Prueba Mazda CX-5 SKYACTIV-D 175 CV, diseƱo exterior e interior

Prueba Mazda CX-5 SKYACTIV-D

Esta semana nos subimos a bordo del Mazda CX-5, un SUV muy especial para la marca japonesa al ser su primer SUV compacto para un mercado europeo que demanda inevitablemente este segmento, y por ser el primer Mazda en estrenar toda una serie de tecnologĆ­as SKYACTIV.

Nuestra unidad de pruebas se correspondía con el acabado Luxury asociado al motor diésel 2.2 SKYACTIV-D de 175 caballos y caja automÔtica de 6 velocidades. Esta combinación estÔ disponible únicamente con el sistema de tracción total.

Mazda CX-5: introduciendo el diseƱo KODO

El Mazda CX-5 no sólo fue el primero en estrenar tecnología SKYACTIV sino que también supuso el punto de partida para el lenguaje de diseño KODO. Un lenguaje que poco a poco se va extendiendo por la gama con los nuevos Mazda6 y Mazda3, y en un futuro con el mÔs pequeño de la casa, el Mazda2.

Prueba Mazda CX-5 SKYACTIV-D

El resultado es un diseƱo donde la fluidez de lƭneas marca el conjunto, con un frontal prominente y una parrilla que toma todo el protagonismo. Es un conjunto muy vertical y robusto a la vez que sencillo, algo importante cuando hablamos de un todocamino.

La línea lateral destaca por el músculo, con una cintura muy alta que denota el carÔcter deportivo que Mazda ha querido imprimir en este CX-5. La zaga mantiene la armonía, con un aspecto muy dinÔmico de formas redondeadas y una luneta bastante inclinada para lo que se suele estilar. Una doble salida de escape acaba de cerrar el conjunto.

Prueba Mazda CX-5 SKYACTIV-D

Nuestra unidad equipaba llantas de 19 pulgadas, mucho diƔmetro a primera vista pero que se hace casi imprescindible para llenar los enormes pasos de rueda. Finalmente, la carrocerƭa se baƱaba en un color gris bastante discreto que no hace sino lucir el lado mƔs elegante del Mazda CX-5.

Interior clƔsico japonƩs

El interior del Mazda CX-5 se apunta al estilo japonƩs de ofrecer un nivel de sobriedad superior a la competencia. No es ninguna pega, simplemente nos sentaremos en un habitƔculo que aboga mƔs por mantener todo en su sitio que por un diseƱo rompedor y futurista mƔs acorde a los modelos mƔs recientes.

Así, todo estÔ a mano, con una consola muy limpia de botones donde sólo se encuentran los mandos del climatizador, de los asientos calefactados y de los sensores de parking. MÔs arriba se sitúa la pantalla del sistema de info-entretenimiento, con pantalla tÔctil y un navegador bien integrado en el propio sistema. También podemos manejarlo desde un panel con joystick en el túnel central.

Prueba Mazda CX-5 SKYACTIV-D

El cuadro de mandos es muy sencillo, con tres esferas para el tacómetro, el velocímetro y el display para la información adicional. Como decía, nada sucumbe a diseños estrafalarios, ofreciendo un diseño horizontal y plano donde lo clÔsico y elegante entona la nota principal.

Si hablamos de calidades hay que felicitar a Mazda, con un interior bien construido, y como suele ocurrir en los coches japoneses, sólido. La parte superior del salpicadero es de material mullido, mientras que las zonas mÔs bajas se conforman con plÔstico duro. En líneas generales es un interior atractivo y de calidad, donde cabe destacar el buen tacto de prÔcticamente todos sus mandos.

Compacto pero espacioso

El Mazda CX-5 se ofrece como una opción para el segmento de los SUV compactos, pero esto no quiere decir que vayamos a echar en falta espacio. El CX-5 es un coche de corte familiar y lo demuestra con una habitabilidad mÔs que correcta aunque pueda no situarse como la referencia.

Prueba Mazda CX-5 SKYACTIV-D

En la parte delantera no podremos buscar mÔs espacio, con unos asientos amplios y cómodos, de mullido agradable, y una sujeción lateral apreciable, sobre todo al haberse cuidado la zona de los hombros. El único pero es el reposabrazos, muy interesante como tapa del portaobjetos pero inútil en su función al no ser regulable ni en altura ni en longitud, al menos para los de menor estatura.

Los pasajeros traseros tambiƩn camparƔn a sus anchas siempre que no vayan mƔs de dos. Como suele ocurrir, el asiento central es demasiado estrecho y duro, aunque no tanto como en otros rivales, y llega a ser suficiente para personas pequeƱas. Si hablamos de espacio para las piernas o para la cabeza, no podremos poner pegas.

Prueba Mazda CX-5 SKYACTIV-D

En cuanto a huecos portaobjetos, el Mazda CX-5 no derrocha pero tampoco se queda corto, sobre todo en la parte delantera, con varios huecos con tapa tapizados y un interesante hueco en la consola central para dejar el móvil o las llaves rÔpidamente en nuestros desplazamientos. Las plazas traseras no gozan de tantos espacios.

Maletero de 500 litros

Abrimos la tapa del maletero, por cierto, con un Ɣngulo que agradecerƔn los mƔs bajos, y encontramos 500 litros de capacidad, mƔs que suficientes para un coche de su tamaƱo y, ademƔs, con unas formas muy aprovechables. La pega es la altura de la boca de carga, algo alta, pero comprensible al tratarse de un SUV.

Prueba Mazda CX-5 SKYACTIV-D

Si necesitamos ampliar la capacidad bastarƔ con accionar unos tiradores que pliegan automƔticamente los asientos (algo similar al Honda CR-V) en proporciones 40/20/40 para conseguir un fondo prƔcticamente plano. Bajo el fondo del maletero encontraremos otro hueco donde esconder objetos con mayor recelo.

Abandonamos por hoy el anƔlisis de nuestro Mazda CX-5 con un resultado mƔs que satisfactorio para un SUV que juega una baza importante para la marca y que, de momento, no defrauda. MaƱana repasaremos su mecƔnica SKYACTIV-D de 175 caballos y su comportamiento en distintas situaciones.

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