Fernando Alonso, uno de los pilotos más icónicos en la historia de la Fórmula 1, volvió a destacar en el GP de Qatar 2024, pero no sin enfrentar obstáculos técnicos importantes que impactaron su rendimiento. El problema principal: un fallo recurrente en el sistema de ‘deployment’ de su monoplaza AMR24, construido por Aston Martin, que le costó posiciones clave durante la carrera.
Desde la salida, Alonso luchó por mantenerse competitivo, destacándose con maniobras inteligentes y una marcada destreza al volante. Sin embargo, su monoplaza presentó un error crítico en la gestión del Sistema de Recuperación de Energía (ERS), el cual es responsable de desplegar la energía eléctrica acumulada para aumentar la potencia del coche, especialmente en rectas y resalidas tras safety car.
El fallo técnico: un viejo conocido
El problema de ‘deployment’ de energía que enfrenta el AMR24 no es nuevo. Según explicó el propio Alonso tras la carrera, el coche parece “confundirse” y creer que aún está bajo bandera amarilla o detrás del coche de seguridad, impidiendo la liberación de los 160 caballos adicionales que proporciona el sistema eléctrico en momentos cruciales. Este fallo ya había sido identificado desde temporadas anteriores, pero su persistencia continúa siendo un dolor de cabeza para el equipo de Silverstone, especialmente en condiciones competitivas tan exigentes como el circuito de Losail.
“Aunque cambies los ajustes, el coche no libera la energía eléctrica cuando deberías tenerla,” comentó Alonso con algo de frustración. “Ese error nos cuesta posiciones porque en los primeros segundos de aceleración estás completamente expuesto, rodeado de coches que sí tienen toda su potencia disponible.”
Momentos clave en la carrera
El percance fue especialmente notorio durante las resalidas posteriores a un safety car, cuando Alonso debía competir directamente con pilotos como Lewis Hamilton, Yuki Tsunoda y Kevin Magnussen. En estos momentos, la falta del ‘deployment’ dejó al español vulnerable, perdiendo varias posiciones y complicando su objetivo de puntuar en una temporada que ya ha tenido altibajos para Aston Martin.
A pesar de la adversidad, el bicampeón logró remontar y terminar séptimo en la carrera, un resultado inesperado dadas las circunstancias. La estrategia del equipo también jugó un papel crucial en este desempeño: decidieron realizar dos paradas, optando por neumáticos duros en la primera y medios en la segunda, lo que permitió a Alonso maximizar las oportunidades generadas por los abandonos y penalizaciones de otros pilotos, como en el caso de Lando Norris.
Una estrategia audaz que rindió frutos
La apuesta estratégica de Aston Martin fue un factor decisivo. Aunque en un inicio el propio Alonso dudó de la efectividad de parar en un circuito donde adelantar resulta complicado, finalmente reconoció el acierto del equipo. “Si hubiese sido por mí, no habría parado otra vez, pero el equipo lo tenía claro y les doy todo el crédito,” señaló tras la carrera. Este movimiento táctico permitió al asturiano recuperar posiciones y sumar seis puntos valiosos para el equipo, que se encuentra en una batalla constante por mantenerse competitivo en el campeonato de constructores.
Por su parte, el director del equipo, Mike Krack, destacó la importancia de mantener la calma y aprovechar cada oportunidad, una filosofía que, según él, ha sido clave en un año lleno de retos. Sin embargo, también lamentó la retirada de Lance Stroll tras un contacto con Alex Albon, un incidente que describió como “simplemente un incidente de carrera.”
¿Qué sigue para Alonso y Aston Martin?
De cara al Gran Premio de Abu Dhabi, que cerrará la temporada 2024, Alonso mira hacia adelante con una mezcla de optimismo y cautela. Si bien el séptimo puesto en Qatar puede ser visto como un logro dadas las circunstancias, el piloto sabe que el equipo necesita resolver sus problemas tecnológicos si quieren aspirar a resultados más consistentes en el futuro. La esperanza recae en que las lecciones aprendidas este año sirvan como una base para fortalecer el rendimiento del equipo en las próximas temporadas.
Mientras tanto, los fanáticos de la F1 continúan admirando la capacidad del español para mantenerse competitivo frente a la adversidad, demostrando que su talento y experiencia siguen siendo un activo invaluable, incluso en un monoplaza que no siempre está a la altura de sus habilidades.
La labor de Fernando Alonso en Qatar no solo demostró su habilidad como piloto, sino también su perseverancia. En un deporte donde la tecnología y las estrategias marcan la diferencia, Alonso sigue siendo un ejemplo de cómo maximizar el rendimiento incluso cuando las herramientas parecen jugar en su contra.