Los SUV entraron en el mercado por los segmentos más altos y caros, pero con el paso del tiempo su popularidad es tal que se han extendido a todos los estamentos del automóvil, incluso los más pequeños. Ahora el auge está en los SUV de segmento B, derivados de los utilitarios.Nuestra prueba de la semana corresponde a uno de los SUV-B más llamativos, el Mazda CX-3 con el motor 2.0 Skyactiv-G de 120 CV, el gasolina de menor potencia.
Con el Mazda CX-3, los de Hiroshima hacen la primera incursión entre los SUV-B y al contrario de lo que podamos pensar, no es un derivado del Mazda 3 sino del Mazda 2. Los Nissan Juke, Renault Captur y Citroën C4 Cactus tienen un nuevo compañero de clase un tanto arriesgado, ya que mecánicamente apuesta por la filosofía Skyactiv, que es contraria al downsizing y la sobrealimentación que practican el resto de marcas rivales. La personalidad el Mazda CX-3 va más allá de su apariencia.
Lenguaje de diseño Kodo
Iniciado con el Mazda CX-5, el lenguaje de diseño Kodo marca la tendencia estilística de Mazda, con carrocerías de rasgos afilados y deportivos que le confieren a todos sus modelos un aspecto dinámico y llamativo. El Mazda CX-3 no es menos, logrando además un aspecto robusto con una línea de cintura alta y poca superficie acristalada.
Además, nuestra unidad de pruebas corresponde al acabado Luxury, intermedio de la gama y que luce llantas de aleación bitono de 18 pulgadas, bien proporcionadas para la carrocería de 4,27 metros de largo, y es que en Mazda es común que las llantas más pequeñas no rellenen visualmente los pases de rueda. Los faros delanteros LED también le proporcionan una mirada mucho más interesante a este SUV compacto. El toque aventurero lo dan las molduras de plástico que protegen las aletas de posibles rozaduras.
Interior sencillo con atractivo
El habitáculo del Mazda CX-3 tiene un diseño bastante minimalista, pero no por ello menos atractivo. Tras el volante multifunción se encuentra el cuadro de mandos, con un generoso cuentavueltas central en el que la velocidad se muestra en un display digital, que podría ser más grande, aunque ese fallo se subsana con el práctico head-up display que hay sobre la capilla del cuadro. A los laterales del cuentavueltas encontramos el odómetro y el indicador de cambio de marcha, así como el ordenador de a bordo.
El resto del salpicadero se extiende como si fuera un ala de avión, una sensación que refuerzan las tres salidas de aireación que parecen motores de turbina, con un atractivo contorno rojo que aporta un toque de estilo al habitáculo. El aireador central del copiloto está camuflado en la franja con un detalle cromado que une las dos turbinas del lado derecho del salpicadero.
En una posición elevada encontramos la pantalla multimedia del equipo MZD Connect de 7 pulgadas. Esta pantalla es táctil solo en parado, con buena respuesta y se ve muy bien en todo tipo de condiciones. Tras la palanca de cambios hay unos mandos tipo joystick con los que también se pueden controlar todas las funciones de la pantalla, una opción preferible a los controles táctiles, aunque los mandos quedan situados en una posición algo retrasada, no del todo cómoda para manejar. Se echa en falta el apoyacodos central entre los asientos delanteros (tampoco lo hay en las plazas traseras).
En la parte inferior del salpicadero encontramos las tres ruletas del climatizador monozona, así como tomas USB, AUX de 12 V y para la tarjeta SD del navegador, junto al cargador de CD y un pequeño hueco portaobjetos en el que los móviles grandes no caben bien.
Siendo el Mazda CX-3 un SUV de segmento B, derivado del Mazda 2, no podemos esperar un derroche en materiales. Todos los plásticos son duros, aunque con ajustes sólidos y sin crujidos, además de con buena presencia. Si que es cierto que la consola que hay entre los asientos se mueve al presionar con la pierna o ejercer presión lateral con las manos. Solo es acolchada la zona central del salpicadero, tapizada en piel sintética y con costuras en contraste negro y rojo, aportando un interesante detalle de calidad.
En el volante y en las puertas hay algunos plásticos decorativos que imitan (mal) a la fibra de carbono, al mismo tiempo que los apoyacodos de las puertas y los exteriores laterales de la consola central están tapizados en piel roja. Mazda ha sabido jugar muy bien con colores y contrastes para aportar un toque de calidad percibida al interior del Mazda CX-3.
Un habitáculo justo
Es muy probable que el Mazda CX-3 nos parezca atractivo, pero lo cierto es que si buscamos su lado más práctico, de entrada nos encontraremos con un habitáculo más pequeño de lo deseado. En las plazas delanteras no hay mayor problema y el asiento del conductor puede colocarse muy bajo (no tiene regulación lumbar).
En las plazas traseras el espacio para las piernas es correcto (salvo si retrasamos mucho los asientos), así como el de la cabeza hasta los 1,85 metros de altura, pero tres adultos no cabrán de forma confortable. Además, el asiento central es muy estrecho y más duro y alto. Ese tercer pasajero del medio deberá lidiar con un túnel de transmisión y los laterales de ambos asientos, que al sobresalir más que la parte central, restan espacio longitudinal para las piernas. El acceso a las plazas traseras no es del todo cómodo, ya que el espacio para acceder por el hueco de la puerta es reducido.
La virtud tampoco está en el maletero
Siguiendo con el interior, tampoco encontraremos en el maletero del Mazda CX-3 el mejor volumen del segmento B-SUV. Cubica 350 litros y es más pequeño que el de sus principales rivales, aunque no por mucha diferencia. Las versiones Luxury y Luxury Premium tienen en el maletero el subwoofer del equipo de sonido Bose, que resta 63 litros de capacidad y prácticamente inutiliza la bandeja extraible para el doble fondo del maletero. No hay rueda de repuesto, en su lugar encontramos un kit reparapinchazos.
Los asientos traseros son abatibles 60:40 y toda la superficie de carga queda a ras cuando colocamos el piso extraíble en su posición más alta. El hueco que queda en ese doble fondo es prácticamente inútil, aunque en nuestra prueba sirvió para guardar la bandeja cubremaletero rígida, ya que tuvimos que cargar el maletero hasta el techo para poder llevar el equipaje de cuatro personas (dos maletas grandes, una de cabina y una mochila).
Filosofía Skyactiv: llevando la contraría, y con razón
Particularmente tenía muchas ganas de probar un motor Skyactiv-G (gasolina) de Mazda. En un momento en el que todos los fabricantes están apostando por motores más pequeños y turboalimentados, Mazda ha apostado por las mecánicas atmosféricas y de cilindradas grandes, una tendencia completamente opuesta. Con 2.0 litros, el Mazda CX-3 gasolina de 120 CV y la versión superior de 150 CV son los SUV-B con mayor cilindrada de su segmento.
Cuando arrancamos el motor en frío percibimos el sonido del motor algo acelerado, pero en cuanto este coge temperatura su refinamiento al ralentí es absoluto, siendo completamente silencioso y sin transmitir ningún tipo de vibraciones. Para saber si el Stop & Start ha entrado en funcionamiento tendremos que mirar al cuentavueltas.
Con 120 CV de potencia, este bloque de 2.0 litros de inyección directa ofrece unas buenas prestaciones en el Mazda CX-3. Declara un 0-100 de 9 segundos y ciertamente es un coche ágil gracias a sus 1.230 kilos de peso. El motor es muy progresivo y eso puede hacer que la sensación de empuje sea menor a la de un motor turbo. Además, cuando subimos mucho de vueltas el motor no es ruidoso.
No podemos olvidar que se trata de un motor atmosférico y que eso conlleva estirar más las marchas. En carretera un motor turbo puede que sea más confortable, pero donde este motor saca ventaja es en ciudad, ya que su zona baja está bastante llena y hace del Mazda CX-3 un coche vivo. Se nota que el par máximo de 208 Nm se alcanza a tan solo 2.800 revoluciones. Cuando circulamos por carretera el Mazda CX-3 es un coche silencioso, bien aislado, con una mecánica inaudible.
La caja de cambios es manual de seis velocidades (opcionalmente hay cambio automático de seis relaciones) y la tracción delantera. La caja de cambios ofrece un tacto agradable, con unos recorridos cortos, precisos y bien escalonados. El embrague es de accionamiento suave, al igual que los frenos son fácilmente dosificables.
Si hablamos del comportamiento dinámico, encontramos en el Mazda CX-3 de nuestra prueba ese dinamismo que caracteriza a los vehículos de la marca japonesa. Es un coche ágil y con una suspensión firme que contiene los balanceos de la carrocería. Además, la suspensión filtra bien las irregularidades, salvo cuando son baches muy rápidos, resultando algo seca. También se nota que en expansión la suspensión hace topes con facilidad, lo que a ritmos muy elevados en carreteras irregulares resta seguridad y agrado a la conducción.
Un gasolina con bajo consumo
Llegados a este punto hemos comprobado que el Mazda CX-3 Skyactiv-G gasolina de 120 CV se mueve con soltura y es un coche refinado. Ahora hay que ver la parte que más valoran muchos usuarios: los consumos. Aquí Mazda vuelve a demostrar que el downsizing no tiene porqué ser la solución a los problemas. El Mazda CX-3 ha sido uno de los coches de gasolina que menos ha consumido de todos los que he probado, al nivel de utilitarios de segmento A.
En un viaje Madrid-Vitoria, con cuatro pasajeros y como hemos comentado, el maletero completamente cargado, el consumo obtenido fue de solamente 6,1 litros a los 100 kilómetros. En el recorrido a la inversa la cifra fue de 6,3 litros.
Circulando por ciudad es donde más subirá el consumo, pero no hemos llegado a alcanzar los 8,0 litros. El Stop & Start contribuye a esa mayor eficiencia en ciclo urbano, con un funcionamiento suave y adecuado, salvo cuando el motor se detiene e inmediatamente después queremos arrancar. En esas situaciones, al coche le cuesta reaccionar para volver a arrancar el motor.
Concluyendo
En definitiva, no hay duda de que el Mazda CX-3 es uno de los SUV de segmento B más interesantes en muchos aspectos. Quien busque un coche atractivo, bien acabado, muy equipado y con buen comportamiento dinámico, tiene un gran candidato en el Mazda CX-3. Además, el motor 2.0 Skyactiv-G gasolina de 120 CV es muy refinado y gasta poco combustible.
Sin embargo, el Mazda CX-3 no es para esas personas que van a precio (no es barato) ni tampoco para quien busque gran amplitud en las plazas traseras y especialmente en el maletero. En materia de acabados, es un modelo muy superior a rivales como el Renault Captur o el Nissan Juke.
Equipamiento Mazda CX-3
Mazda CX-3 Style
- Llantas de aleación de 16″
- Asiento del conductor regulable en altura
- Asientos traseros abatibles 60:40
- Climatizador
- Radio CD 6 altavoces con Bluetooth, AUX y 2 USB
- Volante y pomo del cambio en cuero
- Cuatro elevalunas eléctricos
- Control de crucero
- Retrovisores calefactables de plegado eléctrico
- Frenada automática de emergencia
Mazda CX-3 Luxury
- Equipamiento Style
- Llantas de aleación de 18″
- Tapicería de cuero y tela
- Head-Up Display
- MZD Connect 7″ con Navegador y radio DAB
- Equipo de sonido Bose 7 altavoces
- Acceso sin llave
- Alerta de cambio involuntario de carril
- Cristales traseros tintados
- Levas en el volante (automático)
- Cámara trasera de aparcamiento
- Sensor de lluvia y luces
- Faros antiniebla LED
- Faros delanteros Full LED
- Pilotos traseros LED
Mazda CX-3 Luxury Premium
- Equipamiento Luxury
- Asientos delanteros calefactados
- Tapicería de cuero
Precio Mazda CX-3 en España
Motor | Cambio | Tracción | Acabado | Precio |
---|---|---|---|---|
2.0 Skyactiv-G 120 CV | Manual 6v | Delantera | Style | 21.195 € |
2.0 Skyactiv-G 120 CV | AT 6v | Delantera | Style | 22.995 € |
1.5 Skyactiv-D 105 CV | Manual 6v | Delantera | Style | 22.645 € |
2.0 Skyactiv-G 120 CV | Manual 6v | Delantera | Luxury | 23.430 € |
2.0 Skyactiv-G 120 CV | AT 6v | Delantera | Luxury | 25.230 € |
1.5 Skyactiv-D 105 CV | Manual 6v | Delantera | Luxury | 24.880 € |
1.5 Skyactiv-D 105 CV | Manual 6v | Total | Luxury | 26.680 € |
1.5 Skyactiv-D 105 CV | AT 6v | Total | Luxury | 28.480 € |
2.0 Skyactiv-G 150 CV | Manual 6v | Total | Luxury | 26.730 € |
2.0 Skyactiv-G 150 CV | AT 6v | Total | Luxury | 28.530 € |
2.0 Skyactiv-G 120 CV | Manual 6v | Delantera | Luxury Premium | 24.230 € |
2.0 Skyactiv-G 120 CV | AT 6v | Delantera | Luxury Premium | 26.030 € |
1.5 Skyactiv-D 105 CV | Manual 6v | Delantera | Luxury Premium | 25.680 € |
1.5 Skyactiv-D 105 CV | Manual 6v | Total | Luxury Premium | 27.480 € |
1.5 Skyactiv-D 105 CV | AT 6v | Total | Luxury Premium | 29.280 € |
2.0 Skyactiv-G 150 CV | Manual 6v | Total | Luxury Premium | 27.530 € |
2.0 Skyactiv-G 150 CV | AT 6v | Total | Luxury Premium | 29.330 € |
Los precios no incluyen descuentos ni ayudas como el Plan PIVE.
Opinión del editor
- Valoración del editor
- Puntuación 4 estrellas
- Excelente
- Mazda CX-3 2.0 Skyactiv-G 120 CV
- Reseña de: Iñigo Ochoa
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- Confort
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Pros
- Refinamiento mecánico
- Consumos
- Calidad
Contras
- Plazas traseras y maletero
- Suspensión
- Precio
Tiene un consumo que parece una esponja. Con el depósito lleno no llega a circular más de 530 KM.
Peor que algunos eléctricos en alcance.