Teniendo en cuenta el volumen de producciĂłn de las plantas de producciĂłn de automĂłviles y los procesos de montajes de los mismos, un mĂnimo error puede ocasionar una consecuencia mucho mayor.
Algo asà es lo que ha ocurrido con Nissan en las fábricas japonesas. La firma nipona cerrará sus instalaciones durante dos semanas debido a un problema en las verificaciones de seguridad y en la supervisión de los técnicos.
Este escándalo se une a lo que, probablemente, sea lo más hablado en el sector automotriz durante esta semana, el caso de Kobelco y la falsificaciĂłn de materiales que podrĂan afectar a la seguridad en los coches. Las piezas de metal tienen que cumplir una serie de estándares de resistencia y durabilidad y este mĂnimo error podrĂa producir fallos importantes en los coches y poner en riesgo a sus ocupantes.
El caso de Nissan es parecido, aunque no se trata de una falsificaciĂłn, se basa en que las verificaciones de seguridad estaban realizadas en lĂneas de montaje errĂłneas, además de que los tĂ©cnicos estaban siendo supervisados por inspectores no registrados oficialmente. Una chapuza no permitida en ninguna empresa, pero menos en una tan grande como Nissan.
“La responsabilidad actual de la administraciĂłn es evitar recurrencias y normalizar el operativo, situando asĂ a la compañĂa en una vĂa de crecimiento. Desde mi punto de vista, si encuentro algĂşn error, tomarĂ© medidas drásticas. Ese es mi trabajo y soy yo el que lo dirige.” SeñalĂł Hiroto Saikawa, CEO de Nissan.
La soluciĂłn pasa por cerrar las fábricas durante dos semanas para reconfigurar las lĂneas de montaje y los procesos de producciĂłn, además de investigar los inspectores no cualificados, ya que todavĂa quedarĂan algunos en las plantas de Nissan.
La consecuencia de todo esto, todos los vehĂculos vendidos entre enero de 2014 y septiembre de 2017 en su mercado local deberán ser revisados exhaustivamente para determinar si existe un fallo en la seguridad que pueda poner en riesgo a los ocupantes.