El sistema de refrigeración en un coche es una de esas partes que a menudo damos por hecho, pero cuyo mal funcionamiento puede tener consecuencias graves para el motor. Este sistema, funcione correctamente o no, influye directamente en la eficacia del motor y la seguridad de la conducción. Un motor que no se mantiene a la temperatura ideal sufrirá un desgaste prematuro y puede llegar a averiarse seriamente, lo que conlleva reparaciones muy costosas.
En este artículo vamos a ver en detalle cómo funciona el sistema de refrigeración del coche, las averías más comunes que puede sufrir y cómo prevenirlas. Al conocer bien su estructura y características, podrás identificar posibles problemas a tiempo y evitar que se conviertan en averías mayores.
¿Qué hace y cómo funciona el sistema de refrigeración?
El motor de un coche genera enormes cantidades de calor debido a la combustión interna, y a las pérdidas por fricción, que es esencial para impulsar el vehículo. Si este calor no se controlara adecuadamente, las piezas del motor podrían deformarse o, en el peor de los casos, romperse. El sistema de refrigeración se encarga de disipar ese calor utilizando líquido refrigerante que absorbe dicho calor y lo lleva al radiador, donde se enfría de nuevo antes de volver a circular.
Este ciclo de refrigeración es crucial para mantener el motor en una temperatura óptima de funcionamiento. Además, evita que el motor funcione a una temperatura demasiado baja, lo que también puede ser perjudicial, ya que cuando un motor está demasiado frío, sus componentes se desgastan antes y se producen más emisiones contaminantes.
Componentes clave del sistema de refrigeración
El sistema de refrigeración del coche está formado por varios elementos que trabajan juntos para mantener la temperatura bajo control. Los más importantes son:
- Radiador: proporciona el enfriamiento necesario al refrigerante que ha recogido el calor del motor.
- Bomba de agua: es la encargada de que el refrigerante circule correctamente por todo el sistema.
- Termostato: es el sensor de temperatura que abre y cierra el sistema de flujo de refrigerante en función de la temperatura del refrigerante para mantener siempre una temperatura adecuada.
- Ventilador del radiador: se usa para ayudar a disipar el calor cuando el aire que pasa por el radiador es insuficiente (por ejemplo, cuando el coche está parado).
Averías más comunes en el sistema de refrigeración
A lo largo de la vida del coche, el sistema de refrigeración puede sufrir diferentes averías, ya sea por desgaste, mal uso o simplemente por el paso del tiempo. El sobrecalentamiento es posiblemente la avería más peligrosa. Si el sistema de refrigeración no funciona bien, el motor puede calentarse demasiado y sufrir daños irreparables como el agarrotamiento. Esto puede ocurrir por falta de refrigerante, una bomba de agua defectuosa, el termostato dañado o las rejillas del radiador obstruidas. Si notas indicadores de temperatura elevados o vapor saliendo del capó, es hora de parar el coche inmediatamente, ya que el daño podría ser permanente.
Por este motivo, es importante conocer las más habituales para prevenirlas:
Fugas de líquido refrigerante
Las fugas son una de las causas más comunes de fallo en el sistema de refrigeración. Pueden producirse en diversos puntos, como en las mangueras o manguitos, por perforación del radiador o incluso en alguna junta. Las señales de una posible fuga incluyen: charcos de refrigerante bajo el coche, un nivel de refrigerante bajo o fluctuaciones en la temperatura del motor. Detectar estas fugas a tiempo es crucial para evitar que el motor se sobrecaliente gravemente.
Fallo en el termostato
El termostato es el encargado de regular la temperatura junto con el refrigerante. Si se queda atascado en la posición cerrada, el refrigerante no circulará correctamente y el motor se sobrecalentará. Si se queda abierto, el motor no alcanzará su temperatura adecuada y funcionará de forma ineficiente. En cualquier caso, una sustitución del termostato suele ser la solución más efectiva.
Radiador obstruido
Con el tiempo, es común que el radiador se llene de suciedad, sedimentos u otros residuos que afectan su capacidad para enfriar el refrigerante. Cuando el radiador está obstruido, el flujo de aire se reduce, lo que impide que el sistema funcione como debe. Mantener el radiador limpio y en buen estado es esencial para evitar averías por sobrecalentamiento.
Te aconsejo que vigiles también la rejilla del morro de tu coche o las tomas de entrada de aire para los coches que lo tienen atrás, ya que si están obstruidas, podrían generar también problemas de temperatura…
Otras causas de averías
Aparte de las fallas mencionadas anteriormente, hay otras causas menos comunes pero que también pueden aparecer:
- Caídas de presión: cuando no hay suficiente presión en el sistema de refrigeración, pueden formarse burbujas de vapor (cavitación) que reducen la eficacia del motor y provocan zonas de sobrecalentamiento.
- Mal uso del refrigerante: cada coche requiere un tipo específico de refrigerante. Usar uno inapropiado o mezclarlo mal puede provocar corrosión en las partes metálicas del motor e impedir un correcto enfriamiento.
- Herrumbre y escamas: el uso de refrigerantes de baja calidad o no adecuados puede llevar a la formación de herrumbre y escamas, es decir, corrosión o depósitos minerales que obstruyen el radiador. Para evitarlo, reemplaza regularmente el refrigerante o anticongelante y usa uno adecuado… En caso de usar agua, que no es lo mejor, usa al menos agua destilada.
- Problemas del ventilador: el ventilador es eléctrico, su motor suele ser fiable, pero podría fallar por varios motivos, ya sea por avería en el propio motor, conexiones o cableado defectuoso, hélices atascadas, etc. Si no funciona correctamente, una vez el coche se detiene y no está entrando flujo de aire de alta velocidad, el calor residual, aunque el motor esté parado, podría ser perjudicial si no es por la ayuda de este ventilador.
Prevención y mantenimiento del sistema de refrigeración
El mejor remedio para evitar problemas graves en el sistema de refrigeración es sin duda el mantenimiento regular. Esto incluye revisar los niveles de refrigerante con frecuencia, asegurarse de que no haya fugas y limpiar el radiador y las mangueras periódicamente. También es fundamental revisar el termostato y la bomba de agua para asegurarse de que funcionan correctamente.
Otro consejo es comprobar visualmente las condiciones del refrigerante. Si detectas signos de residuos sólidos, manchas, o un color extraño en el líquido, es posible que necesites cambiarlo o limpiar el sistema.
Recuerda que estas simples tareas de mantenimiento pueden prolongar la vida útil del motor y evitarte reparaciones costosas. Cuidar el sistema de refrigeración de tu coche es esencial para garantizar una larga vida y evitar problemas mayores en el rendimiento del motor. Se trata de un sistema fundamental que necesita un mantenimiento adecuado para funcionar en óptimas condiciones.
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