Un estudio desmonta el mito: los coches eléctricos no generan radiación peligrosa para los ocupantes

  • Los estudios del ADAC y de organismos chinos muestran que los coches eléctricos no generan radiación peligrosa para la salud.
  • Las mediciones dentro del habitáculo están muy por debajo de los límites internacionales, incluso durante aceleraciones fuertes y carga rápida.
  • Componentes como asientos calefactables pueden crear picos más altos de campo magnético que el propio sistema de propulsión, sin superar niveles de riesgo.
  • En muchas pruebas, los vehículos eléctricos emiten menos radiación que coches de combustión y que varios electrodomésticos habituales.

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La idea de ir sentado sobre una gran batería ha alimentado durante estos años la sospecha de que los coches eléctricos podrían emitir radiación peligrosa para quienes viajan dentro. La expansión de la movilidad eléctrica en España y en el resto de Europa, incluyendo soluciones como el automóvil solar, ha ido acompañada de dudas recurrentes sobre el llamado “electrosmog” y sus posibles efectos en la salud.

Lejos de esa imagen alarmista, varios estudios recientes apuntan en la misma dirección. La radiación electromagnética en los vehículos eléctricos se mantiene en márgenes muy bajos. Estas cifras están claramente alejados de los límites que las autoridades y organismos científicos consideran potencialmente dañinos para el cuerpo humano. ¿Sabes lo que es el electrosmog y lo que podría suponer? Pues toma nota de todo y, sobre todo, quédate tranquilo, porque no hay peligro alguno…

Qué es el electrosmog y por qué preocupa en los coches eléctricos…

Smart #1 Brabus

El término electrosmog hace referencia a la contaminación electromagnética procedente de fuentes artificiales, como móviles, antenas de telefonía, routers WiFi, microondas, trenes… y también coches. En el caso del automóvil, tanto los motores de combustión como los sistemas eléctricos generan campos electromagnéticos, pero no toda radiación implica un riesgo.

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Los campos electromagnéticos se dividen de forma general en dos grandes grupos: por un lado, las radiaciones de alta frecuencia e ionizantes, como los rayos X, capaces de dañar el ADN; por otro, las radiaciones de baja y media frecuencia, típicas de electrodomésticos, líneas eléctricas o vehículos, que son no ionizantes y no se han relacionado con daños directos al material genético.

El estudio del ADAC: casi un millón de mediciones en coches y motos…

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Para responder de forma rigurosa a las consultas de los conductores, el club automovilístico alemán ADAC, equivalente al RACE en España, llevó a cabo un exhaustivo estudio sobre los campos electromagnéticos en vehículos eléctricos. El trabajo se realizó junto con la Oficina Federal Alemana para la Protección contra la Radiación, el Centro de Investigación para el Impacto Ambiental Electromagnético, el Hospital Universitario RWTH Aquisgrán y el Ministerio Federal de Medio Ambiente.

El proyecto analizó 11 coches eléctricos, varios híbridos enchufables y un modelo de gasolina que sirvió de referencia. Además, se incluyeron cuatro motocicletas eléctricas para valorar si también podían generar niveles preocupantes de electrosmog. En total, los técnicos del ADAC llegaron a registrar más de 975.000 mediciones individuales en condiciones muy variadas.

Para simular la exposición real de los ocupantes, los ingenieros colocaron diez sondas de medición en un maniquí, distribuidas desde los pies hasta la altura de la cabeza. El dummy se situó en diferentes asientos de cada vehículo mientras se realizaban pruebas tanto en circulación como durante las distintas fases de carga de la batería.

Resultados: niveles muy bajos y lejos de los umbrales de riesgo…

El objetivo era comprobar si los campos magnéticos dentro del habitáculo se acercaban a los límites que la comunidad científica considera potencialmente peligrosos. Las conclusiones fueron claras: los campos eléctricos y las densidades de corriente inducida en el cuerpo humano permanecen muy por debajo de las recomendaciones internacionales en todos los escenarios analizados.

Durante las pruebas en carretera se detectaron algunos picos breves de intensidad coincidiendo con aceleraciones fuertes, frenadas bruscas o la activación de ciertos componentes eléctricos. Sin embargo, estos picos son considerados normales en vehículos con sistemas de alto voltaje y no se acercan a valores preocupantes.

Las mediciones más elevadas suelen localizarse en el espacio para los pies y en la zona del conjunto motor eléctrico y su cableado, que están alejados de la cabeza y del torso. En cambio, en las áreas cercanas al pecho y la cabeza de conductor y pasajeros, los niveles registrados fueron especialmente bajos.

Comparación con coches de combustión y otros aparatos cotidianos…

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El coche de gasolina analizado sirvió para poner en contexto los datos. Las mediciones mostraron que los vehículos eléctricos no son más peligrosos que los coches de combustión desde el punto de vista del electrosmog y, en más de una situación, incluso presentan niveles inferiores.

De hecho, el ADAC y otros organismos destacan que ciertos componentes electromecánicos clásicos de los motores térmicos, como el alternador o el sistema de encendido, también generan campos electromagnéticos. Al no estar presentes en los eléctricos puros, la radiación total en el habitáculo puede ser menor que en un vehículo de gasolina o diésel equivalente.

En estudios realizados en China se ha ido un paso más allá, comparando estas cifras con las de electrodomésticos de uso diario. Los resultados muestran que algunos dispositivos frecuentes en el hogar, como mantas eléctricas o ciertos pequeños aparatos, pueden emitir campos electromagnéticos claramente superiores a los registrados dentro de un coche eléctrico moderno.

Asientos calefactables: el elemento más curioso del estudio…

Uno de los hallazgos que más llama la atención del informe del ADAC tiene que ver con los asientos calefactables. Las resistencias encargadas de calentar la banqueta y el respaldo fueron responsables de algunas de las lecturas electromagnéticas más altas registradas en el interior de los coches analizados. Lo relevante es que este fenómeno se observó tanto en los coches eléctricos como en los híbridos y en el modelo de gasolina de referencia.

Es decir, no se trata de algo específico de la propulsión eléctrica, sino de un equipamiento común en muchos vehículos modernos. Aun así, incluso con la calefacción de asientos activada, los valores siguieron muy lejos de los umbrales considerados peligrosos. El estudio subraya que, desde el punto de vista de la salud, no hay motivo para renunciar a esta función por miedo a la radiación electromagnética.

¿Qué ocurre cuando el coche eléctrico se está cargando?

Porsche Carga inductiva

Otra de las dudas habituales tiene que ver con la recarga. Muchas personas se preguntan si, al enchufar el vehículo, la radiación electromagnética aumenta de forma significativa alrededor del coche o en su interior. Los ensayos del ADAC y de organismos asiáticos aportan datos también en este punto. En el caso del estudio alemán, se analizaron todas las modalidades de carga.

Desde un enchufe doméstico tipo Schuko hasta cargadores de corriente alterna (AC) de mayor potencia y sistemas de carga rápida en corriente continua (DC). En ningún supuesto se superaron los valores límite de exposición para el cuerpo humano. Las pruebas detectaron ciertos picos puntuales alrededor del conector justo en el momento de iniciar la sesión de carga en AC, algo lógico por el cambio de estado del sistema eléctrico, pero siempre dentro de márgenes de seguridad.

Curiosamente, la carga rápida en corriente continua generó campos más débiles que la carga lenta en alterna, a pesar de trabajar con más potencia. Ni siquiera al tocar directamente el cable de carga durante el proceso se registraron valores que se acerquen a los límites marcados por las normas internacionales, lo que refuerza la idea de que el uso cotidiano de estos sistemas no supone un riesgo adicional.

Seguridad para personas con marcapasos e implantes médicos…

Nissan - Acciona Energía cargador

Una preocupación específica, especialmente en Europa donde la población envejece y el uso de dispositivos médicos aumenta, es la exposición de personas con marcapasos u otros implantes electrónicos. El estudio del ADAC se detuvo también en este aspecto. Los técnicos concluyen que, con los niveles de campo magnético medidos en todas las situaciones de conducción y carga, no existe riesgo de interferencia con marcapasos ni con otros implantes electrónicos habituales.

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Tampoco se han detectado motivos para recomendar precauciones especiales a mujeres embarazadas en lo referente a la radiación del vehículo. En otras palabras, dentro del habitáculo de un coche eléctrico actual no se dan condiciones que puedan alterar el funcionamiento de dispositivos médicos ni afectar tejidos sensibles como las células nerviosas.

La perspectiva china: certificaciones y límites muy estrictos…

carga dinámica

En paralelo a los trabajos europeos, la industria china de la movilidad eléctrica ha desarrollado su propio sistema de ensayos y certificaciones. Organismos como CATARC (China Automotive Technology and Research Center) han realizado centenares de evaluaciones específicas sobre emisiones electromagnéticas en vehículos eléctricos e híbridos.

En el marco de conferencias técnicas de seguridad, varios modelos chinos han superado la certificación NESTA, un esquema de evaluación que considera seis grandes áreas: seguridad de carga, seguridad electromagnética, seguridad funcional, seguridad de alto voltaje, seguridad de batería y protección contra incendios. Dentro de este proceso, las pruebas de radiación en el habitáculo y el chasis son especialmente relevantes.

Las mediciones realizadas en cabina suelen situarse en rangos de entre 0,8 y 1,0 μT en la fila delantera y entre 0,3 y 0,5 μT en la trasera, es decir, aproximadamente el 1% del límite de 100 μT fijado por las regulaciones nacionales chinas, alineadas a su vez con recomendaciones internacionales.

Para ponerlo en contexto, algunos electrodomésticos comunes como mantas eléctricas pueden llegar a emitir entre 10 y 50 μT, cifras muy superiores a las observadas en vehículos eléctricos certificados. Esto refuerza la idea de que, en términos de exposición electromagnética, viajar en un coche eléctrico moderno no supone un entorno especialmente intenso si se compara con otras fuentes cotidianas.

Electrosmog en otros medios de transporte…

Opel furgoneta eléctrica

El ADAC recuerda que la presencia de campos electromagnéticos no se limita a los automóviles. Trenes, tranvías y metros, que también emplean motores eléctricos y sistemas de alta tensión, generan su propio electrosmog. Las mediciones comparativas citadas por el club automovilístico alemán muestran que la exposición media a campos magnéticos en un coche eléctrico está en la misma escala que la de otros medios de transporte eléctricos. Esto sugiere que, desde el punto de vista de la radiación, un turismo de batería no representa un escenario excepcionalmente distinto al de desplazarse en ferrocarril o metro.

El mensaje para los conductores europeos es bastante claro: los coches eléctricos no generan radiación peligrosa para sus ocupantes. Los niveles registrados en circulación y durante la carga se mantienen muy por debajo de los límites recomendados, resultan comparables o inferiores a los de muchos vehículos de combustión y, en numerosos casos, están por debajo de la exposición que recibimos a diario de móviles, routers o pequeños aparatos domésticos. Para quien esté valorando pasarse a un eléctrico en España o en cualquier país europeo, las dudas sobre el electrosmog no deberían ser un freno en la decisión.


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