Fue hace dos meses cuando el Grupo Volkswagen ceso, definitivamente, la producción del actual Beetle. La fábrica situada en la ciudad de Puebla, México, cerraba así un ciclo vital de más de medio siglo. Aún así, todavía hay motivos para sonreír, pues ha debutado en el Salón del Automóvil de Frankfurt el Volkswagen e-Beetle. Como podréis intuir por su nombre, no, no estamos ante una versión tradicional movida por un bloque endotérmico.
Si pensamos un poco, no es muy difícil intuir que bajo su piel hay un tren motriz eléctrico. Su creador es eKäfer, un preparador independiente afincado en Alemania que trabaja con la casa de Wolfsburgo. Pero además, hay otro aspecto que salta a la vista: su estética. Es exactamente igual a la que empleaba el Escarabajo que se comercializaba en los años 50 del pasado siglo. El problema, que esta preparación está reservada a bolsillos llenos.
El Volkswagen e-Beetle recupera la esencia del Escarabajo original
Para desarrollar el Volkswagen e-Beetle, la firma ha trabajado en dos fases. En primer lugar, respetar la estética del Escarabajo original, a la que han añadido elementos de nuevo cuño. Éstos, como se puede ver, no afectan a su fisonomía, sino que se limitan a la tapa para cargar la batería o unos grupos ópticos con tecnología LED. Más allá de estas pinceladas, han mantenido intacta su impronta, con la capota de lona como estandarte.
En segundo lugar, está su base técnica, que es completamente nueva. En concreto, no es más que la plataforma MEB que también emplea el Volkswagen ID.3. Así, han situado bajo el piso del vehículo una batería de ion litio con 36,8 kWh de capacidad. Gracias a ella, se alimenta un pequeño motor eléctrico que rinde una potencia de 82 CV y un para máximo de 212 Nm.