Ford ha levantado el telón de su nueva plataforma eléctrica. Se trata de una arquitectura de última generación con la que busca ponerse al nivel de los fabricantes más eficientes del mercado. Entre ellos busca luchar con gigantes como BYD y MG con un objetivo: recortar drásticamente sus costes industriales. El anuncio, enmarcado como un supuesto “momento Model T”, marca un giro estratégico radical en su estrategia global para que la electrificación masiva gane escala sin disparar el precio final.
La compañía yanqui sostiene que esta base servirá para múltiples tipos de carrocería (desde berlinas y SUV hasta camionetas). Y arrancará con un modelo especialmente sensible al precio: una pick up eléctrica de tamaño medio y cuatro puertas que apuntará a un precio inicial en torno a los 30.000 dólares y cuyo lanzamiento está previsto para 2027. Con este «cebo» los responsables de Ford esperan colmar de atenciones sus planes. Más aún teniendo en cuenta que en Europa van de capa caída y quieren subir en ventas…
Qué ha presentado exactamente Ford…
La casa del óvalo ha desvelado una Plataforma Universal para vehículos eléctricos. Y lo ha hecho junto a un nuevo esquema de fabricación que, según la empresa, simplifica el producto y la línea de montaje. Jim Farley, CEO de Ford, describió el hito como un “momento Model T” por su relevancia industrial y comercial para la marca, anticipando una nueva familia de modelos eléctricos más accesibles.
Para subrayar el cambio de paradigma, Ford habla de un ecosistema simple y flexible. Es decir, se trata de una base técnica preparada para distintos segmentos y un proceso de ensamblaje repensado desde cero. La premisa: menos complejidad, menos coste y tiempos de producción más cortos sin renunciar a calidad ni a un buen comportamiento dinámico.
Baterías LFP estructurales y mejoras de ingeniería…
El corazón técnico de la arquitectura son baterías prismáticas LFP (litio-ferrofosfato) integradas como parte estructural del piso. Esta solución reduce volumen y peso, baja el centro de gravedad, mejora el silencio a bordo y libera más espacio en el habitáculo. Además, prescinde de cobalto y níquel, lo que ayuda a contener costes y riesgos en la cadena de suministro.
Según la firma, la nueva pick up será “tan rápida como un Mustang EcoBoost” en el 0-96 km/h y ofrecerá más espacio en la segunda fila de asientos para pasajeros que una Toyota RAV4 de última iteración. También sumará un maletero delantero (frunk) y caja de carga, buscando utilidad sin disparar el tamaño ni el precio.
La ingeniería de detalle también se ha exprimido para ahorrar peso y piezas. Ford cita como ejemplo un mazo de cables 1,3 km más corto y 10 kg más ligero que el de su primer SUV eléctrico, además de una reducción general de componentes que allana el mantenimiento y el montaje.
Un “árbol de montaje” para fabricar más rápido y mejor…
En producción, Ford sustituye la cinta tradicional por un “árbol de montaje” con tres líneas que trabajan en paralelo: frontal, trasera y batería estructural (esta última puede equiparse con asientos y consola antes de unirse al conjunto final). Grandes piezas de fundición de una sola pieza reemplazan docenas de elementos pequeños para simplificar y ganar precisión.
Con este enfoque, la marca asegura un 20% menos de piezas, 25% menos de fijaciones y hasta un 40% menos de estaciones “dock to dock” en planta. Esto se traduce en un tiempo de ensamblaje potencialmente un 15% más veloz neto. Además, los operarios reciben kits con herramientas y elementos en la orientación correcta, mejorando ergonomía y calidad.
Calendario, precio y gama sobre la mesa…
El primer modelo basado en esta nueva plataforma será una pick up eléctrica mediana de cuatro puertas que se fabricará en Louisville (Kentucky) para EEUU y exportación. El objetivo interno sitúa el precio de acceso alrededor de los 30.000 dólares, con la ambición de moverse en la franja de 25.000-30.000 dólares según el equipamiento y el contexto de mercado.
Más allá de la camioneta, informes del sector apuntan a una hoja de ruta más amplia: un SUV compacto asequible y un tercer vehículo con potencial para servicios de conducción autónoma en el medio o largo plazo. Ford priorizaría baterías LFP y una cadena de suministro con fuerte peso de proveedores estadounidenses para contener costes.
El posible regreso del nombre Ranchero…
En el capítulo de marcas, varios registros recientes sugieren que Ford ha solicitado la denominación “Ranchero” para uso en EV, con foco en pick ups. No hay confirmación oficial, pero la idea encajaría con recuperar etiquetas históricas (como ya lo hizo con Mustang Mach‑E o F‑150 Lightning) para impulsar su transición eléctrica.
De materializarse, el nuevo Ranchero podría adoptar un chasis monocasco y una carrocería más baja y aerodinámica que las pick-ups tradicionales, una receta más próxima a un turismo con zona de carga. Conceptualmente se situaría cerca de la Maverick, aunque con un enfoque más rutero para ganar eficiencia y autonomía.
Inversión y empleo en Estados Unidos…
Para hacer realidad esta ofensiva, Ford destinará 2.000 millones de dólares a su planta de Louisville y suma la inversión ya anunciada de 3.000 millones en BlueOval Battery Park Michigan para fabricar celdas LFP prismáticas. En total, el plan ronda los 5.000 millones de dólares.
La compañía prevé crear 2.200 nuevos puestos en Louisville y, entre ambas instalaciones, asegurar en torno a 4.000 empleos directos, además de activar a decenas de proveedores con base en EEUU. La prioridad pasa por ganar capacidad local, estabilizar la logística y reducir la exposición a vaivenes externos.
Objetivo: competir en costes con los líderes… como BYD o MG…
Jim Farley ha sido claro: para competir con los fabricantes chinos en el mercado global, Ford debe transformar su ingeniería, su cadena de suministro y sus procesos de fabricación. La nueva plataforma y el sistema de producción tipo «gigacasting» busca esa convergencia entre producto accesible, calidad y viabilidad financiera. La marca llega a esta fase consciente de que los márgenes en eléctricos han sido tensos.
Con esta base, Ford aspira a un menor coste total de propiedad a cinco años frente a referencias de mercado comparables, aprovechando la simplicidad mecánica del EV, la eficiencia de las LFP y los recortes de complejidad en fábrica. Tras la presentación en Kentucky, la hoja de ruta queda marcada por varios hitos: revelar datos finales de la pick up (autonomía estimada, tamaños de batería, tiempos de carga y precio definitivo) y desplegar la plataforma en más modelos.
Si el plan cuaja la casa podría acercarse a la paridad de costes y ofrecer eléctricos de volumen sin renunciar a fiabilidad ni usabilidad diaria. La unión de una base técnica versátil, un proceso de ensamblaje replanteado y un enfoque de costes agresivo configura la apuesta más ambiciosa de Ford en su era eléctrica. Con una pick up de acceso como punta de lanza, producción y baterías localizadas en EEUU y la posibilidad de rescatar el nombre Ranchero, la compañía busca abrir la puerta a eléctricos más asequibles y prácticos, que convenzan tanto por precio como por lo que ofrecen en el día a día.
Fuente – Ford – Ford From the Road
Imágenes | Ford