¿Te ha aparecido en tu cuadro de mandos una señal de advertencia relacionada con la presión de los neumáticos? Es probable que se trate del sistema TPMS de tu coche. Esta luz puede causar algo de alarma al principio, pero lo importante es entender qué la provoca y cómo puedes solucionarlo.
El TPMS (Sistema de Monitorización de la Presión de los Neumáticos) es obligatorio en todos los coches vendidos en la Unión Europea desde 2014. Este sistema se encarga de avisarte si detecta alguna anomalía en la presión de tus neumáticos. Dependiendo de la naturaleza del problema, la luz del TPMS podría estar fija o parpadear, y cada uno de estos comportamientos indica cosas diferentes.
¿Qué significa cuando la luz del TPMS está encendida de manera fija?
Si la luz del TPMS (Tyre Pressure Monitoring System) se enciende de forma constante, significa que uno o más de tus neumáticos tienen una presión inferior al 25% de la recomendada. Esto es algo que no debe tomarse a la ligera, ya que continuar conduciendo con un neumático en estas condiciones puede provocar fallos graves, como una pérdida de control del vehículo o el riesgo de vuelco.
Lo primero que debes hacer si se enciende esta luz es detenerte de manera segura y revisar la presión de tus neumáticos con un manómetro. Es importante usar un equipo de medición fiable, ya que aquellos que hay en las gasolineras no siempre son precisos. Si la presión está baja, inflar los neumáticos a la cantidad recomendada debería apagar la luz después de unos minutos de conducción.
Si, por otro lado, tras revisar la presión y corregirla, la luz sigue encendida, entonces podría haber un problema con el sensor TPMS en sí.
¿Por qué parpadea la luz del sensor TPMS?
Una luz parpadeante en tu TPMS generalmente indica un problema con uno de los sensores que controlan la presión de los neumáticos. Un sensor defectuoso puede deberse a varias razones. Puede que la batería del sensor esté agotada o que haya un fallo en el propio sistema electrónico. En este caso, deberías acudir a un taller para que inspeccionen los sensores y reemplacen aquellos que no funcionan correctamente.
En algunos coches, la luz parpadeará durante unos 60-90 segundos y luego se mantendrá fija, lo cual es una señal clara de que el sistema tiene algún tipo de mal funcionamiento. Si no estás seguro de cuál es el problema, un mecánico especializado podrá diagnosticar y reparar el TPMS.
¿Cómo restablecer el TPMS después de inflar los neumáticos?
En la mayoría de los casos, el sistema TPMS se restablecerá automáticamente una vez que hayas corregido la presión de los neumáticos. Sin embargo, si la luz sigue encendida o parpadea, podrías intentar los siguientes métodos para reiniciarla tú mismo:
- Conduce durante unos 10 minutos a más de 50 km/h para que los sensores tengan oportunidad de actualizarse.
- Gira el encendido del coche a la posición de ‘On’ y mantén presionado el botón de reinicio del TPMS (normalmente ubicado debajo del volante) hasta que la luz parpadee tres veces, luego suelta.
- Desinfla los neumáticos por completo y vuelve a inflarlos a la presión recomendada, incluido el neumático de repuesto si tiene un sensor TPMS.
- Si lo anterior no funciona, desconecta la batería del coche durante unos minutos, con el coche apagado, para reiniciar todos los sistemas eléctricos.
¿Qué hacer si el TPMS no se apaga?
Si después de realizar estos pasos la luz de advertencia sigue encendida o parpadea, lo más probable es que haya un fallo en el sensor o en el sistema en general que requiera atención profesional. En este caso, te recomendamos que acudas a un taller especializado que pueda diagnosticar con precisión el problema y reemplazar cualquier sensor defectuoso.
Cuidados adicionales y consejos para el TPMS
Es importante tener en cuenta que el TPMS no es infalible. Algunas instalaciones o situaciones externas podrían interferir con su funcionamiento. Por ejemplo, la nieve acumulada en las ruedas o la presencia de dispositivos electrónicos cerca de los neumáticos pueden provocar que el sistema detecte una falsa alerta.
Además, los sensores TPMS tienen una duración estimada de entre cinco y siete años, ya que son alimentados por pequeñas baterías que, una vez agotadas, no suelen ser reemplazables de manera sencilla. Cuando la batería del sensor se agota, la única solución es sustituir el sensor por completo.
Finalmente, hay que recordar que no basta con restablecer o apagar la luz del TPMS. Conducir con una presión de neumáticos incorrecta pone en riesgo tanto tu seguridad como la durabilidad de tu coche. Realizar revisiones periódicas de la presión de tus neumáticos, especialmente en climas fríos, es esencial para mantener el buen funcionamiento del TPMS.
Asegurarte de que tus neumáticos siempre estén en buen estado evitará arriesgarte a fallos graves como el sobrecalentamiento del neumático, la pérdida de adherencia o la posibilidad de un reventón.
El TPMS es una herramienta útil que, cuando funciona correctamente, te permitirá mantener tus neumáticos siempre en condiciones óptimas. Aprender a comprender lo que te está diciendo y a actuar de manera preventiva mejorará la seguridad y eficiencia de tu vehículo.
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