Los semáforos, esos guardianes silenciosos de las intersecciones, han jugado un papel fundamental en la regulación del tráfico desde su invención hace más de un siglo. Hoy en día, son omnipresentes en las ciudades de todo el mundo, guiando a conductores, peatones y ciclistas de manera segura y eficiente.
Por eso, vamos a dedicar este artículo a una de esas señales de tráfico que desesperan a millones de conductores en todo el mundo, pero que esconden detrás interesante información…
Historia
La historia tras el semáforo se remonta a 1839, cuando se presentó el primer semáforo manual, operado por un policía, fue creado en Londres por el ingeniero ferroviario John Knight. En 1868, llegaría el primer semáforo de gas, con luces rojas y verdes, también en Londres, por tanto, no existía el ámbar o amarillo como en la actualidad.
Con la llegada de las primeras décadas del siglo XX, en 1920s, se presentan los semáforos eléctricos comenzaron a usarse en los Estados Unidos. De esta forma, se mejoraba la autonomía, sin que dependieran de nadie, ni de un combustible como el gas. Además, una década más tarde, se incluirían sistemas de sincronización, permitiendo un mejor flujo del tráfico cuando había cruces en varias direcciones.
Y no sería hasta los años 60 cuando se emplearon los semáforos controlados por ordenador de forma generalizada, centralizando el control y la gestión como ocurre en la actualidad. No obstante, los actuales incluyen nuevas tecnologías como los sensores, cámaras, etc. Y no solo existe un tipo de semáforo, sino que tenemos los destinados al tráfico de coches y motos, los especiales para peatones, los de ciclistas, los intermitentes, los del cruce de vías, etc.
Además, a lo largo de la historia también han ido evolucionando en cuanto a otros factores, como los materiales, que han pasado de hierro fundido a otros metales más resistentes y ligeros, como el acero. También los cristales han cambiado hacia plásticos más resistentes y que, en caso de romperse, no dejan perfiles cortantes en el suelo. También la tecnología de la luz ha variado, desde las llamas, pasando por las bombillas clásicas, hasta los actuales LED. Así mismo, también se han incluido sistemas mucho más avanzados e inteligentes, con microcontroladores, IA, sensores, conectividad IoT para poder comunicarse unos con otros para un flujo más inteligente, para su gestión remota, etc.
La gestión también ha pasado de manual, a particular, pasando por la centralizada controlada por ordenador, los sistemas híbridos o los sistemas descentralizados, que usan algoritmos complejos e inteligencia para autocontrolarse mediante sensores y otras condiciones específicas, adaptándose a las necesidades de cada momento, por ejemplo, en función de las condiciones climáticas, contaminación, luz ambiental/visibilidad, etc.
Próximamente llegarán también más sistemas de IA para el aprendizaje automático y así anticiparse mejor al flujo de tráfico según la zona o las costumbres, optimizando también los tiempos, etc. Junto con los vehículos conectados, también podrían comunicarse entre sí para, por ejemplo, detener el vehículo cuando el semáforo está en rojo para coches autónomos, o para emergencias, por motivos de seguridad.
Algunos semáforos peculiares
En algunas ciudades han estado experimentando con algunos sistemas muy particulares, por ejemplo, en Viena han probado un semáforo inteligente que utiliza cámaras y sensores para detectar la presencia de peatones y ciclistas y ajustar el tiempo de espera, además, pueden incluso anticiparse a sus intenciones, evitando accidentes.
En la India, también estrenaron un semáforo anti-impacientes, que tenía sensores que detectaban si se usaba el claxon, y en caso de hacerlo, como hacen algunos impacientes, el semáforo se volvía a reiniciar y pasaba a rojo nuevamente, para así darles una dosis de paciencia…
Como sabrás, también hay algunos semáforos que están especialmente enfocados en los invidentes, que emiten sonidos o vibraciones para que las personas con discapacidad visual puedan saber cuándo pueden cruzar de forma segura, e incluso sabrás que existen algunos semáforos bastante «chistosos», como los de Málaga, que homenajean a Chiquito de la Calzada, y tienen la imagen del peatón con el paso del mítico humorista…
Otras curiosidades de los semáforos
Para finalizar, quizás te interese conocer algunas curiosidades sobre los semáforos, como que la media mundial por persona es de 72 segundos de espera al día, en grandes ciudades, se puede superar los 200 segundos. Según un estudio, en España cada persona en núcleos urbanos grandes encuentra una media de 10 semáforos al día, y si se pasan unos 72 segundos de espera de media, esto significa que en toda una vida, una persona podría estar más de 2 millones de segundos esperando ante unas luces…
Si hacemos los cálculos y pasamos a horas, se podría llegar a casi 660 horas de espera en toda una vida, lo que significa pasar 2,7 meses de tu vida frente a un semáforo… ojo, habría que replanteárselo si ese tiempo no está mejor aprovechado de otra forma… un tiempo que estaría mejor pasarlo en familia, con los seres queridos, o haciendo cosas mucho mejores que esa.
También se sabe que el color amarillo o ámbar del semáforo es el que menos tiempo dura, con una media de 3 segundos. El rojo y verde los más duraderos. Mientras que en cuanto al tamaño, en Kolkata, India, se encuentra el semáforo más grande del mundo, con 10 metros de altura. En el lado contrario, entre los más pequeños, encontramos uno en Purujosa, un pueblo de Zaragoza. Este semáforo español mide solo 65 cm, aunque en Hong Kong existen semáforos en miniatura instalados en pasos de peatones para guiar a personas con problemas de visión, pero no son convencionales, como el de Purujosa…
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