Apple ha optado por otorgar a los fabricantes de automóviles el control sobre la experiencia del usuario al otorgar licencias de su avanzado sistema operativo CarPlay. Algo que no hacía desde hace 30 años, ya que siempre ha sido muy hermético y ha querido mantener su ecosistema opaco, para que terceros tuviesen el menor control posible sobre él, y así poder controlar desde la compañía la propia experiencia de usuario.
Este movimiento tiene como objetivo ampliar la huella de Apple en el sector automotriz, superando las barreras previas en este ecosistema tan exclusivo frente a sus rivales. Este giro representa un retorno a las licencias de software para Apple, proporcionándoles mayor adaptabilidad para ajustarlo mejor al hardware que producen y a las demandas de sus posibles clientes.
CarPlay hizo su debut en 2014 en un Ferrari con el objetivo de mejorar la experiencia del usuario, ya que hasta ese momento, los sistemas de infoentretenimiento, incluso en vehículos de alta gama, dejaban mucho que desear. Ahora, en 2024, CarPlay está disponible en vehículos de los principales fabricantes y de otros no tan conocidos.
Al igual que con Android Auto, simplemente se necesita conectar el iPhone al vehículo para que funcione como una pantalla táctil externa, con una interfaz específica y ciertas restricciones para evitar distracciones al volante. Todo un completo sistema de infoentretenimiento que ahora llegará con mejoras notables a futuras generaciones de coches.
Los primeros vehículos que utilizarán la nueva generación de CarPlay serán de Porsche y Aston Martin, dos de las marcas de lujo más destacadas en la industria. No obstante, es probable que dentro de no mucho se presenten otros modelos con este sistema de la marca de la manzana, y que no sea solo exclusivo para el segmento de lujo, ya que de lo contrario la cuota de mercado se le reduciría a la firma americana…