Diego Ávila

Desde que tengo uso de razón mi gran pasión ha sido el mundo del motor, especialmente el de las cuatro y dos ruedas. Recuerdo que en mi infancia buscaba, entre los vehículos aparcados, el velocímetro con la cifra de velocidad punta más alta. Poco después, ya no sólo saber las velocidades máximas eran mi único deseo, sino que la mecánica de los coches y las motos empezaba a generarme más curiosidad. Por aquel entonces mi futuro parecía orientarse a la mecánica y a las reparaciones de vehículos; pero tras dedicarme a ello durante un verano, me di cuenta y asimilé que no era la mío. A mí me gustaba conducir, y tener conocimientos de mecánica me ayudaba a comprender mejor el comportamiento de los coches. ¿Por qué no explotarlo como comunicador? El rumbo tomó la dirección correcta cuando tuve la oportunidad de escribir mi primer artículo. No era un análisis a fondo de un coche, pero todo cambió a partir de aquel día de enero de 2014. Ahora, más de diez años después, he escrito miles de artículos, firmado centenas de pruebas escritas y producido varias decenas de pruebas de coches en vídeo.