Donald Trump ha vuelto a poner en jaque a la industria del automóvil en Europa con su intención de imponer nuevos aranceles del 25% a las importaciones de vehículos procedentes de la Unión Europea. Esta medida, que ya ha generado una fuerte reacción tanto en Bruselas como en los mercados financieros, podría tener muy graves consecuencias para los fabricantes de coches y las economías más dependientes del sector.
El sector del automóvil es uno de los pilares de la economía europea, generando millones de empleos y representando un porcentaje significativo del PIB de varios países. Alemania, como principal productor de coches de la UE, sería el país más perjudicado, pero España, el segundo mayor fabricante del bloque, también afronta riesgos. La interconexión de las cadenas de suministro hace que cualquier restricción comercial tenga un impacto en toda la región.
El golpe a la industria europea del automóvil…
El sector del automóvil en toda Europa se enfrenta a importantes desafíos, desde la transición hacia los vehículos eléctricos hasta la competencia de fabricantes chinos. A esto se suma ahora la amenaza de aranceles más altos en su principal mercado externo: EEUU. Según datos de la Comisión Europea en el año 2023 de la Unión Europea se enviaron a EEUU 800 mil vehículos con un valor económico superior a los 40 mil millones de euros.
De esta cifra, 500 mil procedían de Alemania, lo que confirma el peso del país germano en la industria. Si los aranceles del 25% entran en vigor, los precios de los coches europeos en EEUU subirán considerablemente, lo que previsiblemente reducirá la demanda. El resto del monto total corresponden al resto de países productores entre los que se encuentra España. No obstante, los modelos ensamblados en España tienen poco impacto en los EEUU.
España: Menos coches exportados, pero con un alto impacto en los componentes
Aunque España no exporta tantos coches terminados a EEUU como Alemania, su industria de componentes y piezas sí está en una posición más vulnerable. Empresas como Gestamp, Antolin y CIE Automotive tienen una presencia significativa en México. Gracias a esta situación fabrican piezas para ensamblar en vehículos destinados al mercado estadounidense teniendo como principales clientes Stellantis, Grupo Volkswagen o Kia.
Las plantas mexicanas de estas compañías se enfrentarían a los mismos aranceles que Donald Trump quiere imponer a los coches europeos. Esto podría derivar en una menor demanda de piezas, afectando directamente a las plantas españolas y al empleo en el sector.
Los fabricantes europeos más afectados
Dentro del ecosistema automovilístico europeo, algunas marcas sufrirán más que otras. Volkswagen y Stellantis son de las más expuestas. Esto se debe a que tienen gran parte de su producción en México y exportan en grandes volúmenes a EEUU. Por otro lado, BMW y Mercedes-Benz podrían capear mejor el temporal debido a su margen de beneficio más alto y su capacidad de fijar precios para absorber los costes adicionales. Además, estas marcas tienen fábricas dentro de EEUU, lo que les permite producir localmente y evitar el impacto de los aranceles.
Reacciones en Europa y posibles represalias
Ante estas amenazas, la reacción de Bruselas no se ha hecho esperar. La Comisión Europea ha indicado que tomará medidas de represalia si Washington sigue adelante con los aranceles. Esto podría traducirse en aranceles a productos estadounidenses clave, lo que escalaría aún más la guerra comercial.
Francia, por ejemplo, ha solicitado que se impongan aranceles inmediatos como respuesta. Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE) insiste en que se necesita un enfoque prudente para evitar una crisis económica mayor.
Consecuencias económicas globales
Distintos analistas advierten que una escalada en la guerra comercial entre EEUU y Europa podría ralentizar el crecimiento económico y afectar a la inflación. Se estima que el PIB de la Unión Europea podría reducirse en un punto porcentual si las restricciones comerciales se agravan.
En Estados Unidos, la situación tampoco es sencilla. El encarecimiento de los coches importados podría llevar a un aumento del índice de precios al consumidor (IPC), lo que sumado a otras tensiones comerciales con China podría empujar la inflación de EEUU hasta el 4% en el próximo año.
En este contexto, todas las miradas están puestas en las próximas decisiones de la administración Trump y en la capacidad de respuesta de la Unión Europea. Lo que está claro es que la incertidumbre vuelve a sacudir los mercados y el sector del automóvil se encuentra en el centro de esta nueva tormenta comercial.
Fuente – Automotive News
Imágenes | Volkswagen – Stellantis – BMW – Mercedes-Benz