El Gobierno ultima la puesta de largo del Plan Auto 2030, una hoja de ruta trabajada con ANFAC, las comunidades autónomas, patronales y sindicatos para reforzar el papel de España en la movilidad sostenible. La propuesta, que aglutina 25 medidas, aspira a dar continuidad al liderazgo industrial del país con foco en electrificación, competitividad y empleo.
Según fuentes del sector, el contenido está prácticamente cerrado y su anuncio se prevé en breve, pendiente de los últimos ajustes con Hacienda por el impacto presupuestario. Incluso se baraja un acto institucional de alto nivel con presencia del presidente del Gobierno, señal de la relevancia estratégica del plan.
Claves del Plan Auto 2030 y calendario previsto…

El documento en evaluación prioriza un despliegue por fases, con acciones a corto y medio plazo que puedan activarse sin esperar a grandes paquetes legislativos. Aunque no se anticipan cifras definitivas en el acto de presentación, la intención es poner en marcha medidas de manera escalonada durante los próximos meses.
La propuesta nace de un trabajo coordinado desde marzo bajo liderazgo desde ANFAC junto al Ministerio de Industria y otras carteras, con amplio consenso técnico. Como subrayó el secretario de Estado de Industria, Jordi García Brustenga, existe un «acuerdo total» en las políticas a desplegar.
Seis iniciativas prioritarias…

Entre las 25 actuaciones, el Gobierno y la industria han seleccionado seis iniciativas “estrella” que aglutinan buena parte del impacto esperado para acelerar la transformación.
- Programa de Crecimiento y Autonomía Estratégica. Atraer producción de vehículos electrificados y consolidar la cadena de suministro de baterías.
- Nuevos PERTE VEC e impulso a la I+D+i: nuevas convocatorias del Plan Innovemos, PTAS y líneas IDI para innovación y sostenibilidad manufacturera.
- Sello “inversiones bien hechas” en España: captar capital internacional integrado en el ecosistema local.
- Talento y productividad: programas formativos para el vehículo del futuro y mejoras en la gestión de procesos (incluida la Incapacidad Temporal).
- Energía competitiva: reconocer procesos como electrointensivos y apoyar la sustitución de fósiles por renovables con medidas fiscales.
- Marco fiscal proinnovación: equiparar deducciones de I+D e Innovación Tecnológica para acelerar la modernización.
Mercado e incentivos a la compra…

En el frente de la demanda, el Plan Auto 2030 prevé la continuidad y actualización de los programas de ayuda al vehículo electrificado, con la meta de simplificar trámites y acelerar los pagos. El sector ha pedido que los incentivos se descuenten en factura y no computen en el IRPF, con cuantías orientativas en la horquilla de 4.000 a 7.000 euros en función del tipo de vehículo.
Además, el Ejecutivo trabaja para que la gestión sea más ágil y homogénea a escala estatal, tomando como referencia experiencias de gestión central como Reinicia Auto+. En paralelo, se mantendrán referencias de programas como Moves III y Moves Mitma mientras se activa el nuevo esquema.
Infraestructura y normativa de movilidad…

El plan incluye un Plan Nacional de Infraestructura de Recarga con objetivos anuales de despliegue por provincia, comunidad y a escala estatal. Se reservarán subvenciones y financiación para puntos en zonas “sombra” y corredores para vehículos pesados, y se prevé un plan de choque de señalización que facilite al usuario localizar cargadores.
Asimismo, se plantea armonizar normativas de ordenación de la movilidad (Zonas de Bajas Emisiones), definir un marco para vehículos conectados y autónomos y para la movilidad compartida y automatizada, y crear reglas de seguridad y responsabilidad para plantas de reciclaje de componentes. También se abordará la huella de carbono del vehículo con un mecanismo de medición común, y mejoras en la red eléctrica para acelerar la puesta en servicio de puntos de carga.
Industria, innovación y energía…

Para reforzar la competitividad, el paquete contempla líneas de apoyo a fabricantes y proveedores, con especial atención a las pymes. E integra herramientas para modernizar procesos productivos, digitalización y sostenibilidad. El objetivo es que toda la cadena de valor se beneficie del salto tecnológico asociado al vehículo eléctrico.
La política energética es otro eje clave. Se persigue abaratar los costes para la industria, acelerar PPA y autoconsumo. A todo ello se suma facilitar la sustitución de combustibles por fuentes renovables con mayores incentivos fiscales, de forma coordinada con las comunidades autónomas.
Objetivos de producción, mercado y empleo…

El Plan dibuja una oportunidad de elevar el valor añadido bruto del ecosistema desde unos 85.000 millones a cerca de 120.000 millones en el horizonte del próximo año 2035. Para lograrlo, se fija una producción de 2,7 millones de vehículos (con un 95% de cero emisiones) y un mercado interno de 1,3 millones de matriculaciones.
En cuanto a autonomía estratégica, se plantea alcanzar las 85 ktpa de minería y las 110 ktpa de refino primario de litio, junto a una capacidad de 200 GWh en fabricación de celdas, suficiente para unos tres millones de vehículos. El empleo directo e indirecto del sector se mantendría alrededor de 1,9 millones de personas, en torno al 9% de los puestos del país.
Inversión y gobernanza…

Para activar el plan se prevé movilizar 36.000-39.000 millones de euros de inversión público-privada en toda la cadena. 10.000-11.000 millones en fabricantes, 7.000-8.000 en proveedores, 11.000 en baterías y 7.000-8.000 en red de recarga, un esfuerzo un tercio superior al del último lustro.
El despliegue contará con un modelo de gobernanza con Comité de Ejecución (plenario de alto nivel), una Comisión Ejecutiva y una Mesa Territorial, y tres grupos técnicos de trabajo: oferta, demanda y nueva movilidad. También habrá mecanismos de seguimiento para medir avances e introducir ajustes.
Riesgos y dudas en el horizonte hasta el año 2030…

Quedan por concretar las partidas presupuestarias asociadas a cada medida y el encaje con los calendarios regulatorios. El agotamiento de fondos en varias autonomías en programas previos y la desigual velocidad de pago han empujado a consensuar una gestión más centralizada y rápida que evite brechas territoriales. En el plano internacional la industria española afronta mayor competencia y debates abiertos en la UE sobre ritmos y herramientas de descarbonización.
El sector reclama certidumbre regulatoria, acceso a financiación y costes energéticos competitivos para asegurar nuevas adjudicaciones de modelos y proyectos de baterías. Si el calendario político y presupuestario acompaña, el Plan Auto 2030 puede convertirse en la palanca que coordine ayudas a la demanda, recarga e impulso industrial, con objetivos claros de producción, empleo y autonomía tecnológica, y con una gobernanza que permita corregir el rumbo cuando sea necesario.