El auge de la logística y el comercio electrónico ha llevado a que las furgonetas, en general, ganen protagonismo en las carreteras y las ciudades. Por tanto ahora estamos ante un escenario que plantea nuevos retos para la seguridad vial y la gestión del tráfico diario. Y, como era de esperar, la Dirección General de Tráfico (DGT) no quiere perder la oportunidad de «meter sus narices». Sus responsables, como ya es costumbre, han pensado en cómo hacerlo para que las furgonetas «sean más seguras» para todos ¿No?
Para dar a conocer sus datos y reflexiones han realizado una jornada técnica recientemente. En ella la DGT reunió a expertos, otras empresas y fuerzas de seguridad para abrir un «sano» debate y articular un plan específico para las furgonetas. Todo ello ante un nuevo panorama en el que estamos ante un tipo de vehículo que, por su naturaleza, se ha quedado entre turismos y camiones sin una estrategia integral propia. Ahora les interesan las furgonetas que, al ser más problemáticas, es más fácil para recaudar más…
Qué diferencia a las furgonetas y por qué preocupan…
Por definición las furgonetas no superan los 3.500 kg de masa máxima autorizada (hasta los 4.250 kg si son eléctricas). Se conducen con el permiso B y no están obligadas a llevar tacógrafo. Todo ello hace su uso más sencillo pero también exige controles y pautas de seguridad más afinadas. En este contexto la DGT subraya que han estado en un «segundo plano» frente a otros vehículos con permisos, inspecciones y planes propios, motivo por el que se impulsa una estrategia integral de vigilancia, formación y prevención centrada en su realidad operativa.
Un parque en expansión… y envejecido que crea problemas…
El parque de furgonetas creció con fuerza en la última década, con un +23% de incremento frente al 15% de los turismos, y ya representa alrededor del 8,8% de los kilómetros recorridos en España. Pero este avance convive con un envejecimiento acusado. Cerca del 40% supera los 20 años y la edad media del parque ronda los 12 años; en los siniestros mortales, la antigüedad media de los vehículos implicados se eleva hasta 16,7 años. También cambia el tipo de vehículo visto en las carreteras.
Ahora gana peso la furgoneta de mayor capacidad, con un ascenso sostenido de las de más de 1.000 kg de carga útil, mientras que las más ligeras apenas representan ya una pequeña cuota de las matriculaciones. El uso es intensivo, especialmente entre los modelos más nuevos, que promedian en torno a 28.000 km anuales. En el transporte público de mercancías se superan los 50.000 km, y en construcción o mantenimiento lo habitual es moverse entre 15.000 y 20.000 km al año.
Repunte de siniestralidad y factores de riesgo…
Los datos más recientes del Observatorio de la Seguridad Vial muestran un aumento notable. En vías interurbanas fallecieron 79 ocupantes de furgonetas, casi el doble que el año previo, y los heridos que requirieron hospitalización pasaron de 138 a 190. Entre los condicionantes más señalados aparece la presencia de alcohol, drogas o psicofármacos. El 41% de los conductores fallecidos arrojó positivo en las pruebas toxicológicas, un factor de riesgo que agrava las consecuencias en caso de siniestro.
A ello se suman conductas y omisiones que empeoran el cuadro de daños, como el no uso del cinturón, presente en una parte relevante de las víctimas, y un mantenimiento irregular que puede traducirse en deficiencias de neumáticos, frenos o alumbrado.
El plan de la DGT y la Guardia Civil: cuatro ejes y controles reforzados…
La DGT y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil han constituido un grupo de trabajo que ordena sus acciones en cuatro ejes: movilidad, siniestralidad, comunicación y prevención/planificación operativa. Una instrucción ya publicada concreta un gran Plan Operativo de Vigilancia y Control que combinará varias acciones preventivas, disuasorias y formativas, con especial atención a entornos urbanos y periurbanos, accesos a áreas metropolitanas, centros logísticos y polígonos.
Entre las actuaciones previstas figuran nuevos controles estáticos recurrentes y la vigilancia dinámica con patrullas (camufladas y uniformadas), incidiendo en excesos de velocidad, alcohol y drogas, distracciones, estiba de la carga El dispositivo prevé también la verificación del uso del cinturón y la revisión técnica in situ con unidades móviles cuando proceda, para atajar de raíz deficiencias críticas en elementos de seguridad.
Más tecnología en cabina: ADAS y nuevas exigencias…
La normativa europea de seguridad general se aplica de forma escalonada desde el pasado año 2022 y ya exige que las furgonetas de nuevo diseño lleven incorporen sistemas avanzados de ayuda a la conducción (ADAS) para ser homologadas y vendidas. El calendario regulatorio seguirá ampliando requisitos, con tecnologías como el frenado autónomo de emergencia para usuarios vulnerables, sistemas de advertencia de distracción o mejoras de visibilidad directa que refuercen la prevención.
Esta incorporación tecnológica convive con un contexto de precios al alza. Los vehículos nuevos acumulan subidas relevantes desde 2019. En el caso de las furgonetas, distintos análisis estiman incrementos medios de entre el 30% y el 45% en función del modelo y sus equipamientos. Por tanto, si la Dirección General de Tráfico (DGT) se «sale con la suya» las furgonetas nuevas verás como sus precios suben «otra vez». Esto podría suponer un retroceso porque si son más caras ¿Quién apostará por nuevos modelos?
La voz del sector: formación, logística y flota…
Los representantes empresariales del reparto y la distribución apuntan a que, por kilómetro recorrido, la tasa de mortalidad de furgonetas es inferior a la de turismos y motocicletas, aunque admiten que persisten factores de riesgo a corregir. Entre todas las prioridades señalan la renovación de flota, impulsar la formación específica y las campañas de concienciación. Además, también se apunta a reducir el intrusismo que introduce prácticas inseguras y competencia desleal en etapas de alta demanda.
Por su parte el entorno urbano añade complejidad. Zonas de Bajas Emisiones, horarios restringidos y falta de espacios logísticos y carga/descarga concentran repartos en franjas muy tensas, elevando la exposición al riesgo y el estrés operativo. Gana terreno la profesionalización mediante escuelas y programas de capacitación para repartidores, con simuladores y procedimientos de estiba segura, con el objetivo de homogeneizar buenas prácticas y reducir incidentes en calle.
«No basta con apretar la normativa: hay que reforzar la formación y planificar mejor la logística» para que la seguridad cale en todo el engranaje.
Qué cambiará para los conductores y empresas…
- Más controles en vías con alta presencia de furgonetas, especialmente accesos urbanos y entornos logísticos.
- Revisión de riesgos clave: velocidad, alcohol/drogas, distracciones, estiba y estado del vehículo.
- Exigencia tecnológica creciente: ADAS obligatorios en nuevas unidades y salto en requisitos futuros.
- Impulso a la formación y a la renovación de flota, con foco en seguridad y eficiencia operativa.
El protagonismo de las furgonetas en la economía diaria ya no admite medias tintas. La DGT pasa a la acción con un dispositivo que combina datos, mucho más control y «mejor» pedagogía para atajar un repunte de siniestros y un parque envejecido. Si cuajan la renovación tecnológica, la vigilancia selectiva y la formación, el reparto podrá seguir creciendo sin poner en jaque la seguridad en carretera y en ciudad. Veremos pues…
Fuente – Dirección General de Tráfico (DGT)
Imágenes | Dirección General de Tráfico (DGT)