Mazda no se cansa de navegar a contracorriente de las tendencias mecánicas habituales y de crear productos interesantes a muy buen precio. Estos días hemos ido a Alemania, a la región de Baviera, para probar el nuevo Mazda CX-80, su vehículo más grande para el mercado europeo. Y lo hemos conducido principalmente con un motor diésel.
El nuevo Mazda CX-80 es un SUV de buena calidad que mide 5 metros de largo y cuenta en todas sus versiones con tres filas de asientos y hasta 7 plazas. Compite con coches de la talla del Audi Q7, BMW X5, Mercedes GLE y Volvo XC90; eso sí, con un precio mucho más bajo, pues resulta, como poco, 20.000 euros más barato.
El Mazda CX-80 comparte diseño y plataforma con el CX-60
El CX-80 destaca por su tamaño, con prácticamente 5 metros, pero especialmente por su elegante línea de diseño. Fijaos en la enorme parrilla frontal, con esa ala cromada que la sustenta y que une los faros, el plano y largo capó y todas las formas suaves y fluidas. Hasta aquí, todo como en el CX-60 con el que comparte plataforma y mecánicas.
La parte trasera también es casi calcada a la de su hermano pequeño, cambiando tímidamente el estilo de los pilotos y, por desgracia para muchos, quitando de nuestra vista las salidas del tubo de escape, que en este coche quedan ocultas bajo el paragolpes.
Es en el lateral donde podemos ver la mayor diferencia entre el CX-60 y el CX-80. El CX-80 es 25 cm más largo, y toda esa mayor longitud viene dada por la distancia entre ejes, que es de nada menos que 3,12 metros. Gracias a ello, y como os voy a contar en unas líneas, tiene un habitáculo muy amplio con tres filas de asientos. Por cierto, las llantas son de 20 pulgadas de serie y las ventanillas llevan las molduras cromadas para aumentar esa elegancia.
Un interior de calidad y con soluciones inteligentes
El diseño general interior del Mazda CX-80 también es un calco del hermano pequeño, y esto es una buena noticia. Tenemos un cuadro de instrumentos digital sencillo y ligeramente personalizable con 12,3 pulgadas, al igual que la pantalla multimedia del centro del salpicadero que se gestiona desde un joystick y pocos botones en la consola central de un modo sencillo.
Una cosa que me gusta mucho es que tenemos un módulo específico para el control del climatizador, lo que siempre evita distracciones y resulta mucho mejor que tener que andar toqueteando una pantalla táctil. Otra cosa que aprecio de este modelo es la total ausencia del plástico acabo en negro brillante, algo muy de agradecer.
Por otro lado, no me parece tan correcto el uso de unos materiales rugoso y de estilo textil en blanco en parte del salpicadero y guarnecidos de las puertas. Ojo, quedan bonitos, pero en caso de mancharlo no creo que sea fácil limpiarlo y dejarlo perfecto. Personalmente escogería alguno de los otros acabados por ese destalle.
Por su parte, los ajustes y el tacto de la mayoría de materiales es muy agradable, contando nuestra unidad de pruebas con terminaciones en madera. Además, cuenta con varias tomas USB, bandeja de carga inalámbrica aunque no demasiado grande y vinculación del teléfono sin cables.
Cambiando de tema, pero también como aspecto mejorable del interior, hay huecos para colocar objetos en las puertas, pero no van forrados para reducir ruidos, como en el caso de dejar unas llaves, por ejemplo. Sí tenemos reposabotellas, un cofre bajo el reposabrazos de la parte central y un portagafas en el techo.
Amplia y personalizable segunda fila de asientos
La segunda fila es buena, contando con una puerta que abre prácticamente 90 grados para facilitar el acceso. Una vez dentro, podemos ajustar la inclinación del respaldo y deslizar la banqueta para repartir el espacio. En una posición intermedia, tenemos suficiente distancia para las piernas incluso para adultos altos. Para la cabeza también tenemos margen, aunque no es su cota más destacable.
Un tema importante en el Mazda CX-80 es que se puede configurar con una segunda fila de dos o tres plazas, para tener seis o siete en total. En España la mayoría apostará por una configuración de siete plazas. Si optamos por las seis plazas, en la fila del medio tendremos que escoger entre dos asientos laterales con “pasillo” central libre o por una amplia consola en esa zona intermedia.
Por cierto, tenemos salidas de aire con control de climatización, así como asientos calefactados y ventilados en las plazas laterales. No faltan cortinillas para las ventanillas, ganchos y agarradores en el techo, así como un revistero en el respaldo delantero y tomas USB.
La tercera fila se puede aprovechar por adultos, algo que es poco común
La tercera fila de asientos del Mazda CX-80 me ha sorprendido y me ha gustado. Teniendo en cuenta que es un SUV, el acceso a la última fila es muy correcto y una vez ahí sentados vamos con las rodillas un poco altas, pero tenemos buen espacio para las rodillas si colocamos el asiento delantero en una posición intermedia, tenemos sitio para los pies y tampoco toco con la cabeza en el techo.
También cuenta con salidas de aire, tomas USB de tipo C, reposabotellas y altavoces. De todos modos, no me gusta en absoluto ver fácilmente algún que otro cableado de la segunda fila cuando la abatimos para entrar y salir, pues podemos pisarlo sin querer.
Maletero del Mazda CX-80
Cuando tenemos todas las plazas operativas, el maletero es de 258 litros. Ese es el volumen mínimo del Mazda CX-80. Si tumbamos la tercera fila, el espacio varía entre los 687 y 566 litros, en función de si tenemos la segunda fila muy adelantada o muy retrasada.
En el caso de plegar también la segunda fila, el espacio llega casi hasta 2.000 litros midiendo hasta el techo.
Dos opciones mecánicas: diésel o híbrido enchufable
En lo que a mecánicas se refiere, en el Mazda CX-80 podemos escoger sólo entre dos alternativas. Una híbrida enchufable con etiqueta Cero y otra diésel microhíbrida con etiqueta Eco. Eso sí, todos llevan tracción a las cuatro ruedas y cambio automático de 8 marchas.
El híbrido enchufable combina un motor gasolina 2.5 de cuatro cilindros y 191 CV con un propulsor eléctrico de 175. En conjunto hablamos de 327 CV y 500 Nm de par máximo. La parte eléctrica se alimenta de una batería con 17,8 kWh que le permite homologar 61 kilómetros de autonomía sin encender el motor de gasolina. Sus prestaciones son un 0 a 100 en 6,8 segundos y una velocidad máxima de 195 km/h.
Con el motor diésel Mazda parece querer retar a todo occidente y a sus políticas antidiésel. Bajo el enorme capó se ubica un bloque de 6 cilindros con 3.3 litros de cilindrada. Sí, en 2024 estamos probando un coche nuevo con motor diésel longitudinal de 6 cilindros y 3,3 litros. Sinceramente, esto me encanta. Son 254 CV y 550 Nm, con un 0 a 100 en 8,4 segundos, una velocidad punta de 219 km/h y un consumo medio de sólo 5,7 l/100 km.
Al volante
En nuestro caso hemos probado principalmente la mecánica diésel de 3.3 litros y 254 CV. Lógicamente es más ruidosa que la opción híbrida, pero tiene un funcionamiento muy bueno y con bastante suavidad.
Mueve con suficiente alegría al Mazda CX-80, con el que hemos llegado a superar los 200 km/h en los tramos sin límites de velocidad de las autopistas alemanas. Eso sí, se muestra más a gusto a ritmos algo más bajos.
Es un propulsor con mucho par motor (550 Nm) y se vincula a una caja de cambios de 8 velocidades, cuyas últimas relaciones están claramente enfocadas a reducir consumos bajando mucho las revoluciones. Esto le permite mantener buenos ritmos con una amplia sensación de desahogo.
Un aspecto que esperaba algo mejor es el aislamiento acústico en rodadura, aerodinámica y mecánica. Y no porque sea malo, sino porque me ha dado la sensación de que no es tan buen como en el CX-60, en el que llamó mucho la atención positivamente. Al menos en esta primera toma de contacto nos ha parecido algo más ruidoso que su hermano pequeño.
La dirección es suficientemente precisa y directa, pero lógicamente al ser un coche tan grande y que, a fin de cuentas, pesa lo suyo, no transmite la misma sensación que en un Mazda3, por ejemplo. En cualquier caso, se puede endurecer mediante los modos de conducción, seleccionables.
Eso sí, lo que no puede cambiar su tarado es la suspensión, que es fija. Es aquí donde se nota que sus rivales están bastante por encima, pues pueden llevar incluso suspensión neumática variable para aportar mayor confort o firmeza, e incluso pueden cambiar la altura libre al suelo.
La citada suspensión tiene un tarado cómodo, más bien blando, que le permite superar sin grandes sacudidas baches bruscos y resaltos. Tampoco balancea en exceso, pero un X5 de BMW es mucho más firme y transmite más confianza a altos ritmos.
Equipamientos y precios Mazda CX-80
El Mazda CX-80 estará disponible con tres niveles de equipamiento principales, que se denominan Exclusive Line, Homura y Takumi, además de varios paquetes. De serie trae iluminación completa de LED, llantas de 20”, volante calefactado, acceso y arranque sin llave, sensores de parking delanteros y traseros o sistema multimedia de 12,3” con Apple y Android inalámbricos. Por cierto, todos traen tres filas de asiento.
En seguridad, lleva control de ángulo muerto, detector de tráfico trasero, control de crucero, detector de fatiga con cámara por citar sólo algunos. Las novedades respecto al CX-60 son un mejorado asistente de tráfico y el nuevo asistente de evasión de tráfico en sentido contrario.
Terminamos esta prueba hablando de los precios. En el caso de la versión híbrida enchufable con 327 CV hablamos de una tarifa de partida de 60.440 euros. Pero ojo, que por sólo 200 euros más podemos llevarnos el diésel de 254 CV; es decir, prácticamente cuestan lo mismo.
Y no, no es un coche al alcance de cualquier bolsillo, pero si tenemos en cuenta sus rivales mencionados al comienzo, la diferencia es abismal. Un Q7 son casi 20.000 euros más, el X5 32.000 euros más, el GLE 30.000 euros más y el Volvo XC90 21.000 euros más que este Mazda CX-80 en versiones diésel, porque en las PHEV hay todavía más diferencia.
Motor | Acabado | Precio |
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Motor | Acabado | Precio |
2.5 e-Skyactiv PHEV 327 CV | Exclusive Line | 60.444 € |
2.5 e-Skyactiv PHEV 327 CV | Homura | 66.374 € |
2.5 e-Skyactiv PHEV 327 CV | Takumi | 67.474 € |
3.3 e-Skyactiv D MHEV 254 CV | Exclusive Line | 60.648 € |
3.3 e-Skyactiv D MHEV 254 CV | Homura | 66.578 € |
3.3 e-Skyactiv D MHEV 254 CV | Takumi | 67.678 € |