Hace unos días os contábamos que el Grupo PSA y el Grupo FCA están ultimando los detalles para su fusión. Este tipo de asociaciones entre firmas es algo muy común en este, y otros sectores industriales. Gracias a ellas, las empresas pueden sobrevivir, pues la evolución tecnológica supone cada vez un coste mayor. Sin embargo, no todos los procesos de integración salen como se espera, pues entre las partes hay intereses muy complejos.
Según varias fuentes, las conversaciones entre ambos constructores van por buen camino. Tanto, que el texto final estaría listo para su firma, antes de que 2020 llegue a nuestras vidas. Sin embargo, ahora salta a la luz un rumor que podría, en parte, complicar el proceso. Éste tiene que ver con el reparto de poder, pues aunque la fusión es entre iguales y al 50 por ciento, alguien tiene que llevar la voz cantante. Y eso, a veces causa recelos y reticencias.
La fusión entre el Grupo PSA y el Grupo FCA estaría antes de 2020
Según varias fuentes, entre las que está Reuters, el Grupo PSA quiere llevar todo el peso en la nueva empresa. Al parecer, el nuevo consejo directivo estará formado por diez puestos, cinco para cada empresa, más uno, destinado a Carlos Tavares. Este les da un peso mayor, pues el CEO de la empresa tendía capacidad para cambiar el rumbo de los planes en caso de discrepar con una u otra parte.
El problema radica en que este puesto estaría adscrito al puesto de CEO. Por tanto, en caso de que Tavares se retirase, podría caer en manos del Grupo FCA si el próximo responsable es de su «cuerda». Ahí es donde está el quid de la cuestión, pues el Grupo PSA querría blindar este sillón a su capital. De esta forma, en caso de relevar a Tavares, se mantendría de su lado, dando mayor peso a sus decisiones dentro de la empresa.
Por ahora, no hay motivos para pensar que este escollo podría dar al traste con la fusión. Además, tampoco hay evidencias de facto, de que haya surgido en las conversaciones para redactar el documento final. Quien se ha pronunciado al respecto es Proxinvest, indicando que el consorcio galo está pagando una prima de control implícito, mientras que no hay un dominio real de PSA sobre FCA.
Habrá que ver finalmente qué ocurre, pero a buen seguro esta fusión sale adelante. Ya buscarán en el consorcio italoamericano un mecanismo de bloqueo para, contrarrestar el peso de los galos. ¿Os apostáis algo?
Fuente – Reuters