Todo tiene su origen, y si no, que se lo pregunten a Renault. Una de las compaƱĆas automotrices con mĆ”s presencia en el mercado del automóvil que comenzó su andadura en un taller situado en una cabaƱa a las afueras de Paris. Louis Renault tenĆa dos pasiones: innovación y tecnologĆa. Tras mĆ”s de un siglo de viaje, puede estar satisfecho.
Pero no retrocedamos tanto en el tiempo y presentemos a nuestro protagonista⦠Llegó al mundo cuĆ”ndo la dĆ©cada de los 90 contaba sus primeros dĆas y las hizo de pequeƱo salvador en un perĆodo de ānuevos vientosā para el grupo Renault. El āSupercincoā pasaba el testigo a la nueva obra francesa, el Renault Clio, dejando un legado corto pero intenso que se alargarĆa algunos aƱos mĆ”s.
Lo anunciaron de esta guisa: āJoven aunque sobradamente preparadoā. Primeros pasos para un lozano Clio que tras mĆ”s de veinte aƱos entre nosotros, su cuarta generación pasa por nuestras mano. ĀæSeguirĆ” estando tan sobradamente preparado? Sigue leyendoā¦
Desde Francia con color
El utilitario vuelve a encarnar la llegada de una nueva etapa para la marca francesa. Basta con colocarnos ante Ʃl, las cosas han vuelto a cambiar. La identidad de marca ahora luce mƔs con el emblema presidiendo una parte frontal rediseƱada. El nuevo Renault Clio es mƔs atractivo, un urbanita de ojos saltones que sigue luchando para ser referencia en el segmento.
Su envoltura gana en tamaƱo y pierde en altura: 4.063 mm. de longitud, 1.732 mm. de ancho y 1.448 mm. de alto. Una carrocerĆa puesta a dieta para conseguir adelgazar el vehĆculo 100 kg. AdemĆ”s de una parte delantera personal y moderna āiluminación diurna LED-, la lĆnea de cintura ascendente nos coloca en una zaga agresiva: los pilotos rasgados armonizan un conjunto de corte deportivo que esconde los tiradores de las puertas traseras imaginando un ātres puertasā, hecho quizĆ”s por el que la versión mĆ”s radical, el Clio RS, contempla la misma carrocerĆa.
La estĆ©tica de la cuarta entrega del utilitario resulta fiel a los tiempos que corren. A simple vista, me atrevo a citar que es uno de los Renault mĆ”s bonitos que han visto mis ojos, con permiso del mĆtico R8. Ciertamente, el rojo intenso que colorea la cubierta juega con ventaja agradando la vista, y los detalles cromados y pintados en negro, hacen el resto. El exterior culmina con unas llantas de aleación de 16 pulgadas que adornan las ruedas del Renault Clio mĆ”s atrevido hasta la fecha.
Semblante temporal
En ambos apartados, tanto exterior como interiormente, es obligado destacar las numerosas opciones de personalización posibles. En el universo urbano no cabe el aburrimiento, la moda actual coloca en las mano del cliente un Ćŗltimo pincel con el que poder convertirnos en un manitas del āart attackā combinando colores.
El interior de esta unidad de prensa no puede ser mĆ”s cĆ”lido, nada que ver con otros entornos qua a veces pecan de ser mĆ”s frĆos que la cara de Vicente Del Bosque en una tanda de penaltis. El rojo y el negro visten un habitĆ”culo que huye de la sobriedad, un formato predominante queĀ logra darle luminosidad y alegrĆa. Una configuración que rompe con la tradicional austeridad de la marca, resultando incluso demasiado vistoso para mĆ.
Comodidad limitada
El puesto de conducción es cómodo. Desde aquĆ, puedes controlar sin problemas la consola central que mĆ”s parece una āTabletā que colocaron en Ćŗltimo momento pero que gana puntos por su originalidad. El acabado Dynamique que disfrutamos, soluciona la escasa botonera con una amplia pantalla tĆ”ctil de siete pulgadas -R-Link-, fĆ”cil de utilizar e intuitiva firmada por LG. A travĆ©s del roce de tus dedos, puedes seleccionar desde ajustes propios del vehĆculo hasta la navegación, pasando por un sistema de audio digno de modelos superiores.Ā Por lo general, un conjunto que funciona rĆ”pido y correctamente.
La ergonomĆa tambiĆ©n hace gala cuando reposamos las manos en el volante, un aro de bonito diseƱo y grosor digno de mención, que se coloca delante de un cuadro de instrumentos trabajado con información digital y analógica a partes iguales. La colocación del pedalier, con el pedal del freno y acelerador a escasa distancia, favorece el rĆ”pido juego de pies pero incomoda si calzas botas, calzado ancho o si simplemente la medida de tu pie se acerca a la de un jugador de baloncesto.
Una ambiente agradable siempre y cuando no superes el metro ochenta e intentes viajar en los asientos traseros. Si tanto el conductor como el copiloto son patilargos, tu estancia en la parte trasera no serƔ de tu agrado: el espacio para colocar las piernas es reducido y la altura al techo, aunque no es demasiado baja, no ayuda. Lo ideal, pese a contar con cinco plazas homologadas, es que la banqueta central no sea ocupada. AdemƔs, esta no incluye reposacabezas de serie.
Luces y alguna que otra sombra en un habitĆ”culo que presume de maletero con 300 litros para ocupar. Ā Una amplitud de carga que la mayorĆa de la competencia no ofrece, con un escalón a buena altura y un portón a prueba de forzudos. En general, mucho mĆ”s de lo que esperas en un coche que apenas supera los cuatro metros de longitud.
Hasta ahora, el Renault Clio se somete a un juicio de diseño y habitabilidad logrando buenas marcas. Pero, aún le queda camino por recorrer. Mañana volveremos analizando su motor, conducción y consumos. ”No te pierdas como se desenvolvió!