
En apenas un lustro, moverse en coche se ha encarecido de forma notable. Ya no pesa solo el precio del vehículo: también lo hacen la energía, las reparaciones, las pólizas de seguro y la financiación. Todas han escalado a la vez y han creado una suerte de “tormenta perfecta” que ahogan a los conductores que tienen un vehículo en su poder. Diversos análisis del Arval Mobility Observatory sitúan el Coste Total de Propiedad (TCO) en el centro del debate.
El impacto económico alcanza tanto a particulares como a los gestores de flotas en España y en el resto de Europa. Además afecta a todos los tipos de coche, incluidos los eléctricos, cuya factura energética y coste de batería también han subido notablemente. En este contexto, revisar la forma en que utilizamos y adquirimos un vehículo se ha vuelto más importante que nunca. Más aún si no quieres morir ahogado por pagos y costes que podrías evitar día a día…
Qué incluye realmente el coste de mantener un coche (TCO)…

El TCO no se limita exclusivamente a la compra. Combina amortización del vehículo, combustible o electricidad, coste de mantenimiento, seguro, neumáticos, impuestos y financiación. Entender cada partida es clave para decidir con cabeza y no llevarse sorpresas.
En la práctica, el TCO mide cuánto cuesta tener un coche a lo largo del tiempo y por kilómetro, de modo que dos modelos con precio similar pueden resultar muy diferentes cuando añadimos el consumo, averías, primas y tipos de interés. Esa es la referencia que hoy guía a hogares y empresas a la hora de elegir.
Precio de compra y valor del vehículo: menos opciones baratas…

Desde 2020, el precio medio de los coches nuevos ha crecido en torno a un 19%. Detrás están la incorporación de más tecnología, la expansión de los SUV (más grandes y pesados), el giro hacia mecánicas con menos emisiones y una oferta que ha ido dejando fuera versiones más asequibles. Los eléctricos tampoco quedan al margen. La batería sigue siendo el componente más caro y la normativa europea ha impulsado más BEV y PHEV, reduciendo alternativas de combustión económica y tensionando el precio del resto de la gama.
Además, la cadena de suministro aún acusa secuelas de la etapa pospandemia, lo que añade costes de producción. Quien busca usado tampoco encuentra refugio: tras un fuerte repunte entre 2020 y 2022, los valores de ocasión siguen alrededor de un 18,5% por encima de la era prepandemia. En perspectiva larga, estudios de fabricantes apuntan a que el precio medio del automóvil en Europa se ha disparado desde 2010, lo que consolida una tendencia estructural al alza.
Energía: combustible y electricidad pesan más en la factura…

El combustible, que puede representar cerca de un tercio del gasto en coches de combustión, se ha encarecido aproximadamente un 32% desde 2020. Para quienes usan el coche a diario por trabajo o familia, el golpe en el bolsillo es inmediato.
«En eléctricos, el coste por kilómetro depende del precio del kWh y de la eficiencia del vehículo: una recarga barata en casa o en el trabajo puede marcar grandes diferencias frente a puntos públicos caros»
La electricidad en Europa también subió con fuerza. Para los hogares ronda el +70% y en empresas cerca del +80% entre 2020 y 2024. Aunque los BEV suelen visitar menos el taller, la factura energética modifica el balance final, por lo que planificar dónde y cuándo cargar es ya una decisión económica de primer orden.
Mantenimiento, neumáticos y seguros: el día a día del taller…

El coste de mantenimiento ha avanzado cerca de un 29%. La mayor complejidad técnica (más electrónica y software), la falta de piezas y los salarios del sector elevan las facturas. Además, neumáticos y seguros participan en la escalada con subidas próximas al 27%, algo que encarece cada revisión o siniestro.
Los talleres reportan que crecen las intervenciones en caja de cambios y transmisión, junto a un aumento de averías eléctricas y electrónicas propio de vehículos más sofisticados. En paralelo, gana terreno el uso de recambios recuperados y certificados como alternativa más sostenible y económica para ciertas reparaciones, especialmente en componentes de alta rotación.
- Motores y cajas de cambio siguen entre los recambios más demandados, seguidos por frenos y electrónica.
- Un mantenimiento preventivo bien planificado y piezas con trazabilidad ayudan a contener el gasto sin comprometer la seguridad.
Financiación: tipos de interés y efecto en la cuota…

Entre 2022 y 2025, el coste financiero ha subido alrededor de un 35%, con un pico de hasta el 50% en 2024. Para quien compra a plazos o contrata renting, esa subida se traduce en cuotas más altas y en decisiones de posponer la renovación del coche pese a necesitarlo. En eléctricos, alargar plazos o ajustar kilómetros contratados puede suavizar la cuota, pero conviene vigilar el valor residual y los límites de uso para no pagar de más al final del contrato.
Quién lo nota más y por qué…

La presión del TCO golpea con fuerza a la clase media europea, que sostiene gran parte del parque automovilístico. En zonas rurales o municipios con poca oferta de transporte público, el coche no es un capricho. Es la única forma de trabajar o acceder a servicios, de modo que la subida de costes se vuelve especialmente dura. Los analistas advierten de que los costes crecen más rápido que los salarios, ensanchando la brecha entre quienes pueden adaptarse con renting, carsharing o electrificados y quienes quedan atrapados en un gasto fijo cada vez más pesado.
Cómo recortar el TCO: decisiones que sí marcan diferencias…

Elegir el vehículo por uso real ayuda más de lo que muchos creen. Evitar SUV innecesariamente grandes y optar por modelos eficientes reduce consumo, desgaste de neumáticos y la prima del seguro. En muchas familias, una berlina o un compacto solvente resulta más barato de tener que un coche alto y pesado. En cuanto a eléctricos e híbridos enchufables, combinar carga doméstica, de empresa y pública optimiza el coste energético. Además, una conducción suave y prever rutas con paradas de carga eficientes recortan céntimos por kilómetro que, a final de año, se notan.
- Optimiza la financiación o el renting: ajustar plazos y kilómetros puede bajar cuota y TCO.
- Mantenimiento preventivo: adelantarse al fallo abarata más que reparar a destiempo.
- Neumáticos y seguros: compara ofertas y elige coberturas ajustadas al uso real.
- Movilidad flexible: carsharing, renting flexible o presupuestos de movilidad reducen costes fijos.
Con los componentes del TCO avanzando al unísono —compra (+19%), energía (+32% en combustibles y +70%/+80% en electricidad), mantenimiento (+29%), neumáticos y seguros (+27%) y financiación (+35%)—, tener coche es hoy más caro y complejo que hace cinco años. Aun así, medir bien el uso, elegir con criterio y planificar energía, taller y financiación permite amortiguar una parte importante del golpe. Paciencia…