtro de partÃculas automáticamente. Es posible que escuches un relé que funciona en el interior del vehÃculo o que notes un olor pútrido que sale del tubo de escape. Todo eso es normal. Es muy importante que no detengas el coche mientras se limpia el filtro, o no quedará tan limpio.
Filtro de partÃculas diésel
Si tienes planteado comprar un filtro de partÃculas para un vehÃculo diésel, entonces puedes comprobar el filtro que es acorde con tu marca y modelo. No obstante, también puedes usar este producto con el que limpiar tu filtro para retardar el cambio:
Filtro de partÃculas gasolina
Por otro lado, si tu vehÃculo es de gasolina y necesitas un filtro de partÃculas para él, entonces opta por el correspondiente como en el caso anterior. Pero, en este caso, también puedes encontrar productos limpiadores como:
AverÃas del Filtro de partÃculas
Las posibles averÃas en el filtro de partÃculas son fáciles de detectar, ya que existen algunos sÃntomas que te alertan de que algo no va bien en este componente del vehÃculo. Y estos sÃntomas son:
- Los vehÃculos cuentan con un testigo del filtro de partÃculas por lo general. Su sÃmbolo y color de la luz puede variar según el fabricante del vehÃculo, pero si ves que se enciende dicho testigo, entonces sabrás que hay un problema con el filtro de partÃculas.
- También es posible que se encienda el testigo del motor. Aunque no haya un problema real en el motor, como he dicho anteriormente, el filtro puede afectar a éste y hacer que pierda de forma ligera la potencia si el filtro está lleno. Digamos que el propio vehÃculo se protege de este problema reduciendo el trabajo del motor para que no siga acumulando tanto hollÃn.
Cómo cuidar el filtro de partÃculas
Para el mantenimiento del filtro de partÃculas no es complicado y si se realiza, ayudarás a mantener un buen estado de tu motor y a reducir las partÃculas emitidas. Para ello:
- Comprobar el nivel de aceite al menos una vez al mes. Siempre debe estar entre el mÃnimo y el máximo.
- Si tienes un vehÃculo diésel y solo lo usas por ciudad o para trayectos cortos, sal de vez en cuando a la autovÃa para que se limpie el filtro de partÃculas.
- Respeta las recomendaciones de mantenimiento del manual del modelo de vehÃculo.
Si respetas esas tres normas, tanto tu vehÃculo como tu bolsillo lo agradecerán a la larga.
Cambiar el filtro de partÃculas
El proceso de regeneración del filtro de partÃculas se activa automáticamente, pero el motor debe funcionar entre 2.000 y 2.500 rpm durante 15 a 20 minutos para elevar la temperatura del sistema e iniciar la incineración de las partÃculas (tiempo en el que se debe seguir circulando y no parar el vehÃculo para no interrumpir el proceso). El consumo de combustible aumenta entre un 10 y un 15% y el motor emite un sonido intenso durante este proceso.
A pesar de esto, los vehÃculos deben cambiar los filtros cada cierto tiempo o kilometraje:
- Diésel: deben cambiar sus filtros de partÃculas cada dos años o 40.000 kilómetros.
- Gasolina: deben cambiar sus catalizadores cada dos años o 60.000 kilómetros.
El proceso de cambio de filtro lo puede hacer un profesional, o también puedes hacerlo tú mismo si tienes conocimientos mecánicos. Sea como sea, debes saber que esta operación puede costar entre 300 y 1.000 euros (todo depende del modelo de vehÃculo) más la mano de obra. Algunos talleres de reparación reacondicionan los filtros en mal estado serrándolos con una radial, vaciando las celdas y volviéndolos a montar. Este procedimiento cuesta unos 400 euros, pero no es el más óptimo.