Hace años que los SUV llegaron para quedarse y Nissan tiene gran culpa de ello. Primero el Qashqai popularizó los crossovers del segmento C, mientras que posteriormente, el Nissan Juke hizo lo propio con el segmento B. En los últimos años hemos visto como los SUV mÔs pequeños van ganando terreno ante los utilitarios y cada vez mÔs fabricantes quieren jugar en este nicho de mercado.
Las alternativas que nos brinda el mercado son muchas, pero en ActualidadMotor hemos decidido hacer una prueba comparativa con dos de las Ćŗltimas novedades del segmento: El SsangYong Tivoli y el Suzuki Vitara. Ambos tienen muchas cosas en comĆŗn, pero destacan por ser dos de los modelos mĆ”s revolucionarios del mercado para sus respectivas marcas. El primero lo es por el cambio de rumbo y la mejora que supone para SsangYong, mientras que el segundo deja de lado la filosofĆa todoterreno del Vitara para convertirse en un SUV de Ć©xito comercial.
Los contrincantes
Para esta comparativa, hemos tratado de obtener dos coches muy parejos entre sĆ, y lo hemos logrado. Ambos cuentan con un motor de gasolina de 1.6 litros, cambio manual y tracción delantera 4Ć2. Incluso lucen una carrocerĆa de color blanco y niveles de equipamiento semejantes. Aunque en lĆneas generales parezcan coches idĆ©nticos, sĆ que hay algunas diferencias. Por ejemplo, el motor del SsangYong Tivoli G16 tiene 128 caballos de potencia e inyección directa, frente a los 120 caballos y la inyección multipunto del Vitara VVT. El coreano tambiĆ©n ofrece un cambio manual de seis relaciones, frente a las cinco del japonĆ©s.
En cuanto a dimensiones tambiĆ©n encontramos algunas diferencias. El SsangYong Tivoli es ligeramente mĆ”s largo y ancho que el Vitara y cuenta ademĆ”s con una batalla 10 centĆmetros mayor.

Hablando de equipamiento, ambos son el acabado mÔs alto de su gama y aunque vienen muy completos, cada uno tiene sus lagunas. Por ejemplo, el Tivoli Limited no tiene asientos calefactados, Faros LED, control de crucero adaptativo, acceso y arranque sin llave, sistema de frenada de emergencia automÔtico o sensores de aparcamiento delanteros y traseros, mientras que en el Vitara GLX echaremos de menos el espejo interior fotosensible, el climatizador bizona o la dirección asistida variable.
DiseƱo exterior

Esta es la parte mÔs subjetiva de toda la comparativa, pero en cuanto a diseño, hay algunas diferencias. Ambos presentan un frontal agresivo y deportivo, mucho mÔs masculino y de aspecto robusto en el Tivoli. En la vista lateral el Vitara nos darÔ la sensación de ser mÔs grande por sus lunas de custodia traseras, pero la realidad es que el Tivoli es ligeramente mÔs largo. las llantas de aleación de 18Ⳡdel Tivoli consiguen una apariencia mÔs deportiva que la del Vitara. En la zaga el Tivoli irradia personalidad y su diseño lo hace parecer muy ancho y bajo. Es aquà donde el Vitara saca a relucir sus genes japoneses y nos muestra una estampa algo falta de personalidad, con un diseño sencillo.
Algo destacable en el segmento de los B SUV es que suelen ofrecer diversas opciones de personalización y ni el Vitara ni el Tivoli son menos. Ambos ofrecen distintos diseƱos de llantas segĆŗn el acabado, e incluso en distintos colores. TambiĆ©n pueden tener diversas combinaciones de carrocerĆa bitono y algunos accesorios que los dotan de mĆ”s personalidad. Este aspecto es el mĆ”s personal y cada uno tendrĆ” sus preferencias. n esta ocasión ninguno de los dos coches de la comparativa destaca por tener combinaciones de colores llamativas, son bastante discretos en este aspecto.
Calidad y diseƱo interior
SsangYong Tivoli
Pasando al habitĆ”culo, encontraremos una serie de diferencias que hacen que los dos SUV se vayan pasando el balón a cada instante. El Vitara tiene un salpicadero mĆ”s clĆ”sico, muy Suzuki, pero la disposición de los mandos es mucho mĆ”s intuitiva y ergonómica. Lo mĆ”s reseƱable es el climatizador, mĆ”s simplificado en el Vitara, mientras que en el Tivoli los botones son mĆ”s pequeƱos y su lectura en marcha es mĆ”s complicada, lo que podrĆa distraernos. La calidad al tacto de los botones estĆ” mĆ”s lograda en el Vitara, salvo por las palancas de luces y limpias, que son mĆ”s modernas y de mejor tacto en el Tivoli, que nos recuerdan a las de un Audi.
La calidad de ajustes es muy buena en ambos coches. Todos los plƔsticos parecen bien ensamblados y al presionar sobre ellos no se escuchan crujidos. Tampoco hay grillos al circular por zonas bacheadas. En cuanto a materiales, el Vitara es mucho mƔs conservador y hace un uso mayor de plƔsticos duros, aunque de buena presencia. En la parte superior del salpicadero y las puertas el Tivoli recurre a un material mƔs gomoso y acolchado, mƔs agradable y con mayor calidad al tacto.
Suzuki Vitara
Ambos coches cuentan con sendas pantallas en el centro del salpicadero. La del Vitara tiene un aspecto mĆ”s sencillo y cuenta con unos botones tĆ”ctiles para ir a la home, ajustes, control por voz e incluso manipular el volumen. El Tivoli tiene una pantalla que hace menos reflejos y los botones son fĆsicos, de mejor manejo, especialmente en marcha. Sin embargo, la forma de mostrar la información del Tivoli y los menĆŗs son poco intuitivos, mientras que en el Vitara es muy sencillo hacerse a su manejo. Por otra parte, la respuesta tĆ”ctil es mejor en el Tivoli.
A la hora de mostrar la información, ambos coches cuentan con cuadros de relojes sencillos, pero el del Vitara se lee mĆ”s fĆ”cilmente y la pantalla multifunción es mĆ”s sencilla de interpretar al mostrar menos información, ya que los relojes de nivel de combustible y temperatura son fĆsicos y no estĆ”n en el LCD como si ocurre en el Tivoli. Donde ninguno aprueba, es en el botón de cambiar la pantalla del ordenador de abordo. En el Vitara se ubica a la derecha del cuadro de relojes y es un tetón como el de poner a 0 el cuentakilómetros parcial, mientas que en el Tivoli estĆ” situado en la consola central. En el volante o en alguna de las palancas de luces o limpias estarĆan mucho mejor.
En cuanto a los asientos, ambos tienen los laterales tapizados en piel, con la zona central en ante en el caso del Vitara y en tela en el Tivoli. La del Vitara es mĆ”s agradable al tacto, aunque probablemente envejezca peor por el tĆpico desgaste de estos tapizados. EL SsangYong Tivoli tiene unos asientos delanteros que ofrecen un mejor agarre lateral, especialmente en la banqueta, lo que se agradece a la hora de circular por carreteras mĆ”s reviradas. En las plazas delanteras se agradece que el Vitara tenga un apoyabrazos extensible. En la parte trasera ninguno de los dos tiene reposabrazos central.
Habitabilidad interior
SsangYong Tivoli
Si pasamos a hablar de la habitabilidad interior, aquà no hay duda de que el vencedor es el SsangYong Tivoli. El coreano es ligeramente mÔs grande en sus dimensiones exteriores, aunque no lo parezca, pero por dentro las diferencias de espacio son palpables. En las plazas delanteras no es tan evidente, aunque en el Tivoli la anchura sea mÔs holgada. Donde realmente se nota la diferencia es en las plazas posteriores.
El espacio longitudinal para las piernas es francamente bueno en el Tivoli, no nos faltarĆ”, y la anchura tambiĆ©n es mayor. El mayor ancho de la banqueta trasera hace que tres adultos puedan viajar mĆ”s cómodamente y ademĆ”s disfrutarĆ”n tambiĆ©n de mĆ”s espacio para la cabeza. En el Vitara al viajar tres ocupantes los de los extremos tienen que colocarse mĆ”s cerca de las puertas, donde la altura al techo es menor y los mĆ”s altos podrĆan llegar a rozar con la cabeza. AdemĆ”s, en el SsangYong Tivoli el tĆŗnel de transmisión es casi inexistente, mientras que el del Suzuki es mĆ”s intrusivo.
El Suzuki Vitara tiene formas mƔs aprovechables y mejor boca de carga
El maletero es otro de los puntos a favor del Tivoli. Según homologación, cubica 423 litros frente a los 375 del Vitara, si bien es cierto que a simple vista el del Viatara parece mucho mayor. No sabemos de donde ha sacado SsangYong tanto espacio. En lo que no hay lugar a dudas es en que el maletero del Suzuki es mÔs prÔctico, ya que la boca de carga es considerablemente mÔs ancha y baja. Ambos tienen doble fondo y en el Vitara en su posición mÔs alta queda situado a ras de la boca de carga, mientras que el Tivoli siempre tendrÔ un escalón. Las formas del maletero del Vitara también son mÔs cubicas y aprovechables.
Al volante

A la hora de conducirlos serÔ donde mÔs diferencias encontraremos entre ambos SUV, pese a que sobre el papel arrojen cifras muy semejantes. El Vitara estÔ mucho mÔs logrado en su tren motriz. El motor de 1.6 litros y 120 caballos es mucho mÔs refinado en funcionamiento, menos ruidoso y ademÔs, gasta menos combustible. En la homologación ya hay una diferencia importante a favor del Vitara (5,3 frente a 6,6 litros) y lo cierto es que es fÔcil encontrar esas diferencias de un litro entre ambos contrincantes.
El motor del SsangYong Tivoli tiene unos ruidos extraños en retención y cuando aceleramos por debajo de las 2.000 vueltas, como si fuéramos forzados. Al mismo tiempo, en las salidas vibra ligeramente y prestacionalmente hablando, es mÔs perezoso. El Suzuki Vitara tiene una respuesta notablemente mejor y aquà es donde probablemente el Vitara salga ganando por un mejor escalonamiento de las relaciones en su caja de cinco velocidades. El Tivoli tiene seis relaciones.

Ambos son atmosfĆ©ricos y ninguno estĆ” exento de que haya que subirlos de vueltas y reducir marchas a la hora de reaccionar con agilidad, pero la viveza del Vitara es superior en todas las situaciones. Ambas cajas de cambio tienen un tacto preciso, pero la del Tivoli hace unos ruidos, como si hubiera alguna holgura al cambiar de marcha. Descartamos que pueda ser un problema de esta unidad, puesto que modelos como el SsangYong Korando en dos unidades hacĆan lo mismo.
Si hablamos del Stop & Start, lo cierto es que ninguno de los dos es brillante, pero es aquà donde nuevamente el Vitara saca pecho, ya que en el arranque es casi imperceptible, mientras que el Tivoli hace el mismo ruido que si arrancÔramos con la llave.

Es en cuanto a comportamiento dinĆ”mico donde los dos coches mĆ”s se alejan. El Suzuki Vitara tiene una puesta a punto notablemente mĆ”s confortable. Su suspensión filtra mejor las irregularidades en zonas muy bacheadas y mima mĆ”s a los ocupantes, aunque sin embargo, deja balancear mĆ”s la carrocerĆa. El Tivoli, por su parte, es mĆ”s firme de suspensiones y tiene una conducción mĆ”s aplomada y deportiva, a la que contribuyen unos asientos con mejor sujeción lateral. A la hora de viajar notaremos que ambos pueden pecar de una falta de aislamiento acĆŗstico, especialmente ante el ruido aerodinĆ”mico, aunque el Vitara es mĆ”s silencioso.
En la dirección de ambos coches encontramos diferencias, y mientras que la del Vitara es mÔs directa, peca de exceso de asistencia, es muy ligera. El Tivoli es poco reactivo en los primeros Ôngulos de giro, pero tiene tres durezas selccionables y en el modo Sport tiene el peso ideal. A la hora de practicar una conducción ligera, ambos coches hacen gala de un buen comportamiento dada su naturaleza y se muestran bastante neutros. En el caso del Vitara, cuando el control de tracción entra en acción lo hace de una forma muy sutil, prÔcticamente imperceptible.
Nuestro veredicto

Llegados al término de la prueba, es la hora de juzgar. El apartado estético es completamente personal y en muchos casos serÔ el decisivo, ya que este es uno de los factores mÔs importantes en la compra de un coche. El precio no serÔ excesivamente determinante, ya que ambos ofrecen unas tarifas similares, con una oscilación aproximada de 700-800 euros.
Si una de nuestras prioridades es el espacio, no hay discusión posible, y el Tivoli es una mejor opción, acompañada ademÔs de un comportamiento algo mÔs dinÔmico. Por otra parte, si priorizamos el confort, el Vitara se postula como el mÔs interesante, ademÔs de ofrecer un motor mÔs refinado, eficaz y eficiente y un equipamiento notablemente mÔs completo. En el caso del Vitara, ha superado el EuroNCAP con cinco estrellas y buenas notas, mientras que el Tivoli no ha sido probado por este organismo independiente.