En ocasiones, el sabor de la victoria, sabe a poco si de obstÔculos no ha estado colmado el camino. Es demasiado pronto para asegurar que al personaje que entra en escena a continuación, le vendrÔ a visitar el éxito. Aunque el tiempo transcurrido hasta el momento, no nos dice lo contrario.
La familia del león ha cambiado, y uno de sus hijos predilectos, no podĆa ser menos. Hablamos de la marca francesa, Peugeot, y de la transformación sufrida por su mimado compacto. DespuĆ©s de ver a sus hermanos, estaba por llegar. Los galos arriesgan, y Ć©ste es el resultado. El nuevo Peugeot 308 a prueba, quien te ha visto, y quien te ve.
Ambición
ĀæQuĆ© estĆ” pasando en Peugeot? SĆ, es cierto, no me he estrujado demasiado el cerebro y he utilizado la misma pregunta que Mercedes colocaba en sus anuncios. Pero es que si en la casa de la estrella, en Stuttgart, las cosas han cambiado, por Paris, el revuelo tambiĆ©n es considerable.
La llegada del Peugeot 508 sentaba precedentes, y el 208, los ratificaba. Distinto espĆritu, incluso esencia alterada. El objetivo era colocar la gama en un lugar mĆ”s elevado, coronar la cima de esta montaƱa rusa a la que llamamos mercado. El mejor Peugeot hasta la fecha, segĆŗn afirman algunos. Una locución que necesitaba conocer si era cierta, o si por el contrario, algo aventurada.
Cambio radical
DĆa nublado, enrarecido por la capital espaƱola. Un par de gotas no aguarĆan la maƱana. Tocaba conocer al nuevo de la familia gala, a su consentido compacto, a la culminación de un riguroso trabajo. HabĆa llegado la hora de intimar con la renovación de su 308, el sol y la noche comparado con su antecesor.
Y esperĆ”ndome se encontraba. A primera vista, lo Ćŗnico que parece conservar es su apellido. Mismo nombre, en un cuerpo totalmente distinto. ElegĆa tomar la dirección de siempre y parar en uno de los pueblos mĆ”s bonitos de la tierra extremeƱa para bajarme y contemplar tranquilamente la estampa del francĆ©s. La Plaza Mayor de Trujillo era el paisaje, culpable absoluto de que estas lĆneas se vean tan bien lucidas.
Paseando por estas calles, esencia medieval sale a recibirte en cada esquina. Y al Peugeot 308, echando un ojo a la competencia que debe enfrentarse, armarse de escudo y espada, no le vendrĆa nada mal. Las armas que plantea la nueva generación del parisino le otorgan el privilegio de enfrentarse prĆ”cticamente a cualquier valiente del segmento. AnalicĆ©moslo con mesura.
Apuesta seria con inspiración germana
La figura, exhibe una transformación radical. Ahora todo se ve mĆ”s fluido, las lĆneas afiladas pierden peso. La cubierta, que parece inspirarse en la del A3, enseƱa una parte frontal mĆ”s elegante, esculpida de forma mĆ”s redonda, y en donde las dos parrillas son protagonistas. Los ópticos, de nueva factura, acompaƱan la calandra superior, y lo hacen con una mirada mĆ”s serena y elegante. Los cromados adornan varios detalles corroborando lo anterior.
Una curva interesante es el camino que toman las luces diurnas LED, que por cierto, parecen evocar esta vez a las del Mercedes Clase A. El resto, se preocupa en no alterarse mientras que nos conduce a la zaga, entorno que destaca por el mismo concepto que el frontal. Los pilotos alargados, que incluyen tambiƩn LED, terminan el trabajo culminando un diseƱo limpio, despejado, inocente.
En esta ocasión, unas llantas de 17 pulgadas dotaban las ruedas de brillo. Accesorio que continĆŗa iluminando esta carrocerĆa que entre sus diferencias, comparado con el anterior Peugeot 308, cobra especial relevancia la de las medidas. En total, 4.253 mm. de largo, 1.804 mm. de ancho, y 1.457 mm. de alto. Es decir, mĆ”s compacto, unos 2 cm., mĆ”s bajo, 4 cm., y menos ancho, alrededor de 1 cm.
No se han olvidado del interior
Sorpresas en el exterior, y conmoción en el interior. Si existe una corriente que vaya en contra de la botonerĆa, en la que me incluirĆa, el Peugeot 308 es uno de sus mĆ”ximos exponentes. Frescura, mucha frescura es lo que transmite el salpicadero que se esconde y vuelve a resurgir para continuar la consola central y formar el tĆŗnel de transmisión.
El volante, uno de sus atractivos, del mismo modo que ocurre en el 208, destaca por su tamaƱo. Prueba a montarte en cualquier otro coche tras conducir Ć©ste, parecerĆ” que manejas el aro de un camión. Es extraƱo, lo sĆ©, pero las sensaciones que me transmitĆa el utilitario respecto al volante, eran diferentes a Ć©stas. Es el ambiente, el puesto de conducción bajo, y la amplitud del habitĆ”culo, los que hacen que me hayan sido mĆ”s gratas las impresiones con su hermano mayor.
No eran pocos los que me preguntaban, Āæno se te hace raro que sea tan pequeƱo? Y mi contestación era siempre la misma, āse me hace diferenteā. Igual, que la nueva configuración. Instrumentación alejada que a mĆ”s de uno puede dificultarle la completa lectura, una pantalla tĆ”ctil, bien ubicada, y sencilla de gestionar, y unos asientos con āguiƱo bacquetā, armados adecuadamente. Todo un conjunto que goza de comodidad en las plazas delanteras, que tambiĆ©n disfruta de espacio en las traseras, y que regala un maletero de 420 litros, cifra muy superior a la de muchos de los baĆŗles del segmento C.
Buen comienzo
Peugeot anunciaba su nuevo 308, y a mĆ, no me convencĆan las imĆ”genes oficiales. La estĆ©tica minimalista, que recorrĆa el caparazón que se darĆa forma en la nueva plataforma EMP2, parecĆa haber perdido toda la agresividad y deportividad. En la primera parte de la prueba del modelo, en el anĆ”lisis a suĀ exterior e interior, me encuentro un producto de calidad, con aspiraciones premium, con menos derroche de desenfreno, pero compensado por mĆ”s raciones de elegancia.
Examen inicial para el francés que parece aprobar con nota. Mañana deberÔ luchar con el corazón para defender su apuesta. Arrancamos su motor y lo hacemos latir. ¿Qué tiene que decirnos el transformado compacto?