
Sobre la plataforma del Fiesta, Ford decidió crear un nuevo modelo de corte familiar, un monovolumen urbano que combinara un tamaƱo muy contenido con un espacio interior y habitabilidad cuidadas recurriendo a soluciones tan originales como prĆ”cticas. Ćste es el Ford B-Max.
Esta semana toca ponernos a los mandos de un monovolumen que presenta dos novedades tales como las puertas sin pilar central y el motor 1.0 Ecoboost de 125 caballos, que ya probamos en el Focus, y que en el Ford B-Max deberĆa de ir aĆŗn mejor, pero eso lo veremos maƱana.
DiseƱo inteligente
Por lo general el diseƱo de los monovolĆŗmenes no es pasional ni atrevido, con alguna excepción, por eso podemos hablar de diseƱo inteligente. El Ford B-Max cumple a la perfección este criterio, donde el sistema de puertas sin pilar central es la caracterĆstica que sencillamente define al coche.
Su aspecto puede recordarnos sutilmente al Ford Fiesta, del que deriva, con unos faros delanteros afilados y una parrilla ovalada que delata el sello estilĆstico de la marca. La trasera se aleja del diseƱo Fiesta con lĆneas mĆ”s cuadradas pero a la vez manteniendo un cierto aspecto dinĆ”mico que pueda atraer, por ejemplo, a familias mĆ”s jóvenes.
En conjunto es un coche alto pero bien proporcionado que, con nuestra unidad, llega a un nivel de atractivo bastante alto gracias a las llantas de 17 pulgadas de cinco radios y al acabado mƔs alto de gama Titanium X.
Pero lo mÔs importante del Ford B-Max son las puertas. Las delanteras se abren de forma convencional, las traseras son corredizas. Hasta aquà todo bien, pero llega el momento de abrirlas y vemos, o mejor, no vemos el pilar central. Ford ha integrado el pilar en las propias puertas de forma que una vez cerradas el resultado sea el mismo, tanto en rigidez como en seguridad, a llevar un pilar B convencional.
Las ventajas son claras. En primer lugar, el acceso a las plazas traseras es tremendamente sencillo pero lo mejor es, y mƔs en un coche de corte familiar, la facilidad para meter a los niƱos en las sillitas infantiles. No nos molestarƔ ni la puerta ni el propio pilar, todo ventajas. A la hora de cargar objetos pesados tambiƩn notaremos la diferencia, con un asiento del copiloto que ademƔs es abatible.
Pero hay un par de inconvenientes a los que habrƔ que acostumbrarse. El primero es que las puertas, al formar parte, literalmente, de la estructura, son mƔs gordas y pesan mƔs que unas puertas convencionales. Por otro lado, las puertas traseras una vez abiertas son algo complicadas de cerrar desde dentro al quedar muy atrƔs el tirador. En cuanto al acceso, puede molestarnos un saliente a los laterales de los asientos. En general, nada preocupante o que no podamos normalizar.
Interior espacioso
El interior del Ford B-Max destaca por su espacio. Es un monovolumen urbano pero no por ello es menos prĆ”ctico. El salpicadero muestra un diseƱo tĆpico de la marca, muy similar al Fiesta, con una parte central en negro brillante que puede resultar algo sucia si somos muy maniĆ”ticos.
La calidad me parece bastante buena, una construcción aparentemente sólida con material acolchado en las partes superiores y duro en las menos vistosas. Los mandos se sitúan muy a mano y lo único que no convence tanto es la gran cantidad de botones en la consola para el manejo del sistema de infoentretenimiento y una pantalla central demasiado pequeña.
Dejando de lado el tema diseño, la posición de conducción del Ford B-Max me parece muy buena, con unos asientos amplios y cómodos, aunque el mullido es bastante duro. El volante es algo a destacar, es extremadamente gordo, pero cuidado, no es incómodo en absoluto, simplemente cuando cojas otro coche te parecerÔ estar agarrando poco mÔs que un fideo.
Pasamos a las plazas traseras y volvemos a encontrar espacio, tanto para las piernas como para la cabeza, aunque no tanto en anchura si van a viajar tres personas adultas. Los asientos laterales son cómodos, el asiento central es mÔs fino y plano, pero el mullido es lo suficientemente blando como para no maldecir al que te lo cedió en viajes largos. Lo que sà echamos de menos son algunos huecos portaobjetos de mÔs en estas plazas traseras.
Maletero
El maletero del Ford B-Max no es de los mĆ”s grandes de su categorĆa, pero con 318 litros seremos capaces de encajar sin problemas el equipaje de 4 pasajeros. Si necesitamos mayor espacio o vamos a meter un objeto largo podremos abatir los asientos traseros en 60/40 e incluso el asiento del copiloto. Como detalle cabe destacar la alfombrilla que cubre los asientos traseros una vez abatidos con un lado suave y otro de material mĆ”s duro y fĆ”cil de limpiar.
Las formas son muy aprovechables con, ademÔs, una bandeja ajustable en dos alturas para ganar fondo o bien colocar la carga a ras de la boca de entrada. Ford nos obsequia con un recipiente portaobjetos que puede resultar útil para ordenar algunos objetos de poco volumen, pero que habrÔ que dejar en casa si buscamos la mÔxima capacidad.
Nos despedimos por hoy de nuestra prueba del Ford B-Max habiendo repasado su aspecto exterior e interior ademƔs de analizar las ventajas e inconvenientes de su peculiar sistema de apertura de puertas. MaƱana volvemos para poner en marcha el 1.0 Ecoboost de 125 caballos de nuestra unidad y contaros quƩ tal se comporta en este monovolumen urbano.
MĆ”s información ā Prueba Ford B-Max 1.0 Ecoboost 125 CV, motor, conducción y consumos, Prueba Ford Focus Titanium Ecoboost 125 cv, diseƱo exterior e interior