La colocación de la primera piedra de la gigafactoría de Stellantis y CATL en Figueruelas marca un punto de inflexión para la industria del automóvil en Aragón y en el conjunto de España. El proyecto, articulado a través de la joint venture Contemporary Star Energy (CSE), consolida a Zaragoza como uno de los polos europeos clave en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos.
En torno a este nuevo complejo industrial se han generado muchas expectativas, pero también algunas dudas. Lo que está fuera de discusión es que se trata de una inversión de 4.100 millones de euros, con apoyo de fondos europeos, y de una instalación llamada a cambiar el mapa productivo de la automoción en el sur de Europa en plena transición hacia la movilidad eléctrica.
Gigafactoría Stellantis-CATL: una inversión récord y un proyecto de país…
La gigafactoría de Contemporary Star Energy, con una inversión total de 4.100 millones, se consolidará como una de las mayores apuestas industriales de España. Se ubicará junto a la planta de Stellantis en Figueruelas, abarcando 89 hectáreas y cerca de 400.000 m², con unos 300 millones procedentes del Perte VEC. Tanto el Gobierno central como el autonómico señalan que se trata de un auténtico “proyecto de país”, clave para la reindustrialización europea. El ministro Jordi Hereu lo define como un ejemplo de “autonomía estratégica abierta”, equilibrando capacidades propias y cooperación internacional.
El embajador chino Yao Jing considera esta iniciativa una de las mayores inversiones chinas en Europa, reforzando la relación estratégica con España. Para China, encaja en su estrategia de expandir inversiones en energías limpias y movilidad eléctrica dentro de la UE. Este enfoque conjunto responde a la necesidad europea de asegurar cadenas de valor críticas, especialmente en baterías. La planta simboliza también el nuevo papel de Aragón en la industria continental. En conjunto, el proyecto busca situar a España en la vanguardia de la electrificación del transporte.
Capacidad de 50 GWh y tecnología LFP…
La gigafactoría alcanzará una capacidad de 50 GWh anuales, suficientes para un millón de vehículos eléctricos al año. Su producción abastecerá principalmente a modelos de Stellantis fabricados en España y otros países de Europa. El proyecto se especializa en baterías LFP, una tecnología reconocida por su estabilidad térmica, durabilidad y menor coste. Además, incorporará un diseño Cell-to-Body que optimiza la eficiencia y la seguridad. Esta arquitectura permitirá integrar las celdas en la estructura del vehículo, reduciendo peso y mejorando el espacio.
El primer edificio en construcción será la nave de celdas, con 151.000 m² y una inversión inicial de 42 millones en cimentación. Este bloque constituye el núcleo técnico de la fábrica y su construcción se prolongará unos nueve meses. Formará parte de un proceso que avanzará gradualmente hasta el final de la década. La dimensión tecnológica del complejo refleja la apuesta por soluciones avanzadas en almacenamiento energético. Con ello, Aragón aspira a convertirse en un hub europeo de innovación industrial asociada al vehículo eléctrico.
Calendario: de la obra a la plena operatividad en 2030…
El desarrollo del proyecto se estructura en fases hasta 2030, comenzando con la colocación de la primera piedra y siguiendo con la construcción de naves y la instalación de maquinaria. Se prevé un arranque escalonado: 30% de capacidad en 2028, 65% en 2029 y plena actividad en 2030. A partir de ese momento producirá un millón de baterías anuales. Este calendario refleja un proceso técnico complejo que requiere coordinación industrial y administrativa. La gigafactoría está diseñada para operar como una instalación de referencia en Europa.
El Gobierno de Aragón respalda el proyecto mediante el PIGA, que agiliza trámites y permite acelerar las obras. Gracias a este instrumento ya se han autorizado las primeras actuaciones de cimentación. La planificación abarca desde las infraestructuras básicas hasta las fases productivas finales. Esta cooperación institucional se ha vuelto esencial para cumplir los plazos marcados. La proyección temporal tiene en cuenta la instalación masiva de equipos y la certificación de procesos. En conjunto, el plan prevé una transición gradual hacia la plena actividad industrial.
Un impacto laboral masivo en Aragón…
La gigafactoría generará unos 7.000 empleos durante su construcción, incluyendo trabajo directo, indirecto e inducido. Una vez operativa, contará entre 3.000 y 4.300 empleados directos, más los derivados de la industria auxiliar. Para Aragón, supone consolidar un ecosistema industrial que da vida a unas 35.000 familias. El presidente Jorge Azcón destaca que fortalece la presencia de Stellantis al reducir costes logísticos. Tener la producción de baterías “al lado” aumenta la competitividad regional.
Los efectos económicos se extienden a servicios complementarios como transporte, mantenimiento y formación especializada. Se estima un impacto cercano a los 8.000 millones de euros, con miles de empleos extra vinculados a sectores energéticos y logísticos. La llegada de proveedores y subcontratas multiplicará las oportunidades en torno a Figueruelas. La cadena de valor de la automoción quedará notablemente reforzada. Este impulso laboral es uno de los argumentos principales en defensa del proyecto. Su efecto tractor redefinirá el empleo industrial en Aragón.
Trabajadores chinos y apuesta por el empleo local…
La posible llegada de unos 2.000 trabajadores chinos ha generado gran debate, aunque se indica que sería personal especializado para instalar toda la tecnología y formar al equipo local. Andy Wu, CEO de CSE, recalca que la plantilla estable será mayoritariamente española. La fábrica prevé alcanzar unos 4.000 empleos directos cuando funcione a pleno ritmo. Este equilibrio pretende combinar transferencia tecnológica y empleo territorial. El objetivo final es crear una base de conocimiento sólida en Aragón.
El proyecto contempla colaboración con universidades e instituciones educativas aragonesas para capacitar a futuros técnicos. También habrá intercambios: españoles formándose en China y especialistas chinos trabajando temporalmente en Aragón. Este modelo busca acelerar la curva de aprendizaje y asegurar un estándar competitivo global. La formación continua será un pilar clave de la estrategia industrial. La presencia inicial de expertos extranjeros se entiende como un proceso temporal. En conjunto, se prioriza el fortalecimiento de la mano de obra local.
Empresas adjudicatarias y obras en marcha…
La construcción se ejecuta mediante varios contratos que incluyen a Synergy Construct, encargada de cimentaciones y edificios principales, y a Consolis Tecnyconta, responsable de estructuras y naves auxiliares. La obra civil tendrá una inversión de más de 1.500 millones, a los que añaden 1.800 millones en máquinas. El PIGA coordina la urbanización y las conexiones energéticas. Estos trabajos preparatorios son esenciales para la fase industrial posterior. Las obras avanzan siguiendo un plan detallado.
Los terrenos junto a Stellantis, adquiridos hace décadas, se acondicionan desde 2025. Se han realizado movimientos de tierras, instalación de servicios básicos y preparación de plataformas. Estas tareas permitirán acelerar el montaje industrial en 2026. La previsión es concluir las estructuras principales a mediados de la década. Empresas locales participan activamente en la obra, generando actividad económica inmediata. La fase civil marca el inicio visible de un proyecto llamado a redefinir el área industrial de Figueruelas.
Energía renovable y neutralidad climática…
La planta aspira a funcionar con neutralidad climática, con un 80% de energía renovable procedente de solar y eólica. Para ello se desarrollará el “proyecto Toro”, un conjunto de infraestructuras que incluye una subestación eléctrica, líneas de conexión, 14 parques eólicos y varias plantas solares. Forestalia gestionará buena parte del suministro renovable. Esta red permitirá garantizar un flujo energético estable y competitivo. Su magnitud refleja la elevada demanda eléctrica prevista.
La gigafactoría cuadruplicará el consumo de la actual planta de Stellantis, obligando a reforzar infraestructuras regionales. Esto tendrá un impacto notable en la fiscalidad y el desarrollo local. Las inversiones en redes energéticas atraerán nuevas empresas vinculadas a la transición verde. El proyecto coloca a Aragón en una posición destacada en la producción industrial sostenible. La apuesta por energía renovable es uno de los pilares estratégicos del complejo. Su integración energética será clave para su competitividad futura.
Impacto económico y fiscal en Aragón…
Cuando la planta opere a pleno rendimiento, podría aportar hasta un 5% del PIB regional, consolidando a Aragón como un polo industrial europeo. Las administraciones destacan su papel como motor macroeconómico. En el plano fiscal, generará unos 2.200 millones en la próxima década. Estos ingresos provendrán de impuestos asociados a actividad empresarial, empleo y consumo. Durante la fase inicial, algunos municipios han aplicado exenciones para facilitar la implantación.
Este tratamiento fiscal ha generado debate, pero el Gobierno de Aragón lo considera fundamental para atraer grandes inversiones. El efecto a largo plazo se estima muy positivo tanto para las arcas públicas como para la economía regional. El proyecto complementa otras estrategias de reindustrialización en marcha. La consolidación de Aragón como referente en automoción eléctrica fortalecerá el tejido productivo. La gigafactoría se presenta como un hito histórico en la economía autonómica.
Comparación histórica con la llegada de General Motors…
Muchos comparan el impacto del proyecto con la llegada de General Motors en los años setenta, que transformó la economía aragonesa. Aquella instalación fue el origen de la actual planta de Stellantis y marcó un antes y un después en la industria regional. Ahora, la gigafactoría podría tener un efecto similar o incluso mayor. Antonio Cobo, ex presidente de Opel España, la considera “vital” en un contexto europeo complicado. La planta llega cuando otras regiones sufren cierres.
El Clúster Aragonés de Automoción subraya que la batería representa hasta el 40% del coste del coche eléctrico. Producir este componente en Aragón aumenta notablemente el valor añadido local. La región ya fabrica otros elementos como salpicaderos o asientos. Esta integración mejora su posición ante la competencia internacional. La gigafactoría refuerza la cadena de valor completa del vehículo. Es un paso histórico para la industria regional.
Un contexto europeo de transición y competencia…
La instalación se produce en un momento en que Europa afronta una transición compleja hacia el vehículo eléctrico. Varias plantas están reduciendo empleo y ajustando producción. En este escenario, disponer de una gigafactoría integrada con una gran planta de automoción ofrece ventajas competitivas decisivas. Entre ellas destacan menores costes logísticos y mayor coordinación entre ingeniería y producción. La cercanía de talento especializado añade un valor diferencial.
Las cifras de matriculación muestran que la electrificación avanza, con un 10% de nuevos vehículos electrificados en España. En Zaragoza, uno de cada cinco coches vendidos recientemente era de origen chino. La alianza entre Stellantis y CATL busca posicionar a Aragón y a España en el nuevo tablero global de la movilidad. La gigafactoría es una respuesta a la presión competitiva asiática. También representa una oportunidad de liderazgo industrial europeo.
Colaboración institucional y mensaje político…
Los representantes políticos destacan la cooperación entre Gobierno central, Ejecutivo aragonés y ayuntamientos. Jordi Hereu señala que España combina apertura económica con exigencia en transferencia tecnológica y empleo. Se ha creado un comité para supervisar inversiones estratégicas como esta. El proyecto ejemplifica una política industrial alineada con los objetivos europeos. La colaboración entre administraciones se considera una de las claves del éxito.
El presidente aragonés Jorge Azcón subraya que la gigafactoría llega cuando otras regiones europeas sufren cierres. Para Aragón, representa la mayor inversión industrial en España en la actualidad. Este proyecto muestra cómo la cooperación institucional puede atraer grandes proyectos. Además, refuerza la posición de Aragón en la automoción europea. La planta se plantea como un elemento transformador de la economía regional y nacional.
Fuente – Stellantis
Imágenes | Stellantis
