Ayer por la noche se estrenĂł la nueva serie de Antena 3, Transporter, una co-producciĂłn franco-canadiense que retoma la saga de pelĂculas del mismo nombre protagonizada por Jason Statham. En esta ocasiĂłn, Frank Martin está interpretado por Chris Vance, conduce un Audi A8 y se conserva como guiño a la pelĂcula original el papel del inspector Tarconi, encarnado por François BerlĂ©and. Verle reaparecer es quizás uno de los pocos argumentos a favor de esta nueva incursiĂłn en el mundo del motor de una serie televisiva.
PodrĂa ahora ponerme en plan pedante como si yo fuese un buen crĂtico televisivo, o quizás lo deberĂa hacer como aficionado al motor. Sea como fuere, la realidad es que anoche me sentaba con inusual espectaciĂłn a ver la tele: «vaya, quĂ© bien, por fin una serie de coches…». Lo cierto es que de la trilogĂa de pelĂculas de Transporter, solo pude «fumarme» la primera entrega, con aquel bonito BMW 735i (aunque con unas llantas horteras) que aĂşn por entonces podĂa equipar cambio manual, maniobras dentro de los lĂmites de lo «creĂble» y un argumento entretenido.
Y entonces Audi metiĂł la mano
Vaya, podrĂa aquĂ decir que a partir de la segunda de la saga las reminiscencias cĂłmicas nos traen al recuerdo escenas de la pelĂcula «El diablo metiĂł la mano», pero he dicho que no serĂ© pedante. CĂłmico es el gĂ©nero en el que mejor encajarĂa desde entonces y hasta anoche a Transporter. Audi metiĂł la mano y ya no la sacĂł más, y solo ha servido para seguir estropeando el carácter y la credibilidad de la pelĂcula y la serie. Porque lo de anoche fue un cĂşmulo de todo lo que Audi no representa, pero se empeña en protagonizar: tracciĂłn trasera, derrapes y deportividad extrema. Como se suele decir, está en todos los fregaos.
Los dos primeros capĂtulos de la serie se pueden resumir en lo de siempre, cosa que por sĂ no significa nada malo: un tipo duro que conduce de muerte, muchos malos malĂsimos que no lo quieren vivo y un coche de lujo capaz de escapar de cualquier apuro. Lo del tipo duro se lo dejamos a Jason Statham, aunque el protagonista de la serie no lo hace mal. Lo de los malos malĂsimos… bueno, ahĂ ya empieza a chirriar un poco cuando ves que todos los tipos duros son un clichĂ© propio de las mafias rusas o ex-soviĂ©ticas, pero venga, vale, sino no serĂa una serie de acciĂłn.
Pero lo del coche… Âżdesde cuándo un Audi A8 tiene cambio manual, es una máquina de derrapaje infernal y suena a superdeportivo italiano? Pues lo del cambio manual, exactamente desde la primera generaciĂłn, aquella que se vendĂa a la par que el BMW Serie 7 E38, cuando las grandes berlinas aĂşn se podĂan elegir con este tipo de transmisiĂłn. Lo de la máquina de derrapar… Âżpero Audi no vende aquello de la tracciĂłn integral quattro como la panacea del agarre y la seguridad?
Lo del sonido entiendo que ya es cosa de post-producciĂłn, porque si bien un V8 de gasolina o incluso un W12 de Audi suenan a gloria, lo cierto es que lo hacen con un timbre menos deportivo y unos cuantos decibelios menos. Y la duda me vuelve a surgir: Âża quiĂ©n va destinada la serie? Si es a los amantes del motor, lo siento pero no cuela. Nadie con aficiĂłn se lo creerĂa, ni el modelo elegido es el adecuado, ni las maniobras son propias de ESE coche. Si por el contrario se dirige a un pĂşblico más cinĂ©filo, estamos casi en las mismas: los gazapos dan para una saga completa de Zapping.
Cristales blindados que no se rompen con tres disparos, pero sĂ con un cabezazo, cámaras rápidas para simular alta velocidad, coches destrozados que en la siguiente escena aparecen reparados, y para colmo en el argumento del primer capĂtulo, un dispositivo «mágico» que desbarata las Leyes de la Termodinámica y aumenta el rendimiento del combustible a la vez que disminuye el consumo… Bueno, eso tambiĂ©n es muy propio de la publi de Audi. Al final, si tienes 11 años y estás de vacaciones, pasas el rato, que ya es algo.
En fin, he querido dedicarle este artĂculo para asà «quedarme tranquilo» despuĂ©s de la decepciĂłn. No es que esperase una obra maestra, pero si tenemos en cuenta que los franceses hacen las mejores escenas de persecuciĂłn (y ahĂ están Ronin o Taxi para demostrarlo), que existen coches alemanes capaces de hacer todo eso sin necesidad de simularlo, y que los paisajes de la Costa Azul francesa son un magnĂfico escenario… al final consiguieron un 14,2% de audiencia, justo por detrás del 24,7% de «El chiringuito de Pepe».