Cuando la carretera se empapa tras un aguacero, los accidentes se disparan. La Dirección General de Tráfico (DGT) estima que con las precipitaciones aumentan notablemente los siniestros, por lo que conviene planificar bien el viaje antes de salir. Si se prevén chubascos fuertes, lo más sensato es evitar coger el coche o buscar una alternativa. Además, con las primeras gotas el polvo, la grasa y el aceite que se acumulan en el asfalto se forma una pelÃcula muy deslizante que es peligrosa para todo tipo de vehÃculos.
Además, con lluvia intensa, la visibilidad cae en picado y aparece el temido aquaplaning. Por tanto, si no queda otra que circular, toca extremar la prudencia y seguir unas pautas básicas para llegar a destino sin sustos. En este caso te vamos a contar que tendrás que hacer para evitar sustos mayores con el coche cuando, mientras estás conduciendo, te sorprenda una lluvia intensa. Con estos y tu prudencia mejorarás tu seguridad y la de todos aquellos que se crucen en tu camino. Y lo más importante, son de sentido común.
Conducir con moderación y sin brusquedades…
En suelo mojado hay menos adherencia, por lo que conviene bajar la velocidad y mover el volante con suavidad. El objetivo final es anticipar decisiones y evitar cambios de dirección o frenazos secos. A 90 km/h, la distancia de detención con la calzada húmeda puede alargarse en torno a 32 metros adicionales respecto al firme seco.
En segundo lugar debes ampliar claramente la distancia de seguridad con el vehÃculo precedente para ganar tiempo de reacción. Frena de forma progresiva y con el coche recto. Si el sistema antibloqueo (ABS) entra en acción, mantén la presión sobre el pedal y deja que el coche gestione la frenada sin soltarlo a tirones.
Ver y ser vistos: luces, parabrisas y desempañado…
Cuando la luz cae o llueve, enciende las luces de cruce aunque sea de dÃa. Te verán mejor y verás más lejos. Si tu vehÃculo lleva encendido automático, comprueba que se active; si no, cambia manualmente de luz diurna a cruce para ganar visibilidad. Para evitar que se empañe el parabrisas, mezcla aire acondicionado y calefacción y dirÃgelo a la luna delantera, asegurándote de que las salidas de aire están abiertas. Lleva las escobillas en buen estado: si presentan grietas, hacen ruido o llevan un año tostándose al sol, es el momento de reemplazarlas.
Puntos de agua, hojas y aquaplaning…
Procura esquivar charcos profundos. Si no es posible y notas que el coche flota, suelta el acelerador, sujeta el volante con firmeza y espera a recuperar agarre; evita frenar de golpe o girar bruscamente, que solo agrava el aquaplaning. Las hojas caÃdas y mojadas convierten el asfalto en una pista resbaladiza. Evita circular sobre mantos de hojas y no frenes fuerte encima de ellos; si el coche patina, corrige con pequeñas insinuaciones del volante hasta recuperar la trayectoria, sin forzar la dirección.
Neumáticos: dibujo, presión y estado…
Comprueba con frecuencia el dibujo. La profundidad mÃnima legal es de 1,6 mm, aunque es recomendable no apurarlos. Mantén la presión indicada por el fabricante. En este caso pruebas independientes han mostrado que con las presiones bajas aumentan la inestabilidad y aparece el aquaplaning antes, obligando a reducir más la velocidad.
Como referencia orientativa, algunos fabricantes mencionan valores habituales en torno a 30 psi para coches pequeños, 36 psi para medianos y 42 psi para grandes. En cualquier caso revisa la pegatina de tu vehÃculo o el manual. Controla la presión cada pocas semanas y antes de viajes sobre todo en otoño e invierno. Y si vas a circular por terrenos resbaladizos con un 4×4 como el Subaru Outback, presta especial atención.
LÃquidos y tratamientos antilluvia en el parabrisas…
Los tratamientos hidrofóbicos ayudan a que el agua no se adhiera al cristal, mejorando la visibilidad y reduciendo la fatiga del limpiaparabrisas. Se venden en varios formatos (por ejemplo 5 y 10 litros) y precios aproximados. También los hay con propiedades anticongelantes o antimosquitos. Existen propuestas de marcas muy conocidas en comercio generalista, pero lo importante es elegir un producto homologado y usarlo correctamente.
Para rellenar el depósito del limpiaparabrisas con un producto antilluvia:
- Abre el capó y localiza el depósito del lavaparabrisas (suele ser translúcido y va marcado con el icono del parabrisas).
- Destapa y vierte el lÃquido con un embudo hasta el nivel máximo, sin sobrellenar el depósito.
- Cierra bien el tapón y acciona el sistema para purgar boquillas y comprobar que pulvera correctamente.
- Revisa el nivel de forma periódica, más aún en temporada de lluvias.
Consejos de servicios de emergencia en episodios de tormenta…
Ante tormentas o granizadas, los servicios municipales y de emergencias 112 recomiendan salir con tiempo, conducir despacio, ceñirse a la velocidad permitida y aumentar la distancia de seguridad respecto a otros vehÃculos. Si cae granizo, busca un lugar seguro para estacionar y esperar a que mejore; y extrema la atención por posibles balsas de agua, ráfagas de viento o descargas eléctricas que puedan reducir la visibilidad.
Planifica el viaje y consulta el tiempo…
Antes de iniciar el viaje mira el parte meteorológico. Si se anuncian lluvias intensas, valora posponer el desplazamiento o utilizar otro medio de transporte más seguro. Si debes conducir, revisa los neumáticos, luces, escobillas y niveles, limpia bien el parabrisas y activa las ayudas a la conducción disponibles (ABS, ESP, detector de lluvia), teniendo claro que son un apoyo, no un sustituto de la prudencia.
Aplicando estas pautas —velocidad contenida, margen extra con otros vehÃculos, buena visibilidad y mecánica al dÃa— se reduce mucho el riesgo de sustos cuando llueve. Una conducción suave, neumáticos en condiciones y un parabrisas limpio con tratamiento antilluvia son aliados clave para evitar el aquaplaning y llegar a salvo incluso con el cielo encapotado. Mucho cuidado…