El mítico Mercedes-Benz Clase G se mantiene, tras más de cuatro décadas, como uno de los todo terrenos más respetados y reconocibles del mercado. Su silueta angulosa, el carácter robusto y una evolución constante –sin traicionar sus orígenes– han hecho de este modelo una referencia tanto para entusiastas del 4×4 como para amantes del lujo automovilístico. Su legendaria saga acaba de alcanzar un hito importante: la producción de su unidad número 600 mil desde que viera la luz del mundo.
El vehículo que marca este número simbólico es un G 580, equipado con propulsión 100% eléctrica EQ y vestido en un elegante color negro obsidiana metalizado. Este ha salido de la línea de montaje de Graz, Austria, fábrica de referencia para la Clase G desde el nacimiento del modelo en 1979. El Clase G ha experimentado una transformación significativa desde sus primeros días, cuando se presentaba como una herramienta utilitaria pensada para trabajos exigentes en condiciones extremas.
Evolución y fidelidad a la esencia… del Mercedes-Benz Clase G…
Su sólida mecánica y excelente comportamiento fuera del asfalto le han permitido evolucionar hasta convertirse en un símbolo de estilo de vida, sin perder nunca su espíritu más práctico. Rasgos distintivos como los faros redondos, la silueta cuadrada y la rueda de repuesto en la puerta trasera siguen presentes y han contribuido a consolidar su imagen de icono. Desde sus inicios, el Clase G apostó por una arquitectura clásica y fiable, con chasis de escalera, tracción total y tres bloqueos de diferencial.
De esta forma ha creado una base mecánica preparada para resistir los desafíos más exigentes y duros. En el inicio, la oferta incluía cuatro motores (partiendo de apenas 72 CV y llegando hasta 150 CV) y variadas carrocerías. Destacaban las versiones descapotables de batalla corta y los station wagon. También puedes explorar más sobre su historia en nuestro artículo dedicado a la evolución de la versión eléctrica del Mercedes-Benz Clase G.
Innovación eléctrica sin perder carácter…
La unidad con la que se celebra el hito de las 600.000 fabricaciones es, además, una de las primeras en incorporar el sistema EQ de propulsión eléctrica. Este movimiento hacia la movilidad sostenible se realiza sin sacrificar la esencia del modelo. Que sigue contando con una estructura robusta y capacidad para afrontar terrenos exigentes.
Elementos representativos, como la tradicional rueda de repuesto (que en esta versión ha sido sustituida por una caja para cables en la puerta trasera), se mantienen como símbolos de continuidad. Mientras que la integración de la tecnología eléctrica abre un nuevo capítulo en la historia de la Clase G.
Una historia llena de legado y un futuro prometedor…
Para Mercedes-Benz, la producción de la unidad número 600.000 marca algo más que una simple cifra. Es el reflejo de un modelo que ha sabido reinventarse a lo largo del tiempo y que ha afianzado un legado intergeneracional. Ello se debe gracias a la puesta en marcha de iniciativas como series especiales. Con ellas han rememorado los primeros modelos que llegaron en los años 80, estrechando aún más el vínculo emocional con sus seguidores.
Por todo ello, la Clase G se sitúa junto a las gamas S y E como una de las familias más emblemáticas y longevas de la firma alemana. Y su evolución hacia la electrificación, que por ahora no ha sido un éxito, confirma que el icono del todo terreno está preparado para afrontar los retos del futuro automovilístico sin perder su carácter inconfundible. El tiempo dirá si triunfa como eléctrico o si se trata de un experimento… ¿No crees?
Fuente – Mercedes-Benz
Imágenes | Mercedes-Benz