Prueba Abarth Grande Punto. Una semana de sensaciones (parte III)

Como decía en días anteriores, las carreteras de montaña con buen firme son el hábitat natural del Abarth Grande Punto, pero un coche con este apellido e historia merece enfrentarse a un análisis en circuito.

En plena prueba del Abarth Grande Punto

En plena prueba del Abarth Grande Punto

Por las características del vehículo (distancia entre ejes reducida, potencia media) está claro que los circuitos amplios tipo Montmeló no son los más indicados para sacarle jugo, sino un circuito estrecho y revirado tipo Balocco. Como no tenemos presupuesto ni medios para ir a Barcelona y mucho menos a Italia, nos acercamos a un circuito más modesto pero que puede resultar igual de divertido: el circuito de Bayas, propiedad del ACM.

Se trata de un circuito estrecho de anchura mínima 12 metros, donde las curvas de 180º y radio reducidísimo se suceden. La ausencia de rectas largas hace que juguemos constantemente entre segunda y tercera, realizando el ciclo “acelerador a fondo-freno a fondo-acelerador a fondo” varias veces en escasos segundos.
El firme no es precisamente una alfombra de asfalto, presentando una superficie algo rota en ocasiones y obsequiándonos con unos cambios de rasante en los que el coche puede llegar casi a despegar.

El comportamiento del Abarth Grande Punto fue satisfactorio en el circuito del ACM. Realicé unas 15 vueltas con el control de tracción conectado y otras tantas con él desconectado. Recordar que salvo el Sport Boost y el ASR, no es posible “tocar” ningún otro parámetro de conducción.
Me resultó muy gratificante comprobar que la aceleración era prácticamente la misma con el ASR puesto que quitado. Además, sin ASR la bombillita amarilla del ESP no hacía acto de presencia prácticamente nunca, salvo un par de veces que me “emocioné” e intenté encajar en giros yendo muy pasado.

Con el Abarth Grande Punto 155 a la entrada

Con el Abarth Grande Punto a la entrada

Rodando rápido, los márgenes de seguridad son grandes, destacando la potencia y resistencia de los frenos por encima de todo. Ni que decir tiene que no hubo síntomas de fatiga, menos con la poca velocidad que se llega a alcanzar. La dirección es precisa y el eje delantero guiaba el coche con agilidad. Quizá el cambio se quedaba un poco atrás en este ritmo de circuito que intenté imprimir.
Evidentemente rodar en circuito tiene sus pegas…como por ejemplo el consumo tipo V8 que puede alcanzar.

Conclusión

Aunque el Abarth Grande Punto no está pensado para vivir en circuito se nota la gran cantidad de horas que ha pasado en las pistas de Balocco, centro de pruebas de la marca italiana. Supera la prueba con buena nota, aunque seguramente no deje tan buen sabor de boca en un circuito amplio debido a sus escasos 155CV, donde un “petrolero” un poco apretado pueda secarnos los colores.

En breve publicaremos la comparativa con el Fiat Grande Punto 1.9 Multijet 130CV


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  1.   JM dijo

    Pero que flipada de cochecito, si va como un avion por circuito