El Mazda 2 ha sido en Europa siempre una especie de enigma para el fabricante. Aparecía generación tras generación y jamás lograba parecerse a ningún otro competidor. Seguía su propio camino con formas tal vez demasiado atrevidas o, por otro lado, formas de monovolumen. Pero a veces parecerse al resto es hacerse un favor, y esto lo han comprendido en Mazda. Ponemos a prueba el nuevo Mazda 2, una nueva generación más madura y eficiente.
Lo bueno de ir por libre es que tienes tu propio niche de mercado. Cuando de verdad te decides a acercarte a tu competencia es cuando te das cuenta de que necesitas buenas armas para combatir en uno de los mercados más feroces de Europa, el segmento B. El Mazda 2 no llega sólo con una nueva cara, sino también con aspiraciones en forma de tecnología y eficiencia materializadas en motores Skyactiv, como el motor de gasolina 1.5 y 75 caballos protagonista de nuestra prueba.
KODO a pequeña escala
El lenguaje KODO no es ya sólo una máxima en la gama Mazda, sino que está empezando a evolucionar, como hemos visto en algún prototipo. Este lenguaje de diseño llega ahora al Mazda 2, empaquetando unos rasgos de estilo en un modelo de pequeño tamaño. Mide 4,06 metros de largo, 1,70 metros de ancho y 1,50 metros de alto. Sí, está entre los grandes de la categoría, como viene siendo habitual en la nueva generación Mazda.
Es el Mazda 2 más masculino y agresivo de su historia, no tiene discusión. Se forma de un frontal agresivo dominado por la gran parrilla con bordes cromados que llegan hasta los faros. Unos faros, por cierto, que pueden presumir de tecnología Full LED en los acabados más completos. Líneas fluidas y orgánicas por los laterales nos hacen llegar a una zaga singular.
Las caderas aparecen bien marcadas y acaban acogiendo unos paros de gran tamaño con unas luces de posición y freno redondas en su interior. Es una trasera bastante contundente, incluso tiene un cierto aire deportivo que no se ve reforzado en nuestra unidad con escapes a la vista. Las llantas de 15 pulgadas que ves en imágenes no son grandes para los estándares actuales, pero los pasos de rueda dan mejor la bienvenida a las de 16 pulgadas, dado su tamaño.
Sensación de calidad
Los coches utilitarios deben enfrentarse a un segmento tan competido que batir al rival en costes parece una tarea imprescindible. Los interiores se resienten en sensación de calidad, un detalle que no ocurre en el Mazda 2. Precisamente una de sus virtudes es esa, la sensación de solidez y calidad que emite el interior de este pequeño utilitario. Hay molduras que imitan la fibra de carbono y que, a mi parecer, oscurecen demasiado un interior japonés que peca de variedad de colores. Hay un paquete opcional que lo soluciona.
Disfruta de uno de los interiores japoneses más cuidados en diseño de los últimos conocidos, destacando detalles como los aireadores redondos, el aireador central derecho camuflado en la moldura, los paneles de las puertas con un diseño que continúa las formas del salpicadero o la pantalla central fija. Esta pantalla es de 7 pulgadas, tiene control táctil y se puede manejar desde un mando en la consola central. Funciona rápido y acomete las órdenes con acierto, además de ser un sistema bastante completo.
Todo queda bastante a mano y se agradece que se hayan mantenido los controles de la climatización analógicos. El cuadro de mandos es de fácil lectura y puede configurarse de dos maneras según equipamiento. El velocímetro central es estándar, mientras que las versiones más equipadas llevan un cuenta vueltas en su lugar. El problema de este cuadro es que acusa fuertemente la incidencia del sol, y las pantallas digitales dejan de verse claramente según le llegue la luz del sol.
La calidad, como hablábamos, no es sólo algo visual, sino también palpable. No en vano, no hay superficies de material blando o mullido en el salpicadero. No hemos encontrado tampoco grillo ni vibraciones circulando por zonas rotas. Lo que no me ha gustado han sido los apoyabrazos de las puertas. Si somos de baja estatura y adelantamos el asiento, quedan demasiado retrasados y acabamos colocando el codo en el asidero, duro e incómodo.
Habitabilidad
El Mazda 2 no destaca por un espacio interior a la cabeza en habitabilidad, pero no por ello tiene demasiado que perder frente a la competencia. Los asientos delanteros son cómodos y tienen un mullido bastante duro, agarran bien y es fácil adoptar una posición de conducción adecuada. El volante es regulable tanto en altura como en profundidad, aunque este último ajuste no era demasiado preciso dada la dureza, al menos en nuestra unidad.
Las plazas traseras tienen luces y sombras, como suele ocurrir en este segmento. El espacio para las piernas es bastante correcto, pero la altura para la cabeza se ve algo resentida. Las tallas superiores a 1,85 metros aproximadamente empezarán a notar el roce de la cabeza en el techo, y en el asiento central, con una altura mayor, se hace más evidente. No obstante, el asiento central, aún sin forma, es relativamente cómodo. El mayor problema lo veo en los reposacabezas, con un ajuste demasiado escaso que no cubre bien las mayores tallas.
Los huecos portaobjetos están bien diseñados, aunque no son multitud. Delante de la palanca de cambios hay un hueco donde dejar el móvil, y la consola central nos deja un par de posavasos y un hueco destinado mayoritariamente a los pasajeros de las plazas traseras. Atrás no hay huecos en las puertas pero sí un bolsillo en el asiento derecho. Una de las mayores pegas llega desde las puertas traseras. Su apertura es escasa y el tamaño de la entrada también, por lo que no es cómodo entrar y salir, como tampoco lo es colocar al niño en la sillita infantil.
En cuanto al maletero, no es de los más grandes del segmento pero resulta suficiente para el equipaje de dos personas o una compra no demasiado abultada. Cubica 280 litros con unas formas muy cuadradas y aprovechables. Lo malo es que no hay un suelo de doble altura, por lo que queda un escalón del piso a la boca de carga y, al abatir los asientos traseros para hacerse con un hueco de hasta 950 litros, queda un escalón abultado.
Apostando por la tecnología Skyactiv
Era evidente que el lanzamiento del Mazda 2 iba encaminado también a apostar por la tecnología Skyactiv. Así se genera una gama de motores 1.5 gasolina y diésel con potencias de entre 75 CV y 115 CV. Nosotros hemos probado la menos potente, un motor 1.5 de gasolina, de cuatro cilindros, atmosférico, de 75 caballos y 135 Nm de par. Es, sin duda alguna, la versión más enfocada a un uso puramente urbano.
Mazda apuesta por los motores gasolina atmosféricos, con cilindradas medias para su potencia, pero prometiendo grandes dosis de refinamiento y un bajo consumo. Lo cierto es que al arrancar notamos claramente que se trata de un motor de 4 cilindros, donde no hay apenas ruido ni vibraciones. Cierto es que los primeros segundos en frío el motor se revoluciona para calentarse más rápido, emitiendo un sonido bastante acusado.
Su funcionamiento es suave cuando rodamos, con una parte baja del cuenta vueltas aprovechable en ciudad y cuando no necesitamos de una respuesta viva. No es torpe para su potencia, y todo es culpa de un peso bastante reducido cercano a los 1.000 kilos. Ahora, si buscamos rapidez de respuesta y prestaciones, es un motor atmosférico, por lo que nos demandará apurar las marchas y, al menos, rodar por encima de 2.500-3.000 vueltas. El ruido, por cierto, a altas vueltas no es para nada molesto.
Para obtener respuesta hay que pasar por caja, una caja de cambios manual de 5 velocidades cuyo comportamiento es muy cercano a lo exquisito. Es un cambio bastante rápido y preciso, con un tacto agradable al que fácilmente nos acostumbramos. Los desarrollos, eso sí, son bastante largos y penalizan las prestaciones. Es algo que, por otro lado, veremos con optimismo cuando echamos un ojo a la cifra de consumo.
Mazda promete un consumo medio de 4,7 l/100 km que no hemos podido conseguir, como es habitual. No obstante nos hemos quedado cerca, muy cerca. Tras más de 600 km de prueba el ordenador anunciaba una media de 5 l/100 km, nada mal para un utilitario de gasolina. En ciudad el consumo sube hasta los 7,5 l/100 junto a un Stop/Start bastante eficiente, mientras que en carretera podemos rondar los 4-4,5 l/100 km sin demasiada complicación.
Ágil
Mazda siempre ha destacado por ofrecer una cierta agilidad en sus modelos, una forma de conducir viva, que no obligatoriamente deportiva. En el Mazda 2 ocurre esto precisamente, es un coche fácil de llevar y ágil, pero no llegando a un toque deportivo que de nada serviría en un modelo así. Sobre todo en esta versión de 75 caballos de potencia.
La suspensión tiene un tarado bastante equilibrado, no es especialmente dura pero tampoco tan blanda como para restar confianza. De hecho en zonas de curvas el balanceo está ahí, pero se contiene lo justo para moverse con aplomo y confianza. Esto le otorga además un elevado confort, sin brusquedades ni una suspensión seca e incómoda en zonas con asfalto más desgastado.
Por una misma línea va una dirección con un tacto agradable por peso. Es bastante directa y obedece con franqueza a nuestras órdenes, pero peca de lo que pecan todos los coches modernos, de una transmisión de datos al conductor bastante escasa. Por otro lado, el tacto de los frenos es absolutamente exquisito. Aunque su poder de frenada no es demoledor, sí tiene un tacto magnífico, con un pedal que comienza a actual desde los primeros milímetros y que, sin embargo, nos permite dosificar la frenada a la perfección.
Si en ciudad los 75 caballos son más que suficientes, en carretera se notan justos en pocas ocasiones. No he llegado a rodar con el coche cargado e imagino que ahí estará el mayor punto flaco. Con una o dos personas se mueve francamente bien y aguanta los repechos con dignidad. Es curioso además que, a pesar de estar viendo cómo el coche aguanta las subidas, el indicador de cambio óptimo de marcha no se corta a la hora de aconsejarnos en bajar una o dos marchas. En ese sentido su funcionamiento es bastante realista. Al fin y al cabo si necesitamos potencia debemos buscarla en la parte alta del cuentavueltas.
Conclusión
El Mazda 2 presenta su generación más madura. Ha evolucionado hasta convertirse en el utilitario que necesitaba ser en Europa, un coche con carácter visual y menos enfocado a una vida de monovolumen. Es ahora más agresivo y atractivo, también algo más personalizable, y ha ganado enteros en calidad interior, tanto al tacto como a la vista.
No es referencia en su segmento en tamaño, tampoco en habitabilidad, ni el maletero. Pero juega con otras bazas. La calidad es uno de sus puntos fuertes, y goza de elementos bastante poco vistos como su sistema multimedia, aviso de cambio involuntario de carril o un sistema de iluminación Full LED. Incluso puede contar con un Head-Up Display.
La gama de motores es igualmente interesante, con una tecnología que sigue apostando por los atmosféricos en la gama gasolina. Me ha gustado el motor de 75 caballos, pero no me cabe la menor duda de que para un uso urbano y ciertas escapadas la opción más sensata es la de 90 caballos. Ese extra de empuje hará que olvides una mecánica diésel que cada vez tiene menos sentido en este segmento.
Su precio probablemente no sea el más ventajoso frente a opciones tan demandadas como el SEAT Ibiza o el Citroën C3, pero de nuevo aparece el equipamiento que llega desde Japón y la calidad que ofrece la nueva generación del utilitario. La versión Style+ más paquete Confort (sensor de luz y lluvia, climatizador y sensores de aparcamiento traseros) llega bastante equipada, no echamos nada de menos, con un precio ajustado.
Equipamiento Mazda 2
Pulse
- Volante de ajuste vertical y horizontal
- Aire acondicionado
- Botón de arranque
- Elevalunas eléctricos delanteros y traseros
- Radio con 4 altavoces y conexión USB
Style (añade al anterior)
- Control de crucero y limitador
- Volante multifunción
- Retrovisores exteriores calefactables
- Retrovisores de ajuste eléctrico
- Volante y pomo en cuero
- Bluetooth
Style+ (añade al anterior)
- Avisador de cambio involuntario de carril
- Faros antiniebla
- Lunas traseras tintadas
- 6 altavoces y pantalla táctil de 7 pulgadas
- Llantas de aleación de 15 pulgadas
Luxury (añade al anterior)
- Asistente de frenada de emergencia
- Faros Full LED
- Luz diurna LED
- Colín de escape cromado
- Llantas de aleación de 16 pulgadas bi tono
Luxury Premium (añade al anterior)
- Asientos delanteros calefactados
- Head-up Display
- Tapicería de cuero blanco
- Acceso sin llave
- Luces cortas y largas automáticas
- Avisador de ángulos muertos
Precios Mazda 2
Motor | Cambio | Versión | Precio |
---|---|---|---|
1.5 G 75 CV | Manual 5v | Pulse | 12.040 euros |
1.5 G 75 CV | Manual 5v | Style | 12.740 euros |
1.5 G 75 CV | Manual 5v | Style+ | 13.740 euros |
1.5 G 90 CV | Manual 5v | Style+ | 14.240 euros |
1.5 D 105 CV | Manual 6v | Style | 15.040 euros |
1.5 G 90 CV | Manual 6v | Luxury | 15.190 euros |
1.5 D 105 CV | Manual 6v | Style+ | 16.040 euros |
1.5 G 115 CV | Manual 6v | Luxury | 16.090 euros |
1.5 G 115 CV | Manual 6v | Luxury Premium | 17.590 euros |
1.5 G 90 CV | AT 6v | Luxury | 16.690 euros |
1.5 G 90 CV | AT 6v | Luxury Premium | 18.190 euros |
1.5 D 105 CV | Manual 6v | Luxury | 16.990 euros |
1.5 D 105 CV | Manual 6v | Luxury Premium | 18.490 euros |
Opinión del editor
- Valoración del editor
- Puntuación 4 estrellas
- Excelente
- Mazda 2 Skyactiv-G 75 CV
- Reseña de: Eduardo Lausin
- Publicado el:
- Última modificación:
- Diseño exterior
- Diseño habitáculo
- Plazas delanteras
- Plazas traseras
- Maletero
- Mecánica
- Consumos
- Confort
- Precio
Pros
- Diseño atractivo
- Consumo
- Calidad interior
Contras
- Puertas traseras
- Altura plazas traseras
- Escasez huecos interior