El proyecto del nuevo Porsche Cayenne Electric entra en su fase decisiva con un programa de validación que mezcla desarrollo virtual y pruebas exigentes en carretera. En esta etapa, Porsche ha priorizado la precisión y la repetibilidad, trasladando buena parte del trabajo a entornos simulados y reservando la conducción real para el ajuste fino. El objetivo es que el SUV responda como se espera en cualquier escenario, desde un atasco en hora punta hasta un circuito al límite. Y para mostrar como van las labores de desarrollo y puesta a punto Porsche y la gente que se encarga de marketing publican estas nuevas imágenes. En ellas lo veremos, con poco camuflaje, como se mueve en escenarios por los que sus próximos dueños jamás lo van a meter…
La firma ha cambiado el orden clásico: primero reproduce el coche en un entorno digital y después contrasta resultados con hardware. Este planteamiento técnico les ha permitido reducir drásticamente la necesidad de prototipos artesanales y acelerar la llegada a preserie de la nueva iteración sin renunciar a las comprobaciones clave de seguridad, fiabilidad y rendimiento. Con todo, la llegada del nuevo Cayenne eléctrico no supondrá la muerte del térmico tal como lo hemos conocido hasta ahora. Sí, aunque en un inicio iba a ser así, los responsables de la marca y del Grupo Volkswagen han decidido que no. Las razones… Pues son muchas y muy variadas pero, la primera y más potentes, es que los eléctricos se están frenando y ellos necesitan ganas más dinero.
Porsche Cayenne Electric: del gemelo digital a la pista de hielo…
El punto de partida es un modelo virtual de alta fidelidad que circula por rutas digitalizadas, desde trazados tan particulares como Nürburgring hasta recorridos de tráfico diario. La unión de la simulación en tiempo real, realidad virtual e inteligencia artificial posibilita probar piezas y conjuntos en una fase en la que todavía es sencillo iterar. Ese gemelo numérico no se queda en una pantalla: sus resultados se verifican en banco y con componentes reales, especialmente en la nueva generación eléctrica. Los ingenieros ajustan parámetros, repiten escenarios y corrigen desviaciones hasta alinear lo previsto por ordenador con el comportamiento medido físicamente.
Para ello Porsche ha desarrollado un banco de pruebas compuesto capaz de someter al sistema de propulsión, la batería y toda la gestión energética a cargas del mundo real. Cuatro máquinas síncronas reproducen aceleraciones, frenadas y recuperación, así como resistencias propias de distintas superficies y el deslizamiento del neumático. Además, el entorno permite variar temperatura y otros factores ambientales para analizar la respuesta del vehículo sin salir del laboratorio. Durante una vuelta virtual a Nordschleife, los impulsos del simulador se introducen en tiempo real en el banco y se cotejan al detalle con el gemelo digital para validar su precisión.
Entrega de potencia y gestión térmica…
Uno de los focos de trabajo es la disponibilidad inmediata de potencia bajo cualquier condición. La gestión térmica se ha reforzado con sistemas de calefacción y refrigeración más capaces que optimizan la batería y los motores cuando la demanda es máxima. En cada punto del recorrido, los datos de banco se comparan con los cálculos del modelo virtual. Las diferencias son mínimas, lo que reduce iteraciones posteriores y facilita centrar recursos en el ajuste dinámico. Por muy avanzado que sea el software, el toque final lo firman pilotos e ingenieros de pruebas. La sensibilidad humana sigue siendo clave para equilibrar estabilidad, agilidad y confort en ciudad, autopista, tramos revirados y uso fuera del asfalto.
La gestión de la carga, incluida la carga inductiva doméstica, también entra en el guion de ensayos. El vehículo prepara la batería para una recarga rápida en cuanto el usuario se detiene, incluso si el trayecto ha incluido retenciones o cambios bruscos de ritmo. El Cayenne Electric ha pasado por inviernos severos en Escandinavia y veranos abrasadores en zonas como el Valle de la Muerte o los Estados del Golfo. Con temperaturas que van de -35 °C a +50 °C, se comprueban arranques en frío, climatización, tracción, frenado y el comportamiento de los sistemas de control. Estas condiciones exigen que la infraestructura eléctrica del coche mantenga su rendimiento y la capacidad de carga rápida sin incidencias. Que la carga rápida sea posible en ambos extremos térmicos es una prioridad del plan de validación.
Resistencia acelerada y laboratorios de impacto…
Para simular la vida útil en pocos meses, las unidades de desarrollo acumulan más de 150.000 kilómetros entre ciudad, secundarias y la autopista. Los recorridos de fatiga y los ensayos de impacto en laboratorio se combinan con pruebas de funcionalidad en condiciones adversas. La integración de la preparación digital con test físicos permite ser más preciso con menos recursos. El proceso ha ganado eficiencia y ha acortado plazos de desarrollo, con un consumo de materiales significativamente menor frente a estrategias convencionales.
Pruebas emblemáticas y guiños de alto nivel…
Además de validar sistemas, el prototipo ha afrontado escenarios simbólicos para medir su rendimiento con cronómetro. En la histórica subida de Shelsley Walsh, el Cayenne Electric paró el reloj en 31,28 segundos en sus 914 metros, con una salida fulgurante que cubrió los primeros 18,3 metros en 1,94 segundos. La piloto de desarrollo Gabriela Jílková destacó elementos como la precisión de la dirección y la estabilidad de la suspensión activa en un trazado sin margen de error. Estos son datos útiles para afinar la electrónica de tracción y los controles de chasis en situaciones límite.
También se han realizado sesiones en la carretera alpina del Grossglockner con sus 27 curvas cerradas y desniveles notables, y en zonas off road como Bassella. Allí el prototipo afrontó cruces de puentes y pendientes de hasta 25 grados, poniendo a prueba el control de tracción y la dosificación del par en cada rueda. El itinerario de validación, que alterna simulación avanzada, los banco de ensayos y escenarios reales en todo tipo de climas, busca asegurar que el Cayenne Electric mantiene su carácter bajo cualquier circunstancia. Tras miles de horas de test y decenas de miles de kilómetros, la base técnica queda contrastada con una metodología más rápida y eficiente que la de generaciones anteriores.
Fuente – Porsche
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