La carrera por el coche autónomo se está volviendo tan dura que las marcas se están “puteando” a lo bestia. Uber y Google son dos de las firmas (no dedicadas al automóvil directamente) que más dinero y medios han invertido en el diseño y desarrollo de sus coches autónomos. Sin embargo, la guerra por tener a los mejores ingenieros y profesionales les podría pasar factura, puesto que el conocimiento que atesoran es muy elevado y podrían darse situaciones de espionaje industrial.
Como todos sabemos, Google decidió separar el diseño de sus coches autónomos de su negocio de internet. Para ello creó Waymo y la dotó de autonomía y profesionales para que el proyecto avanzara a buen ritmo. Sin embargo el problema que está atravesando ahora la empresa especializada en internet, radica en la salida de uno de sus ingenieros de su nueva insignia Waymo.
Según hemos podido saber, por la denuncia que Google ha presentado ante el fiscal federal de San Francisco, la empresa ha sufrido el robo de una serie de documentos. Al parecer estos documentos contienen información sensible sobre el diseño de sus coches autónomos y ahora se acusa a Uber de estar detrás de esta rocambolesca historia.
Al parecer, Anthony Levandowski, un ex empleado de Google podría haberse llevado esta documentación a su nuevo puesto de trabajo. Sin embargo la historia se complica pues este señor habría planeado una jugada maestra. Al parecer habría copiado unos 14.000 archivos y los habría usado para crear Otto, su propia empresa para crear coches autónomos. Hasta ahí podría parecer normal, pero la cosa se complica al saber que Uber se ha hecho con esta empresa por un importe de 680 millones de dólares.