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En la parte delantera destaca un morro con unos faros colocados en una posición elevada y una gran parrilla «Tiger nose» de grandes dimensiones. Los faros antiniebla están enmarcados en una moldura negra brillante en los paragolpes delanteros, y lo hay de dos tipos. Por un lado están los convencionales, redondos, y por el otro el juego de cuatro en forma de cubitos de hielo, que corresponden al acabado GT Line.
Los pilotos traseros tienen identidad propia y dotan al Kia Sportage de una marca personalidad
En la zaga el Kia Sportage se renueva también de forma radical. El elemento protagonista son sin duda los grupos ópticos, que según el acabado tienen iluminación LED . Estos son muy afilados y están unidos entre sí por un listón rojo y otro cromado, contribuyendo a asentar más el vehículo en la carretera junto con otras de las líneas horizontales que protagonizan su diseño trasero.
Los Kia Sportage GT Line se diferencian, además de por los antinieblas, por unas llantas de aleación de 19″ específicas, molduras color aluminio en los paragolpes y colines de escape cromados. Es la primera vez que el SUV se ofrece con un acabado deportivo de este tipo.
Un interior de buena calidad
Si en el exterior el cambio del Kia Sportage es absoluto, en el interior no lo es menos. El diseño es completamente nuevo y el salpicadero está claramente orientado hacia el conductor . La parte superior de las puertas delanteras y del salpicadero es acolchada, mientras que en las puertas, la zona central y los apoyacodos (delante y detrás) están tapizados para hacer el ambiente más agradable. En el centro hay un cofre con apoyabrazos deslizable.
La calidad de materiales es buena y los ajustes también , no encontramos ruidos en el habitáculo del Kia Sportage. El plástico del salpicadero es tal vez demasiado brillante, y al ojo no es tan atractivo. Los GT Line tienen una serie de molduras en negro piano, que en el resto de acabados son de un gris antracita que al tacto y a la vista hace que sea el punto débil del habitáculo, con una apariencia pobre.
Todos los mandos están situados en una posición adecuada y accesible, siendo todo muy intuitivo de utilizar. La pantalla táctil (de 7 u 8″) está colocada en una posición elevada y permite consultarla sin desviar la vista de la carretera. La pantalla responde bien a las pulsaciones y se ve bien incluso cuando hay sol. El cuadro de relojes supervisión con dos esferas y pantalla de 4,2″ muestra la información de una forma fácil de leer y desde la pantalla se accede a un completo ordenador de abordo, a la navegación, al equipo multimedia, a los ajustes del vehículo y a las asistencias a la conducción.
En cuanto a habitabilidad, el Kia Sportage 2016 ha mejora todas las cotas frente a su antecesor . Las plazas delanteras son muy amplias para los pasajeros en todas las cotas, y en las traseras sucede lo mismo. No hay problemas de espacio para las piernas ni para la cabeza. La banqueta trasera tiene respaldos reclinables en 39º y por formas está pensada para dos ocupantes. tres adultos viajarían con estrecheces y el central más incómodo debido al mullido más duro y sin forma del asiento, además del túnel de transmisión. Hay aireadores traseros y toma USB y de 12V en las plazas traseras.
El equipamiento de confort abunda en el habitáculo del Kia Sportage, que incorpora en casi toda la gama climatizador bizona, mientras que los acabados más altos se benefician de tener los cuatro asientos calefactados y los delanteros, además, ventilados . El volante también puede ser calefactado. Todos los sistemas de climatización citados funcionan con rapidez y de forma adecuada.
El maletero del Kia Sportage ofrece unas formas aprovechables y es generoso, con 503 litros de capacidad . Si se equipa la rueda de repuesto opcional, la capacidad disminuye hasta los 491 litros, una buena cifra aún así.
Asistentes a la conducción
Otra de las bazas del nuevo Kia Sportage es la mayor presencia de la seguridad activa . El coreano cuenta con diversos sistemas de ayuda a la conducción, como la frenada automática de emergencia, las luces cortas-largas automáticas, el avisador de ángulos muertos y el asistente de cambio involuntario de carril . También cuenta con reconocimiento de señales de tráfico.
El avisador de ángulos muertos emite avisos acústicos y visuales y funciona de forma correcta, mientras que el asistente de cambio involuntario de carril es capaz de actuar sobre el volante para mantener al Kia Sportage dentro de las líneas de la carretera. El funcionamiento de este sistema es de lo mejores entre las marcas generalistas y está cerca del perfeccionamiento del de Volkswagen. Se echa en falta el control de curcero adaptativo para lograr un producto redondo.
Kia Sportage 1.6 T-GDi 177 CV DCT
En la presentación internacional comenzamos probando el Kia Sportage 1.6 T-GDi de 177 CV con cambio DCT de doble embrague y siete relaciones. Esta será con total seguridad la variante menos vendida de todas, pero es una de las más divertidas. Hace uso de un motor y una transmisión completamente nuevos en la gama Sportage, ya que el resto de mecánicas, aunque actualizadas, son las mismas que antes.
El motor turbo de 177 caballos destaca por su refinamiento mecánico y por sus prestaciones . Acelera con rapidez y contundencia y efectuar adelantamientos no supone ningún problema. Hace del Kia Sportage un coche realmente rápido. El cambio automático ofrece un funcionamiento suave y rápido al mismo tiempo, aunque en el kick-down se demora algo más que otras cajas de doble embrague.
En la consola central encontraremos el botón de los modos de conducción, que se alterna entre las posiciones normal y Sport . En este segundo modo, la respuesta del Kia Sportage turbo de gasolina es mucho mejor y además se apuran más las marchas. El comportamiento dinámico me sorprendió gratamente en una carretera muy revirada , en la que la suspensión mantenía bien la carrocería y el coche entraba en las curvas con precisión. La dirección no es informativa pero es bastante directa y tiene un buen peso. El freno es lo más complicado, ya que tiene un tacto poco dosificable al que tendremos que acostumbrarnos, aunque resiste bien la fatiga.
El punto negativo de este motor son sin duda los consumos . Durante la prueba obtuvimos como cifra más baja 7,5 litros en una conducción relajada, mientras que en un recorrido de autovía y carretera de casi cerca de 100 kilómetros obtuvimos una media de 9,5 litros (no condujo de forma exigente, pero los consumos son altos para las circunstancias). Exigiéndole más y más, invitados por la buena respuesta del conjunto, llegamos a sobrepasar los 11 litros de consumo medio en un recorrido de unos 150 kilómetros.
Quien busque prestaciones y un consumo más bajo siempre podrá recurrir al motor diésel de 185 CV. No lo hemos probado con tracción total y cambio automático pero las cifras de aceleración y recuperaciones son muy similares al turbo gasolina DCT. No contaremos, en cambio, con el refinamiento y el sonido atractivo de este motor de gasolina.
Kia Sportage 1.7 CRDi 115 CV
Tras bajarnos del Kia Sportage 1.6 T-GDi decidimos subirnos al best seller, el 1.7 CRDi de 115 CV . La marca sabe que la mayoría de las ventas corresponderán a esta variante. Contra todo pronóstico, este motor me ha parecido muy satisfactorio y apropiado para el Kia Sportage . Es un propulsor muy lleno en todo el rango de revoluciones, progresivo desde abajo. Entrega una potencia y aceleración suficiente si viajamos descargados y salvo que vayamos a viajar cargados de forma habitual, yo no daría al salto a la mecánica de 136 CV.
A la hora de recuperar en velocidades largas, salvo que tengamos el terreno a favor, sí nos veremos obligados a reducir una o dos velocidades si queremos efectuar maniobras con solvencia.
Este motor solo estña disponible con cambio manual de seis relaciones y tracción delantera. El cambio tiene unos recorridos suaves y precisos y se acompaña de embrague muy suave. La sonoridad es contenida y el aislamiento del habitáculo es efectivo. Solo se colará más ruido del deseado en fuertes aceleraciones puntuales.
Los consumos registrados con este motor fueron de entre 5,7 y 6,0 litros en un recorrido por carreteras y autovías con algunos terrenos a favor. En una conducción deportiva por puertos de montaña llegamos a alcanzar los 9,0 litros, aunque no es el cometido de este Sportage. Sin duda una de las pegas de Kia es que está ligeramente por detrás de sus competidores europeos en lo que a consumos se refiere .
Brevemente pudimos probar el 2.0 CRDi de 136 CV con cambio manual y tracción 4×2. Este motor también destaca por ser estar bastante lleno y ser, por tacto, muy similar al 1.7 pero con mejores prestaciones. Si es cierto que al pesar más el eje delantero, con este motor el Sportage subvira más cuando vamos a ritmos fuertes en carreteras sinuosas. Ante las perdidas de tracción o trazada, los controles del Sportage actúan rápido y sin sobresaltos.
En la diana
Tras haber probado el Kia Sportage, no me queda ninguna duda de que los coreanos han dado en la diana. Y digo coreanos por decir algo, ya que este coche ha sido desarrollado y diseñado en Frankfurt y se fabrica en Zilina (Eslovaquia), por lo que es tan europeo como muchos de sus rivales. El Kia Sportage 2016 sigue ofreciendo una muy buena relación precio equipamiento , pero además, mejora su aspecto estético y la calidad del interior . También ofrece más equipamiento que le permite ser uno de los SUV C más equipados dentro de los generalistas, y con algunas opciones no disponibles en los premium.
Los siete años de garantía (o 150.000 km) y los siete años de actualización de mapas son otras dos virtudes importantes para este SUV, al que solamente le podemos achacar que los consumos están un poquito por encima de lo que nos gustaría. No tengo ninguna duda de que el Sportage mantendrá el ritmo de ventas e incluso lo mejorará, dando unos cuantos años más de alegrías a Kia.