El principal público al que se dirigen este tipo de pick-up es el americano. El aspecto rudo y capaz de la Ford F-150 la hace atractiva para usos extremos (aunque también hay muchos conductores que jamás pisarán algo que no sea asfalto y simplemente la compran por imagen y altura de conducción). Para todos aquellos que necesitan un vehículo resistente, Ford ha publicado una serie de 10 vídeos donde se aprecian las exigencias de los test y las pruebas de durabilidad a las que se someten las Ford F-150 antes de salir a producción.
Más de 10 millones de millas acumuladas en pruebas en todo tipo de terrenos áridos, entornos hostiles, lagos congelados, recintos de simulación, etcétera, deben garantizar las capacidades de esta popular camioneta. En bancos de prueba, se simula mediante robots la vida diaria de una camioneta sometida a un uso intensivo: portazos, objetos que caen, torsiones extremas. Ford asegura que algunas pruebas son tan extremas que en un periodo de cinco días se alcanza el desgaste equivalente a 150.000 millas (unos 240.000 kilómetros) en las peores manos.
Pruebas para todo tipo de condiciones
Potro de tortura de siete entradas: en este banco de pruebas se retuerce y agita la camioneta de forma violenta «atacándola» desde siete puntos distintos durante cinco días, consiguiendo acumular desgastes como los ya comentados. Este tipo de maniobras ponen de manifiesto la resistencia a torsión y la fatiga acumulada en puntos críticos del chasis tras ciclos y ciclos de esfuerzos continuados.
Silver Creek: El circuito de durabilidad de Silver Creek en Romeo, Michigan, combina dos caminos muy difíciles. Una sección de la ruta tiene 15 tipos distintos de baches, mientras que el otro está hecho de trozos de hormigón. En esta superficie de carretera se obliga a la camioneta a rodar de forma continua, donde tan solo 500 kilómetros son equivalentes a 30.000 kilómetros de carreteras en mal estado.