Con los focos puestos en la transición del lujo hacia la electrificación Bentley ha movido ficha para adaptar su plan industrial y de producto a un contexto de mercado que cambia a toda velocidad. La compañía británica reprograma sus objetivos sin renunciar a su identidad, apoyándose en un nuevo centro de ingeniería en Crewe y en un calendario de lanzamientos electrificados aún más flexible. Por tanto, tenemos otra firma de ultra lujo que da «marcha» atrás a sus planes para esperar a que todo sea más favorable.
La dirección reconoce que la demanda de eléctricos en el segmento más exclusivo se ha enfriado, así que la hoja de ruta se ajusta. Pero también dicen que seguirán sin levantar el pie del acelerador. Seguirá habiendo novedades año a año y ya se afina el que será su primer vehículo de baterías, un modelo con enfoque urbano y orientación premium. Por tanto, en lugar de correr a lo desconocido, afinarán su estrategia y, lo más importante, lo harán ajustando los costes a las pocas ventas que podrían cerrar…
Estrategia replanteada, inversión sostenida…
El plan Beyond100+ evoluciona. La marca amplía plazos para su electrificación total debido a la realidad del mercado, donde el cliente de alto lujo está siendo más selectivo con el salto al eléctrico puro. Aun así, el mensaje es claro: cada año llegará un híbrido o un eléctrico nuevo, en paralelo a una inversión continuada en tecnología y procesos.
Desde la cúpula se subraya que el objetivo no cambia, solo el ritmo. La apuesta pasa por vehículos electrificados, conectados y con funciones avanzadas de conducción, apoyados por ese nuevo hub de desarrollo que permitirá acelerar la maduración técnica antes de llevar cada solución a producción.
Primer BEV: un SUV urbano con sello de lujo…
El debut de su coche íntegramente eléctrico está previsto para el 2026. Según adelantos oficiales, será un SUV de corte urbano, con proporciones más compactas que las del Bentayga y una propuesta centrándose en la movilidad premium de nueva generación. La propia marca lo describe como un auténtico «SUV urbano de lujo», pensado para conjugar comodidad, eficiencia y presencia.
Las primeras imágenes sugieren un perfil más corto (por debajo de los cinco metros) que abrirá hueco a un enfoque ágil en ciudad y solvente en viajes. No hay datos técnicos cerrados, pero el desarrollo de arquitecturas de alta tensión y software en el nuevo centro apunta a un salto relevante en eficiencia, gestión energética y asistentes de conducción.
Un nombre mítico podría volver… en clave eléctrica
En paralelo, la firma ha insinuado el regreso de una denominación histórica que marcó su época en competición. Sin confirmación oficial, todo apunta a una reinterpretación para el siglo XXI, posiblemente ligada a la nueva familia eléctrica. La idea sería rendir tributo a su legado con un diseño evocador y una entrega de prestaciones acorde a la tecnología actual.
Que un icono clásico renazca con baterías suena a jugada estratégica: conectar emoción y tradición con la innovación que demandan los próximos años. De materializarse, podría incluir guiños de diseño y soluciones técnicas que traduzcan «soplado» y carácter deportivo al lenguaje de la propulsión cero emisiones, incluso en propuestas biplaza eléctricas.
Gama actual y artesanía, la base sobre la que crecer a futuro…
Mientras llega esa nueva hornada, Bentley mantiene su catálogo con Continental GT, Continental GT Convertible, Flying Spur, Bentayga y Bentayga EWB. Su propuesta sigue combinando artesanía británica y tecnología, con amplias posibilidades para la personalización y un estándar de refinamiento que la marca quiere trasladar, sin concesiones, a sus modelos eléctricos. El refuerzo de la ingeniería en Crewe busca que la integración de software y sistemas eléctricos llegue con mayor rapidez y fiabilidad.
De este modo, el fabricante confía en sostener su posicionamiento de lujo a la vez que adapta la experiencia de conducción a las nuevas exigencias de eficiencia y conectividad. Bentley ajusta tiempos pero no ambición: consolida su base industrial, perfila su primer BEV con enfoque urbano y deja la puerta abierta a recuperar un nombre legendario para su era eléctrica. Todo ello con un plan que prioriza la calidad técnica y la coherencia de marca por encima de los plazos.
Un centro técnico para la próxima era eléctrica…
Crewe vuelve a ser el epicentro de la transformación. La casa inglesa ha inaugurado un Centro Técnico de Ingeniería de dos plantas y 13.000 m² que da soporte directo a los proyectos de electrificación. En sus instalaciones se concentran un taller de prototipos, un laboratorio de materiales y un área para integración de software y validación de sistemas. El complejo también asume la prueba e integración de sistemas de alta tensión para la próxima generación de modelos.
Muchos equipos se han trasladado desde el histórico pabellón A1, que está siendo renovado para albergar la futura producción de vehículos eléctricos con el calendario interno apuntando a su puesta en marcha a partir del año 2027. La elección de Crewe no es casual. La localidad británica lleva décadas ligada a la ingeniería: aquí se ensambló en 1946 el primer Bentley fabricado en la planta, tras una etapa marcada por la producción de motores aeronáuticos en la zona. Ese bagaje industrial vuelve a tener un papel clave en la electrificación.
Fuente – Bentley
Imágenes | Bentley