Últimamente lo decimos mucho, pero el sector del automóvil es uno de los más competitivos de la industria. Si una marca no invierte en investigación no tendrá tecnología y si carece de este activo inmaterial sus posibilidades de luchar con éxito contra sus rivales se reduce al mínimo. Esta situación es de sobra conocida por los directivos de los grandes grupos automovilísticos, pero no todos ellos lo ejecutan de la misma forma.
A día de hoy, las marcas que más invierten en esta área del negocio son Tesla Motors, Toyota y BMW. El resto de grupos ocupan puestos más discretos, pero lo suficientemente altos como para seguir luchando por vender más coches que nadie. Por esta razón, las firmas de nueva creación y base tecnológica y eléctrica están realizando movimientos estratégicos cuanto menos curiosos (siempre se han realizado en la industria, pero con más disimulo).
Como si de la Liga de Futbol Profesional (tan en boga estos días) se tratara, en el sector del automóvil también se hacen fichajes estrellas. El último que se ha realizado ha sido el del ex ingeniero de la división i de BMW Ulrich Kranz. La marca de coches que se ha llevado a este ingeniero no ha sido otra que china Faraday Future.
Esta firma necesita tener entre sus ingenieros a alguien con talento y capacidad suficiente como para crear la tecnología necesaria para luchar con garantías de éxito contra BMW o Tesla Motors. Kranz, que sólo estuvo al frente de la división i de BMW 30 días se justifica diciendo que es un apasionado de los retos y en cuestiones de trabajo no le importa correr ciertos riesgos si el proyecto que le ofrecen es suficientemente estimulante para él.