Parece que no, pero el Dieselgate del Grupo Volkswagen está siendo investigado por la justicia alemana, además de por la americana. La comisión de investigación ya ha comenzado y el otro dÃa os informábamos de que Martin Winterkorn ya habrÃa pasado por allà para declarar sobre lo que él sabÃa o podÃa conocer sobre el caso. En ese acto el ex manda más del Grupo Volkswagen dijo lo que todos esperábamos, es decir, que ni sabÃa ni veÃa nada.
Sin embargo, en estos dÃas ha pasado también otro ex pez gordo del conglomerado alemán (años 1993 a 2002) y según sus palabras el cuento podrÃa ser de otra forma. A estas alturas todos conocemos a Ferdinand Piech y su posición dentro del grupo alemán. Piech ha sido durante años el patriarca de la familia Porsche y tras el revés que sufrió por la adquisición fallida del Grupo Volkswagen entró en la compañÃa para salvaguardar los derechos de la firma de deportivos y porque tiene un porcentaje de acciones mayoritario en el consejo de administración (todo sea dicho).
No obstante la relación que habÃa entre Piech y Winterkorn era de todo menos de amistad, ya que por los problemas que hubo entre ambas empresas nunca llegaron a entenderse. Tal vez ésto es lo que haya hecho a Piech declarar lo que ha declarado en contra de Winterkorn. Según su versión de los hechos, el ex CEO del Grupo Volkswagen estaba al tanto de todo lo que sucedÃa en todas y cada una de las marcas del grupo.
Las palabras exactas de Piech fueron estas: «Winterkorn era consciente de los problemas derivados de los motores vendidos en Estados Unidos con el software ilegÃtimo mucho antes del estallido del escándalo de los motores diésel en septiembre de 2015″. Estas palabras complican, y mucho, la situación de Winterkorn ante los fiscales y autoridades judiciales de Alemania, puesto que le colocarÃan en el centro de la diana en cuanto a culpabilidad.
El resto de la historia ya la conocemos (o eso creemos), sin embargo parece que aún habrá más cruces de acusaciones entre ambas facciones del Grupo Volkswagen. Tomen asiento y sus palomitas porque esta historia promete.
Fuente – Süddeutsche Zeitung