La llegada de un MG4 con batería semisólida supone un pequeño punto de inflexión en la industria del coche eléctrico. No se trata de un prototipo exótico ni de una berlina de lujo, sino de un compacto pensado para el día a día, con precio relativamente contenido en China y vocación de modelo global que, tarde o temprano, debería asomarse a Europa y España.
Este nuevo MG4, conocido comercialmente como Anxin Edition, se ha convertido en el primer turismo eléctrico de producción masiva que utiliza un pack semisólido. Es, en cierto modo, el paso previo a las esperadas baterías de estado sólido completas: una tecnología que promete más seguridad, mayor vida útil y tiempos de carga competitivos, aunque en este caso el salto en autonomía no sea espectacular sobre el papel.
Un MG4 completamente renovado con enfoque global
Aunque el MG4 original apenas lleva unos años vendiéndose en Europa, SAIC decidió lanzar en marzo de 2025 una generación totalmente nueva del compacto eléctrico. El motivo principal no hay que buscarlo en nuestro mercado, donde el modelo ha tenido una acogida razonable, sino en China, donde sus ventas han quedado por debajo de lo que la marca esperaba.
Con esta nueva generación, el fabricante pretende que el MG4 sea su primer modelo realmente global, pensado para clientes de China, otros países asiáticos y el Viejo Continente. Para lograrlo, se ha retocado por completo el diseño: el coche ahora es más alto, más largo y visualmente menos deportivo, con una silueta que recuerda en cierto modo a un monovolumen compacto, una estética que encaja mejor con los gustos de parte del público asiático.
En cifras, el nuevo MG4 mide en torno a 4,39-4,40 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,55 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,75 metros. Esto lo sitúa de lleno en el segmento de los compactos y permite ofrecer un habitáculo amplio y un maletero generoso (en torno a 471 litros, ampliables por encima de los 1.300 litros con los asientos abatidos, según algunas fuentes), dejando espacio para que por debajo llegue un futuro MG2 más pequeño orientado claramente a Europa.
Cinco versiones en China y una variante clave: Anxin Edition
Cuando el nuevo MG4 salió al mercado chino, lo previsto eran cuatro acabados, pero finalmente la gama quedó estructurada en cinco versiones: Comfort, Ease, Freedom, Smart y Anxin Edition. Esta última es la protagonista porque incorpora la tan comentada batería semisólida, mientras que el resto recurre a packs de ion litio de tipo LFP (litio-ferrofosfato), una química muy extendida en China por su estabilidad y menor dependencia de materiales críticos.
Las variantes de acceso equipan un pack de 42,8 kWh, con una autonomía homologada de 437 km bajo el ciclo chino CLTC. Un escalón por encima se sitúa la batería LFP de 53,9 kWh, que eleva el alcance hasta los 530 km CLTC. Curiosamente, la nueva batería semisólida tiene prácticamente la misma capacidad, 53,95 kWh, y también declara 530 km CLTC, lo que hace pensar que la versión LFP de mayor tamaño podría acabar desapareciendo más adelante.
En todos los casos, el coche monta un motor eléctrico delantero de 120 kW (163 CV) y 250 Nm. No hay diferencias de potencia entre las distintas baterías: la filosofía es ofrecer un rendimiento suficiente para el uso cotidiano y mantener el coste bajo control, más que buscar cifras de deportivos.
Batería semisólida: qué aporta en un compacto de masas
El elemento que distingue al MG4 Anxin Edition es su batería de litio con base de manganeso y electrolito semisólido, desarrollada por la startup QingTao Energy, en la que SAIC lleva años invirtiendo. Hasta ahora, solo marcas como NIO habían montado baterías semisólidas en modelos de producción, y lo habían hecho en segmentos claramente más caros y exclusivos.
En este caso, se trata de un diseño que reduce en torno a un 5% el contenido de electrolito líquido frente a una batería convencional. No es todavía un pack de estado sólido puro, pero se considera un puente intermedio hacia esa tecnología: menos líquido inflamable, mayor estabilidad térmica y potencial para mejorar la vida útil sin disparar los costes.
La capacidad bruta es de 53,95 kWh, lo que se traduce en una autonomía homologada de 530 km CLTC y un consumo oficial de unos 11,9 kWh/100 km con esa normativa. De llegar a Europa, habría que rehacer los cálculos bajo el ciclo WLTP, bastante más exigente, por lo que la cifra final de kilómetros quedaría sensiblemente por debajo.
Este pack semisólido no es más ligero que el LFP equivalente; al contrario, añade unos 15 kg adicionales a igualdad de capacidad. El conjunto del coche se va a alrededor de 1.500 kg, una cifra contenida para un eléctrico de su tamaño, pero que muestra que el objetivo prioritario de esta primera aplicación no es tanto la reducción de peso como el salto en seguridad y durabilidad.
Prestaciones, carga rápida y uso real
Con el motor de 120 kW, el MG4 Anxin Edition ofrece una velocidad máxima limitada a 160 km/h y una respuesta muy viva a baja velocidad. Algunas fuentes apuntan a un 0‑50 km/h en unos tres segundos, un registro que, aunque no convierte al coche en un deportivo, sí garantiza salidas ágiles en ciudad y reincorporaciones sin apuros.
La batería admite carga rápida a potencia 2C, lo que en la práctica permite pasar del 30 al 80% de capacidad en unos 20‑21 minutos con un cargador adecuado. Esta cifra se repite en prácticamente todas las informaciones disponibles y sitúa al MG4 Anxin en la media del mercado en términos de recarga, con la ventaja de que la química semisólida debería tolerar mejor estos ciclos rápidos a largo plazo.
En el día a día, la combinación de un consumo ajustado, una batería de alrededor de 54 kWh y la posibilidad de recuperar buena parte de la carga en algo más de veinte minutos encaja bastante bien con un uso mixto urbano y desplazamientos interurbanos regulares. Falta por ver, eso sí, cuál sería la autonomía real en Europa con climatología y ritmos de conducción propios de nuestras carreteras.
Interior y tecnología: pantallas grandes y hardware potente
Más allá de la batería, el nuevo MG4 también quiere destacar en el apartado tecnológico. En las versiones más completas, el sistema de infoentretenimiento se apoya en un chip Qualcomm Snapdragon 8155, un procesador de automoción que permite mover con soltura una gran pantalla central de 15,6 pulgadas y resolución 2,5K, acompañada de un cuadro de instrumentos digital más compacto.
Este enfoque encaja con la tendencia de los fabricantes chinos: software muy presente, interfaces recargadas de funciones y uso intensivo de la conectividad. A ello se suma una consola central con detalles prácticos como el cargador inalámbrico para smartphones, y un salpicadero de diseño relativamente minimalista frente a otros modelos del mercado local.
En el ámbito de los asistentes a la conducción, el MG4 recurre a 12 sensores ultrasónicos y 5 cámaras gestionados por un procesador de Horizon Robotics, con funciones que van desde el aparcamiento automático hasta ayudas avanzadas para la conducción en autopista. Sobre el papel, el despliegue técnico coloca al compacto de MG en una posición competitiva frente a berlinas eléctricas bastante más caras.
Seguridad: el gran argumento de la química semisólida
MG y SAIC insisten en que el principal beneficio inmediato de la batería semisólida no es batir récords de autonomía, sino mejorar la seguridad en caso de impacto y la resistencia a eventos térmicos. La reducción de electrolito líquido y la arquitectura manganeso-litio dan como resultado una mayor estabilidad a altas temperaturas.
En pruebas internas como los ensayos de penetración con aguja, uno de los test más duros que se aplican a las celdas, los resultados comunicados apuntan a ausencia de humo, fuego o explosión durante horas tras la perforación. No son datos auditados de forma independiente, pero sí indican que hay un avance real respecto a las baterías tradicionales, algo clave en un contexto en el que cada incidente mediático con un eléctrico tiene gran repercusión.
La marca también asegura que el nuevo pack supera los requisitos nacionales chinos de resistencia a impactos en aproximadamente un 20%, un margen que refuerza el posicionamiento de la Anxin Edition como la variante más segura de la gama, además de la más cara.
Precios en China y posibles implicaciones para Europa
En el mercado chino, el MG4 se posiciona con una estrategia de precio agresiva. Las versiones con batería LFP convencional arrancan alrededor de 68.800 yuanes, algo más de 8.000‑9.000 euros al cambio según la fuente. La Anxin Edition con batería semisólida sube hasta los 100.000‑102.800 yuanes, en el entorno de los 12.000‑13.000 euros equivalentes.
La diferencia entre unas versiones y otras ronda los 30.000‑35.000 yuanes, lo que supone un salto notable para el comprador local a cambio de tecnología de vanguardia y un plus de seguridad. Sin embargo, estas cifras no son extrapolables de forma directa a Europa, donde entran en juego costes de transporte, aranceles a los vehículos eléctricos chinos, IVA y márgenes comerciales distintos.
Para hacerse una idea, el MG4 eléctrico de primera generación se comercializa actualmente en mercados como Alemania desde unos 34.990 euros. Si se mantiene una estructura de precios similar con la nueva gama, una hipotética Anxin Edition europea podría situarse sensiblemente por encima, hasta el punto de que su relación coste‑beneficio podría no encajar en todos los bolsillos. Por ahora, la propia marca no ha confirmado si la variante con batería semisólida cruzará la frontera.
Contexto del mercado: entre NIO, BYD y la carrera hacia el estado sólido
La relevancia del MG4 con batería semisólida se entiende mejor si se mira a su entorno competitivo. Hasta hace poco, la producción en serie de este tipo de packs quedaba limitada a modelos de alta gama, como algunos NIO equipados con baterías de WeLion, muy alejados de los precios populares.
Con la Anxin Edition, MG se sitúa como el primer fabricante que lleva esta tecnología a un compacto de volumen, compitiendo de forma directa con eléctricos como el BYD Dolphin y otros hatchbacks del segmento C, pero con un argumento diferenciador claro en el apartado técnico. El movimiento permite a SAIC presentarse no solo como una marca de precio, sino también como un actor con ambiciones tecnológicas.
Todo esto se produce en un momento en el que las baterías de estado sólido completas siguen en desarrollo y no se esperan a gran escala hasta finales de la década, con objetivos como el de Nissan, que apunta a 2028. En ese contexto, la solución semisólida aparece como un término medio pragmático: introduce mejoras relevantes pero asumibles, y sirve como banco de pruebas para procesos y proveedores que podrían mantenerse cuando llegue el salto definitivo.
Además, el nuevo MG4 se enmarca en una ofensiva más amplia de la marca, que combina este compacto con otros modelos eléctricos e híbridos, así como con el desarrollo de futuros utilitarios pensados casi en exclusiva para Europa. En un contexto de tensiones comerciales entre la UE y China, y con la Comisión Europea investigando los subsidios al coche eléctrico chino, el desembarco o no de la versión semisólida en nuestro mercado dependerá también de factores políticos y regulatorios.
El MG4 Anxin Edition se consolida como un vehículo clave para seguir de cerca: combina un formato compacto y razonablemente asequible en su mercado de origen, una batería semisólida que prioriza seguridad y vida útil, y una dotación tecnológica ambiciosa. Falta por ver cómo se traducirán estos ingredientes cuando la versión europea sea oficial, pero el movimiento de MG confirma que la transición hacia nuevas químicas de batería ya ha dejado de ser solo una promesa para empezar a rodar por las carreteras.
