Los frenos de los coches son fundamentales para desacelerar o para frenar en caso de emergencia, para prevenir colisiones o atropellos. Sobre estas piezas mecánicas, en cambio, existen muchos mitos, algunos de ellos pueden comprometer incluso la seguridad al volante, otros aseguran que pueden generar cáncer, etc.
Pero ¿qué hay de verdad en todo esto?
¿Los frenos se calientan por sí mismos durante la conducción?
Los frenos no generan calor por sí mismos. El calor se produce como resultado de la fricción que se genera entre las pastillas de freno y los discos o tambores cuando se pisa el pedal de freno. Esta fricción es la que ralentiza y detiene el vehículo. Por tanto, por mucho que conduzcas, los frenos no aumentarán de temperatura si no pisas el pedal del freno. Esto es importante saberlo, ya que cuando los frenos se han mojado, puede que sea necesario pisar el freno varias veces para eliminar esa humedad y recuperar la capacidad de frenado.
¿No se pueden lavar los frenos del coche?
No ocurre nada si lavas los frenos del coche o si le salpica agua cuando lavas las llantas. Es un falso mito que se puedan estropear. Verás que al lavarlo, puede salir el agua de un color oscuro, ya que arrastra partículas generadas durante la fricción de la pastilla, pero no es nada malo…
¿Los frenos producen cáncer?
Este mito proviene de los antiguos frenos, ya que se empleó durante mucho tiempo el amianto como material para fabricar las pastillas de freno, ya que aguantaban altas temperaturas, eran baratas y resistentes. Sin embargo, como se sabe, este material tiene efectos sobre la salud graves, ya que está asociado con riesgos de padecer enfermedades como el cáncer de pulmón, mesotelioma, o asbestosis, entre otros. Por este motivo, la utilización de amianto en la fabricación de componentes para frenos de vehículos quedó prohibida en España a partir del año 2002, al igual que en otros países de Europa y del mundo. Por tanto, actualmente no se usan este tipo de materiales, como los composites, metales, cerámicas o fibra de carbono.
Los frenos se desgastan más rápido si conducimos más rápido
La velocidad a la que se conduce no es el factor determinante del desgaste de los frenos. Si bien es cierto que conducir a alta velocidad puede aumentar la necesidad de frenar con más frecuencia y con mayor intensidad, lo que puede provocar un desgaste acelerado de los frenos, el factor principal que influye en su vida útil es la conducción agresiva, como frenar bruscamente o de forma repetitiva. Por tanto, no es una relación directa, pero sí que puede estar asociado…
Los frenos de disco son siempre mejores que los frenos de tambor
Esto es una realidad. La elección entre frenos de disco y frenos de tambor depende del tipo de vehículo y del uso que se le dará. Los frenos de disco generalmente ofrecen un mejor rendimiento de frenado y disipación de calor, lo que los hace ideales para vehículos de alto rendimiento o que transportan cargas pesadas. Sin embargo, los frenos de tambor pueden ser más adecuados para vehículos ligeros y económicos, como algunas motos, cuadriciclos, etc., que los siguen usando por su precio barato y sencillez. Incluso existen muchos coches viejos que aún los tienen en el tren trasero, para el freno de mano…
Los frenos con ABS siempre evitan el bloqueo
Si bien los sistemas de frenos ABS están diseñados para evitar el bloqueo de las ruedas durante una frenada intensa, no siempre pueden hacerlo por completo. El ABS funciona modulando la presión de frenado para mantener el control del vehículo en situaciones de emergencia. Sin embargo, es importante recordar que, incluso con este tipo de frenos, es necesario utilizarlos de manera adecuada y en el momento preciso para evitar accidentes, y no confiarse de que podrán evitar cualquier incidente.
Siempre hacen ruido cuando necesitan reparación
Un chirrido al frenar puede ser un indicio de desgaste en las pastillas de freno, pero no todos los problemas de frenos se manifiestan con ruidos audibles. Es más, el chirrido puede ser simplemente porque están mojados, y ser solo temporal. Otros signos que pueden alertar de un problema en los frenos incluyen una sensación esponjosa en el pedal de freno, vibraciones inusuales o una distancia de frenado deficiente. A veces, el problema no es del freno, sino del sistema hidráulico que lo activa, igualmente, si se experimenta alguno de estos síntomas, es fundamental llevar el vehículo a un taller mecánico, evitando posibles riesgos.