La nieve y los vehículos atrapados durante horas. ¿Quién tuvo la culpa del caos?

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Durante el pasado fin de semana un temporal de frío y nieve sacudió a buena parte de la península. Los medios y la propia DGT habían informado de ello, advirtiendo de que la situación en determinadas carreteras y puntos del país podría ser muy complicada para el tráfico rodado. Pese a ello, no fue suficiente y centenares de vehículos, con sus familias, quedaron atrapados en vías como la AP6 entre muchas otras.

Siendo un fin de semana de Reyes, muchos hicieron poco caso a las advertencias y decidieron salir con sus vehículos; algunos de regreso a sus hogares tras pasar unos días fuera por la festividad de Navidad y otros por simple ocio. Sea como fuere, centenares de vehículos quedaron bloqueados en la densa nieve. Por supuesto, las reacciones no tardaban en llegar, y como todos sabemos, las redes sociales ardieron. ¿Pero de quién fue la culpa de estos colapsos? Nuestra opinión se puede resumir en que “entre todos la mataron y ella sola se murió”.

En un país en el que buena parte de la población no sabe circular correctamente por una rotonda, en un país donde cuando caen gotas de lluvia llegan siniestros por todos lados, en un país que aún sigue tomando alcohol y después poniéndose al volante, donde nos cuesta parar a descansar aunque notemos que la somnolencia nos va venciendo poco a poco, ¿qué podíamos esperar? Pero no, no todo fue culpa de los conductores; aunque buena parte de ella sí. Vayamos paso a paso y empecemos por los conductores atrapados, que después iremos a por los altos cargos.

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Si durante días te están advirtiendo de que se acerca un temporal y de que la situación va a ser complicada en las carreteras, mejor no cojas el coche o adelanta -o retrasa- tu viaje. Sí, se que desde este lado es fácil decirlo y que no siempre es posible; estamos de acuerdo en eso, pero sí es posible modifica un poco tus planes para evitarte problemas y, entre otras cosas, aumentar tu propia seguridad.

En cualquier caso, muchas quejas han llegado por parte de familias y personas atrapadas en vehículos que afirmaban no tener comida o agua, y tampoco combustible. ¿De verdad hay que recordar a estas alturas que ante un viaje “peligroso”, con condiciones muy complicadas y a sabiendas de que puede complicarse todo demasiado, debemos llevar el depósito de combustible lleno, baterías de los teléfonos a tope, comida, bebida, mantas y ropa de abrigo?

Lo anterior me resulta especialmente curioso, pues había familias que se quejaban de ello y exigían que alguien les llevara comida, bebida y abrigo porque iban con sus niños pequeños y además se estaban quedando sin combustible. ¿De verdad? ¿Te aventuras a ello con tus hijos pequeños y no llevas comida o ropa “decente” de abrigo? Llámeme loco, pero oiga, ¿dónde quedó su sentido común? Por cierto, ¿llevas neumáticos de invierno instalados o cadenas para la nieve en el coche? Y lo mejor, si llevas las cadenas en el maletero, ¿sabes instalarlas?

Estoy seguro de que muchísimos conductores sí hicieron las cosas bien, como es debido, pero por desgracia también quedaron atrapados. ¿Por qué? Pues porque en una autopista, si dos o tres coches se quedan “tirados” a la misma altura se monta un embudo. Un embudo que se suma a que las precipitaciones no cesan y la nieve se acumula en las vías. Para más inri, la retención de varios kilómetros y la nieve imposibilita el acceso a las quitanieves y a los servicios de emergencias ¿Resultado? Un caos total de hasta 15 horas en algunos casos, como todos hemos podido ver en televisión.

Pero no, no todos los palos van a ir para (algunos) conductores. Aunque bajo nuestro punto de vista buena parte de la culpa la tuvieron ellos, es cierto que algo más falló. ¿Por qué no se cortaron carreteras un poco antes de llegar al punto del caos, por qué no se obligaba a circular con cadenas o neumáticos de invierno, por qué no decide la autoridad (DGT, en este caso) cuándo una autopista privada y de peaje debe ser cerrada al tráfico? Pero podemos ir más allá, créeme que sí.

Si todo lo anterior, refiriéndonos a lo que consideramos culpa de los conductores, ha fallado; ¿no habrá fallado algo más por parte de las autoridades y determinadas competencias? Lo llevamos diciendo y repitiendo una y mil veces. La clave para mejorar la seguridad vial está en la educación y en la práctica; y sí, esto por supuesto que es seguridad vial.

Coche en la nieve

En España no se tiene una cultura y conocimientos del mundo del motor, cosa que puede parecer de poca importancia hasta que nos topamos con la seguridad. Millones de personas desconocen si su coche es de tracción delantera, trasera o integral y cómo afecta esto al comportamiento del vehículo, no saben cómo corregir un subviraje o un sobreviraje, no saben cómo usar el freno y el acelerador ante superficies altamente resbaladizas… Como hemos comentado antes, no sabemos ni circular por una rotonda.

Señores al mando, ustedes también tienen buena parte de culpa de lo que ocurrió el pasado domingo, y más que una culpa de un momento puntual es algo general y con muchos años de atraso. Si un temporal similar se repite dentro de un mes, volveremos a ver las mismas escenas que hace un par de días. Y la culpa, como decimos, es de la educación. Una educación que debe iniciarse desde el colegio y que no debe abandonarse, invitando a que la gente realice cursos de conducción segura para conocer sus límites y los de su vehículo.

Accidentes y errores los comete cualquiera, pues por algo somos humanos. La perfección no existe, pero antes de escribir barbaridades por redes sociales, o de echar la culpa al vecino de nuestras desgracias, debemos mirar nuestro propio ombligo y pensar en si realmente lo hemos hecho bien. Si nos damos cuenta de que somos nosotros quienes nos hemos equivocado, si pedimos ayuda, mejor hacerlo con educación y, posteriormente, agradecerlo. Algo que, en este caso, se puede aplicar a ambas partes.


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