Toyota Motor Corporation e Isuzu Motors han cerrado un acuerdo para codesarrollar y fabricar autobuses de pila de combustible de hidrógeno destinados al transporte público. La producción, si todo va según lo previsto arrancará a partir de abril de 2026 en la planta de J‑Bus en Utsunomiya, con el objetivo de ampliar la oferta de movilidad sin emisiones, como el autobús Sora de Toyota. El modelo se construirá sobre la plataforma eléctrica de piso bajo diseñada por Isuzu y fabricada por J‑Bus junto a Hino.
Esta base fue lanzada en el año 2024 pero integrará un sistema de pila de combustible desarrollado por Toyota. El plan conjunto de ambas compañías busca recortar costes mediante la estandarización de piezas entre BEV y FCEV. Por tanto, la colaboración va a resultar cuanto menos provechosa pues pondrá sobre la mesa lo mejor del departamento de ingeniería de una y otra firma. Habrá que ver cuál es su resultado porque el hidrógeno es una fuente de energía que tiene muchas posibilidades de cara al futuro…
Plataforma y tecnología desarrollada por Toyota e Isuzu…
La base técnica parte de un autobús eléctrico de batería con el suelo completamente plano, pensado para facilitar el acceso y la circulación a bordo. Sobre esa arquitectura, Toyota aportará su sistema de pila de combustible. La generación vigente de sus stacks ofrece potencias de 60 u 80 kW y opera entre 400 y 750 voltios, mientras que la siguiente evolución está prevista para 2026, sin confirmación sobre su incorporación al nuevo modelo.
El desarrollo conjunto prioriza compartir módulos y electrónica entre las variantes BEV y FCEV, una vía para lograr economías de escala. Esta estandarización pretende bajar el coste de fabricación y también el de operación y mantenimiento, algo clave para que las flotas puedan adoptar la tecnología sin desajustes presupuestarios.
Toyota e Isuzu trabajarán con administraciones y empresas de distintas regiones para extender el uso de estos autobuses de ruta. En Japón, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria ha señalado áreas prioritarias desde mayo de 2025 para impulsar vehículos comerciales de pila de combustible, un marco en el que ambas compañías prevén facilitar ecosistemas de hidrógeno y soporte operativo.
Esta no es la primera vez que ambas marcas van de la mano en tecnologías de hidrógeno. Ya colaboraron en desarrollos para el transporte pesado. Con este proyecto, Isuzu amplía su catálogo de autobuses de cero emisiones más allá de las variantes de batería, mientras que Toyota refuerza el hidrógeno como pilar en su ruta a la neutralidad de carbono, abarcando producción, transporte, almacenamiento y uso.
Ventajas operativas del hidrógeno…
Para servicios interurbanos o rutas exigentes, el hidrógeno aporta una autonomía superior respecto a un autobús exclusivamente a batería y permite repostajes más rápidos, comparables a los de un diésel. Además, durante el uso solo se emite vapor de agua, lo que implica cero emisiones locales y un alivio directo para la calidad del aire en las ciudades. También se valora la posibilidad de aprovechar infraestructuras energéticas existentes y ganar en resiliencia del sistema, un argumento considerado por los operadores cuando planifican la transición hacia tecnologías sin emisiones de CO2.
Claves del acuerdo y calendario…
Las compañías sitúan el inicio de producción en el ejercicio fiscal 2026, que cubre de abril de 2026 a marzo del año 2027. La fabricación se realizará en la planta de Utsunomiya operada por J‑Bus, la empresa conjunta de Isuzu e Hino, una alianza con recorrido desde 2002 en el ámbito de los autobuses. El calendario anunciado permite a los gestores de flota planificar con cierto margen la incorporación de unidades a partir del año 2026.
La combinación de la plataforma de piso bajo y la pila de combustible aspira a cuadrar la operativa diaria sin grandes cambios, apoyándose en piezas comunes y en tiempos de repostaje contenidos. La alianza entre Toyota e Isuzu perfila una propuesta clara: plataforma BEV de Isuzu y Hino, sistema de pila de Toyota, producción en Utsunomiya desde 2026 y una apuesta por estandarizar componentes para abaratar la tecnología, con el atractivo añadido de más autonomía y cero emisiones locales en servicio.
Imágenes | Toyota – Isuzu